Nada más y nada menos que tres días de festejos han sido necesarios para celebrar el cumpleaños de Carmen Martínez-Bordiú. Eso es poderío. La cita, en el balneario de la Hermida en Cantabria. A pesar del mal tiempo alrededor de 120 personas, entre familia y amigos, se desplazaron hasta allí para acompañar al matrimonio Campos.
Carmen decidió que no quería exclusivas ni fotógrafos con el fín de evitar problemas con sus invitados. Tan sólo dio una rueda de prensa en el spa para presentar unas cremas que llevan su nombre. En la fiesta estaba totalmente prohibida la entrada de cámaras. Acudieron amigos llegados desde distintos lugares: Madrid, Sevilla, Panamá y México.
Por parte de José Campos, estuvieron sus padres y amigos del matrimonio de Santander. Por parte de ella, la Duquesa de Franco y sus hijos Jaime y Francis, que vino acompañado de su mujer, Miriam Guisasola, y los hijos de ambos. Llegaron juntos a pesar de haberse publicado su separación hace unos meses. El que fuera rejoneador Rafael Peralta y señora, Josemi Rodríguez- Sieiro, Pedro y Begoña Trapote, Nieves Herrero y el nadador David Meca fueron otros de los invitados. La hija de Carmen, Cynthia Rossi, llegó desde París con su novio. Hubo dos grandes ausencias: Isabel Preysler y Luis Alfonso de Borbón. El hijo de Carmen no pudo asistir porque el embarazo de su esposa, Margarita de Vargas, que espera gemelos, les impide viajar. El matrimonio reside en Venezuela… pues que no les pase nada, después de cómo está ese país. A consecuencia del pésimo tiempo que hizo, hubo gente que tuvo grandes problemas para llegar y algunos no lo lograron.
La Bordiú apareció con un traje corto, dorado, de fiesta. Estaba realmente guapa. Lucía además unos pendientes muy discretos, haciendo juego con una sortija. El menú estuvo compuesto por unos surtidos de patés, merluza con guarnición de pimientos y de postre, diferentes clases de tartas. La homenajeada sopló las velas como manda la tradición. Para bajar la cena, nada mejor que un flamenco, y para terminar la noche y la juerga, discoteca hasta donde aguantara el cuerpo. El sábado por la mañana, para combatir la resaca, todos los invitados tuvieron acceso a las instalaciones del complejo para someterse a todo tipo de tratamientos y masajes. Un almuerzo informal, una buena siesta, y como despedida el domingo, un cocido montañés.
Me imagino que con tanta celebración, esta semana todos los asistentes estarán a lechuga y verduras a la plancha, y si encima se cocinan con las sartenes que publicita Belén Esteban, eso ya puede ser “la Gloria”. Lo más “chic” en este momento no es ir a Gstaad a esquiar o alquilar un jet “privé” para ir a cenar a París y regresar después de comprar el último brillante en Tiffany´s. Lo más es ir a un hiper y hacerse con un juego de esas sartenes de La Esteban. No se pegan los alimentos y el “pollo a la Andreita” sale en su punto. Así su madre se ahorrará su famosa frase “Andrea, coño, cómete el pollo” para convencer a la nena. Me consta que en los círculos más “chupis” de la sociedad no se habla de otra cosa. Si no tienes esas piezas clave de menaje en tu cocina, despídete. No eres nadie.