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Carmelo Jordá

Willy Toledo, eres un burgués capitalista

Enhorabuena, Willy, amigo, eres un burgués y un capitalista, disfrútalo, no te avergüences de ello.

Vaya por delante, querido Willy, que para mí ninguno de los dos términos del título es peyorativo, al contrario, no tengo nada en contra de los burgueses, aunque yo por desgracia no me pueda considerar uno de ellos; y soy un ferviente partidario y defensor de que el capitalismo es el mejor y más justo sistema social y económico.

Sin embargo, no he podido dejar de sorprenderme al descubrir, gracias a una interesantísima entrevista, que no sólo eres un burgués de familia acomodada y que ha hecho dinero gracias a su profesión, algo en principio loable, sino que por fin te has dado cuenta de que el capitalismo hace más felices a las personas.

Y te has dado cuenta de ello en Cuba, lo que tiene no poco mérito, y lo has hecho simplemente observando la realidad de la isla que tanto te gusta y percibiendo que la gente está más contenta porque, al abrirse ligeramente el severo puño de la dictadura castrista, cito literalmente, "tienen más posibilidades de depender de sí mismos económicamente".

Repito, por si tú mismo, querido Willy, no has captado la profundidad de tu aparentemente rutinaria frase: "Depender de sí mismos económicamente". Eso, exactamente, es la libertad; eso, exactamente, es el capitalismo: la capacidad de que cada uno se gane la vida por sí mismo, sin depender de papá Estado o, como en Cuba y otros muchos casos, del capricho de un tirano.

Ya en ese punto me habías dejado sorprendido, pero tu crítica a la ineficacia del sistema comunista en el que ahora vives todavía era más demoledora: "Te puedes pasar días buscando una sartén y no la encuentras por mucho dinero que tengas". No se me ocurre nada más terrible que un lugar tan caótico y mal organizado que, incluso teniendo el dinero que el común de los cubanos no tiene, no puedas comprarte una sartén o, peor todavía, algo que ponerle dentro.

Cierto es, estimado amigo, que todavía desvarías un tanto en algunas cuestiones, pero no me cabe la menor duda de que una vez que te has dado cuenta de la ineficacia del sistema socialista, de su injusticia y de la infelicidad que produce, poco a poco el resto de mitos revolucionarios en los que hasta ahora has creído irán cayendo uno a uno como lo que son: falsedades que no soportan un análisis intelectual medianamente serio.

Enhorabuena, Willy, amigo, eres un burgués y un capitalista, disfrútalo, no te avergüences de ello, me alegro sinceramente porque como ya sabes, y si no lo sabes te lo digo yo, hay "más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento".

Eso sí, ándate con ojo con lo que dices no sea cosa que compruebes en tus propias carnes redimidas en qué consisten la libertad de acción y de expresión que se disfrutan en Cuba.

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