A raíz del cambio en los Presupuestos Generales para 2011 unos 50.800 titulares de la cuenta vivienda deberán devolver los beneficios fiscales percibidos si no compran una casa antes de fin de año. Soy uno de esos "afortunados" que llevo un par de años intentando ahorrar para comprar un lugar al que poder llamar "hogar". Mientras ZP seguía negando la crisis y malgastando el dinero público yo opté por ahorrar en un producto que me daba cuatro años para comprar una vivienda, y cuyo principal beneficio era la deducción fiscal. Ahora, o compro en lo que queda del año o tendré que devolver todo lo que me ahorré de IRPF (con sus intereses). No creo que se pueda hacer nada al respecto, pues ZP se ha convertido en un nuevo dictador que puede recortar salarios, cambiar normas laborales, saltarse convenios colectivos y tocar las pensiones de todo el mundo unilateralmente sin que nadie pueda rechistar. Me siento estafado, pues ZP ha cambiado las condiciones de un contrato que hice hace dos años y no puedo hacer nada al respecto.

El pasado viernes se estrenó la película documental "Blood Money" (Dinero de Sangre), y no deja de ser curioso que la misma joven a la que el Ejecutivo español considera madura para abortar no lo esté para ver un documental que denuncia el negocio abortista

Cada vez nos sorprende más este Gobierno que tiene como único rumbo sacar de nuestra sociedad todo valor ético natural. Pienso que no se puede mantener una actitud más cínica e hipócrita que la del Gobierno socialista en relación con el aborto. El Ejecutivo ya dejó claro que una joven de 16 años "está preparada para abortar una menor, aún sin conocimiento de sus padres, pero no para ser madre", pero el colmo del sarcasmo es que el Ministerio de Cultura haya calificado "para mayores de 18 años" el documental "Blood Money (Dinero de Sangre), el valor de una vida", una cinta que expone la terrible realidad del aborto. O sea, que esa misma joven a la que el Ejecutivo considera madura para abortar no lo está para ver un documental que denuncia el negocio abortista.

El Gobierno llega a reconocer la obligación que tiene el Estado de proteger la vida del no nacido desde el inicio de la gestación hasta el nacimiento, tal y como recoge la Constitución, sin embargo, para vulnerar este mandato constitucional, el Gobierno se acoge a la peregrina opinión de que esa vida del no nacido no es vida humana, al menos hasta la semana 14 de embarazo, como ha reiterado la Ministra de Igualdad, Viviana Aído. Tan asombrosa interpretación fue rebatida en su momento por más de tres mil científicos y juristas de prestigio que, en sendos manifiestos, aportaron todas las evidencias sobre el origen de la vida humana. Por supuesto, la ministra Aído se negó a tenerlos en cuenta porque derrumbaban todas sus teorías. Y así, el delito del aborto se convirtió en un derecho, que ya estaba despenalizado en circunstancias concretas. Además de un atentado contra la vida, esta ley, lo es contra la inteligencia y contra el sentido común, al tiempo que el cinismo con el que se justifica es una grave falta.

Ante la proximidad del viaje del Papa a Barcelona y las duras críticas que ha sufrido a lo largo de todo el año, me parece conveniente tener en cuenta que durante la pasada Semana Santa leí, en diversos medios, que Monseñor Timothy Dolan, que hablaba en la catedral de San Patricio, fue calurosamente aplaudido por los fieles durante más de veinte minutos al asumir la defensa del Papa tras las injustas acusaciones de encubrir los casos de abusos contra niños, que tanto están doliendo a toda la Iglesia. Ciertamente, estos crímenes nauseabundos han llenado de pena y rabia a los católicos, pero ahí tenemos un nuevo motivo para seguir pegados a Cristo y unir nuestras oraciones a las del Papa, que no se deja intimidar. Benedicto XVI refleja, con su serenidad y firmeza, la propia imagen de Jesús que sufre por los pecados de los suyos y que aguanta las insidias de sus acusadores, críticas y acusadores que de buen seguro tampoco faltarán en los días anteriores a su próximo viaje a Santiago y a Barcelona.