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Antonio Robles

Derechos civiles y segregación en Cataluña

Aquí ganaron los blancos nacionalistas y perdieron los negros hispanohablantes segregados por su lengua.

"La unidad de España me la suda", acaba de largar el Gran Wyoming a propósito del peligro de ruptura territorial. Y sugirió que el problema de Cataluña está inventado por el PP como medio para cosechar más votos del resto de España.

No sé si es peor su sectarismo mental o su ignorancia de lo que ocurre en Cataluña. Me gustaría discutirlo a cara de perro en directo en uno de sus programas.

El problema no es la independencia hipotética de Cataluña, sino la segregación, la manipulación, la exclusión, el racismo cultural y el supremacismo del catalanismo político actual. Si hoy no nos han convertido definitivamente en extranjeros a más de la mitad de la población de Cataluña, es porque aún queda Estado, aún se conserva esa unidad de España que se la suda. Un señoritingo madrileño con más dinero que pesa y más peso mediático que el 99,99 % de los españoles debería saber que la unidad de España garantiza o debería garantizar el bien común de todos los españoles, vivan donde vivan, hablen la lengua que hablen, tengan limpieza de sangre catalanista o no.

Mañana jueves, 13 de julio de 2017, a las 18:30, ciudadanos de a pie han sido convocados por la Asamblea por una Escuela Bilingüe en Castelldefels para apoyar a 38 familias que han tenido el coraje de llevar a los tribunales el derecho de sus hijos a estudiar también en castellano. Porque para pedir un derecho humano tan elemental, recogido en nuestra Constitución, en Cataluña hay que tener mucho coraje. Y estar dispuesto a pagar las consecuencias.

Bajo el lema Razones para una escuela bilingüe, se quiere denunciar el acoso, el desprecio, la satanización, que grupos de nacionalistas organizados pretenden intimidarlos para que renuncien al derecho que los propios jueces les han concedido en varios autos (TSJC): el derecho a estudiar, al menos, el 25 % en español. ¡Qué cosas, el 25%! Y ni eso. Les están intentando escamotear ese ridículo porcentaje con trucos y malas artes.

Sr. Wyoming, es una cuestión de derechos civiles conculcados por la autoridad competente. El propio Ayuntamiento de Castelldefels, encabezado por la alcaldesa del PSC, María Miranda; el sindicato de enseñanza Ustec o la organización racista Som Escola; la dirección del centro Josep Guinovart, representada por su directora, Llüisa Alonso, y la jefe de estudios, Montserrat Grima; parte de los profesores y padres contrarios a que no se estudie ni una sola asignatura en español, más la ex responsable de Educación están hostigando a esos padres como antes lo hicieron con los padres de Balaguer o de Mataró hasta arruinarles la vida. Ver las imágenes de acoso de los amos de la masía en YouTube nos traslada amargamente a la lucha por los derechos civiles de los años cincuenta en EEUU. ¿Qué diferencia hay entre aquellas familias negras que deseaban llevar a sus hijos a estudiar a colegios exclusivos para blancos y nuestros hijos en la Cataluña de hoy que quieren estudiar también en castellano y sin embargo son escrachados hasta la náusea, mientras TV3 y el orden establecido los jalea? Ninguna, solo el racismo cultural de los nacionalistas, y la ceguera ideológica del Sr. Wyoming.

Cuando en EEUU se dictaron normas para acabar con la segregación racial en las escuelas, algunos estados del sur ni querían ni podían aplicarlas por la presión de los blancos contra su aplicación. Como aquí los nacionalcatalanistas contra los hispanohablantes hoy.

En 1957, cuando EEUU acabó con la segregación racial en las escuelas, en Arkansas fueron las tropas federales, es decir, el Estado, quienes tuvieron que escoltar a los niños y niñas negros hasta las escuelas para impedir que los blancos les impidieran entrar. Y hubieron de ser las tropas federales, es decir, lo que aquí hubiera sido la Guardia Civil, las que escoltaran a los niños y niñas negros para poder ejercer el derecho a entrar en la escuela contra el rechazo de los blancos. Una estampa que quedó esculpida para la historia a través de las enternecedoras fotos de Little Rock. En Cataluña ha pasado y pasa todos los días sin que nadie lo impida. Aún nos indigna el acoso y derribo a los padres de Balaguer y de Mataró por desear que sus hijos puedan estudiar en castellano. Las imágenes vergonzosamente segregacionistas están ahí y nadie defendió el derecho que les habían reconocido los tribunales. Aquí ganaron los blancos nacionalistas y perdieron los negros hispanohablantes segregados por su lengua.

PD. ¿Cómo ayudar? No nos queda otra que defenderles. Aquí la ley, y la Guardia Civil a las órdenes de un Gobierno ausente, se ha perdido en el mismo laberinto que el Gran Wyoming. Por eso me permito convocarles a la Biblioteca Ramón Fernández Jurado de Castelldefels a una charla de apoyo e información. dCIDE, además de asistir, ha dado su apoyo público, como lo ha hecho con la recogida de firmas para la ILP de la plataforma Hablamos Español, recientemente puesta en marcha para llevar al Congreso una ley de lenguas por la que ningún ciudadano español pueda ser discriminado por querer estudiar y expresarse en la lengua común de todos los españoles en ningún rincón de España.

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