Yo no sé si Dios existe o no. Pero de lo que no tengo duda alguna es que la censura pura y dura campa por sus respetos en Barcelona de la mano de esa nueva religión que la Iglesia nacionalsocialista ha impuesto en nombre de la lengua propia.
Hace unas semanas dos autobuses de Trasportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) pasearon el slogan: "Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida". La ocurrencia le pareció modernísima al alcalde socialista, Jordi Hereu. Tanto, que el presidente de Ateneos de Cataluña, Joan Carlos Marset, confesó el apoyo del comité de empresa de TMB a la campaña. A los pocos días contraatacaron E-Cristians con esta otra: "Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo".
La eterna disputa entre Razón y Fe que hizo correr ríos de tinta entre medievalistas y renacentistas. Vamos, una disputa antigua a favor de una reivindicación moderna, el trasporte público. Algo hemos ganado desde entonces: las dos campañas nos invitan a disfrutar. Bendito sea Dios o su ausencia.
Les he de confesar que uno no está ya para tales disputas, aunque he de reconocer que el medio ha convertido el mensaje en actual. Y ahí no ha parado. O espero que no pare.
"Tolerancia", asociación nacida en 1992 contra la limpieza lingüística y nave nodriza de muchos más movimientos contra la exclusión nacionalista, tuvo la feliz idea de inspirarse en el éxito de ambas para contratar una campaña de publicidad con Trasportes Metropolitanos de Barcelona. Lo hizco con el objetivo de dar a conocer a los padres la sentencia del Tribunal Supremo donde se les reconoce el derecho a elegir la lengua vehicular de sus hijos en la primera enseñanza. ¿Por qué la necesidad de una campaña? Porque los responsables de Educación del Gobierno de Cataluña y su presidente, José Montilla, han vuelto a incumplir la ley de política lingüística de 1998, artículo 21.2, y la propia sentencia del Tribunal Supremo al no incluir en las hojas de preinscripción la casilla correspondiente para poder elegir lo que el TSJC y el TS han dictaminado en sentencia firme. ¿Y qué ha pasado? Que el Ayuntamiento de Barcelona ha censurado esa campaña donde se dice: "Sí puedes elegir. ¡Tienes derecho! (Sentencia del Tribunal Supremo de 12/12/2008)".
Desde mediados de Febrero, la Asociación por la Tolerancia tenía formalizado un precontrato y ya había abonado el 50% del importe de la campaña, pero ¡hete aquí! que a última hora la empresa PROMEDIOS –que gestiona en exclusiva la publicidad de los autobuses de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB)– pide a la Asociación por la Tolerancia que cambie el lema de la campaña, de lo contrario no podrán llevarla a cabo. Tolerancia se negó y PROMEDIOS anuló el precontrato, aduciendo: "Somos una empresa privada que nos dedicamos a comercializar soportes publicitarios a clientes comerciales. Una campaña como ésta crea polémica y puede hacer daño al medio". La propia directora general de PROMEDIOS, Elena Ramos, se responsabilizó en exclusiva de la negativa a incluir tal publicidad en TMB sin que nadie hubiera pedido cuentas de su autoría. Estaba claro que pretendía salvar de toda responsabilidad al propio Ayuntamiento de Barcelona y de paso ganar puntos en una sociedad donde la sumisión al nacionalismo siempre genera dividendos.
Pero la torpeza del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, desvelaba su íntima coincidencia con PROMEDIOS, en unas declaraciones hechas desde Madrid a Europa Press decía: "Me temo que (a la asociación por la Tolerancia) le interesa más la fotografía de que los autobuses no dejaban hacer esta inserción publicitaria que estrictamente la inserción publicitaria". Mira que el señor alcalde lo tenía fácil para chafar el maléfico plan de Tolerancia de hacerse publicidad a costa de la negativa de TMB a insertarla en el autobús Nº 32 de su flota metropolitana. Pero la señora directora general de PROMEDIOS, Elena Ramos, prefirió no insertarla. ¡Cachis! ¡Qué fallo!
Pero el Sr. alcalde no se conformó con mostrar su rechazo a que los ciudadanos sean informados de sus derechos, además intentó justificar el motivo supuestamente objetivo: "Si se cumplen los requisitos legales, no tengo inconveniente en que haya inserción, pero no podemos hacer campaña que sólo afecte a un autobús". Efectivamente, la campaña de los ateos fue patrocinada en dos autobuses (14 y 41) y la de los creyentes en tres (6, 14 y 70). Ventajas de estar más cerca de Dios.
Ahora sabemos que si Tolerancia contrata más de un autobús, entonces nuestro Alcalde nacionalsocialista no rechazará un suculento contrato de 1.310,80 euros por cada bus. Por lo cual, desde este mismo artículo y en conformidad con Tolerancia, llamo en su nombre a una campaña de recogida de euros para lograr publicidad en muchos más autobuses. Llevará el lema siguiente: "Probablemente la censura existe, Colabora con Tolerancia y acaba con la censura nacionalista". El número de cuenta de Tolerancia habilitado es el siguiente: La Caixa, 2100 1337 27 0200033503
Los presupuestos del Gobierno de la Generalitat engrasan cientos de entidades para extender la exclusión, seamos todos los ciudadanos de España quienes ingresemos una pequeña cantidad para ayudar a Tolerancia a denunciar el incumplimiento de la ley por parte del presidente de la Generalitat, el honorable Sr. José Montilla.
Quien ande quejoso por el percance, ya sabe como desahogarse.
Todos podemos hacer algo contra el abuso. En nombre de mi grupo parlamentario de C’s, he presentado una propuesta de resolución en el Parlamento de Cataluña para que el Gobierno de Cataluña pida explicaciones al Ayuntamiento de Barcelona e inste al Consell Audiovisual de Catalunya para que tome cartas contra la censura en el Ayuntamiento de mi ciudad. Ya que lo pagamos y nos da tantos disgustos...