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Cristina Losada

Russian Red en el coche celular

El rebaño en el redil y si hay ovejas negras, que tengan la decencia de disimularlo. En sermo vulgaris, cuando alguien presenta la tara de ser de derechas, que no exhiba la deformidad y se calle.

Una de las excepciones españolas es que no hay gente de derechas. Se vota a la derecha e incluso gana las elecciones de calle, pero se trata de un malentendido. Es íntimo anhelo del partido de la derecha que no le identifiquen con la derecha y ha dedicado ímprobos esfuerzos a evitar esa marca infamante. De manera que ha tenido que ser una cantante pop, folk o indie, ya no estoy puesta en ese etiquetaje, quien diera la nota, como a su oficio corresponde. Así, con más agallas de las que ha tenido Rajoy en trances similares, Russian Red de nombre artístico, Lourdes Hernández en la vida civil, declaró que era de derechas cuando le instaron a elegir entre esa opción y su contraria. Se desató un pandemónium.

A la revista donde hizo la confesión, la misma que recogió sin despeinarse aquel alarde de rojez de Zapatero, le parece tan increíble que se arma de interrogantes: "Russian Red, ¿de derechas?". Cual si fuera un suceso inaudito, digno de la sección de Hechos Insólitos, corrió la nueva como la pólvora hasta la autoridad que ejerce el control del negocio ideológico. Desde Münzenberg, el genio propagandista del Kremlin y la Komintern, valga la redundancia, la cultura es de izquierdas por definición, y ahora que la cultura carece de definición, lo más granado de esa cáscara campa en las fincas del espectáculo. No se podía tolerar desviación tan flagrante. Quien rompe filas ha de recibir su merecido. De las entrañas de la Lubianka de papel surgió un aviso en forma de reportaje. Su literalidad importa poco; lo importante era convertir a R.R. en pasto de polémica y señalar con el dedo al bicho raro. Que nadie se desmande, mira lo que puede pasarte. Intimidación, creo que se llama.

El rebaño en el redil y si hay ovejas negras, que tengan la decencia de disimularlo. En sermo vulgaris, cuando alguien presenta la tara de ser de derechas, que no exhiba la deformidad y se calle. No hay más remedio que tolerar su existencia, por aquello de la democracia, pero ha de ser una existencia silente y vergonzante. Rajoy, por no ir más lejos, es el modelo: antes que confesarse de derechas, se proclama independiente y del Marca. La superioridad de la izquierda se fundamenta en tener siempre a punto el coche celular de la reacción para meter dentro a quien no la reconozca. Es tan precaria que no admite fisuras. Por eso la izquierda va blindada.

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