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Carlos Pérez Gimeno

La guerra de los Linares

Marina afirma que cuando a Sebastián le repitió el infarto ella se presentó en la clínica a pesar de la situación pero que le negaron la entrada y no pudo verle.

La guerra entre Sebastián Palomo Linares y Marina Danko no ha hecho nada más que empezar. Después de 35 años de matrimonio lo único que ha quedado entre ellos son reproches, y cada uno defiende su parcela.

El entorno del torero afirma que lo está pasando muy mal, que está abatido, que su recuperación está siendo muy lenta y que las declaraciones a la revista Hola hechas por Marina, previo paso por taquilla, le han sentado como un tiro. Un dinero, por cierto, que con toda seguridad no le ha venido nada mal, ya que su situación económica desde hace tiempo se venía especulando que era bastante delicada.

Marina afirma que cuando a Sebastián le repitió el infarto ella se presentó en la clínica a pesar de la situación pero que le negaron la entrada y no pudo verle. No hay que olvidar que no es el primer infarto que sufre el diestro; en alguna ocasión incluso se llegó a comentar que no se cuidaba todo lo que debería hacerlo y que ese era otro de los muchos problemas que tenía el matrimonio.

Mientras que la otra versión de los hechos es muy diferente: el diestro estaba en la UCI, y allí el número de personas y el tiempo es muy restringido, pues solo puede pasar una persona por familia o como mucho dos; como estaba su hijo Miguel era imposible que ella pudiera entrar, pero quieren dejar muy claro que nadie le prohibió la entrada.

Por otro lado, la colombiana afirma que el diestro la echó de la finca, mientras que Sebastián lo desmiente de manera rotunda, alegando que ella se trasladó a Madrid, en el mes de marzo, al piso que tienen en el barrio de Salamanca.

Las versiones son totalmente dispares. Lo que sí es evidente es que hay una ruptura y dos puntos de vista de los hechos que no tienen nada que ver. Y al parecer también hay sombras de terceras personas, por parte de los dos, aunque ninguno lo admite.

Hace unos días, parece ser que Marina salió a cenar con un amigo especial, muy conocido en este país: según publica la revista Diez Minutos, Marina se refugia en José Bono. La realidad es que queda mucho por ver y no está claro cómo van a solucionar su particular Guerra de los Rose.

¿Recuerdan aquella película?

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