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Antonio José Chinchetru

¡Manda megas!

Se ve que para González-Sinde lo que opinen los consumidores no cuenta. Será que criticar a los "culturetas" es antipatriota y, por tanto, nadie tiene derecho a hacerlo.

Parece ser que no teníamos ya suficiente con Teddy Bautista, para el cual 120 millones de euros en concepto de canon digital son una miseria y que, tras años insultado a quienes nos oponemos a dicho sobreprecio, dice abogar ahora por un pacto donde "donde la concertación sustituya a la confrontación"; ni con Luis Cobos, cuya entidad sin animo de lucro disponía 41,5 millones de euros en deuda pública y fondos de inversión; ni con el "galáctico" Jaume Sisa, sobre cuyo apellido evitaremos hacer chistes fáciles, imaginando contubernios; ni con José Luos Borau, afamado inventor de la presunción de culpabilidad; ni con David Bisbal, el gran experto de temas de los que nada sabe; ni con Pau Donés, que no duda en insultar a sus fans. No, no era suficiente; necesitábamos alguien más, como por ejemplo la presidenta de la Academia de Cine.

Ángeles González-Sinde se suma al discurso victimista y al insulto a quienes se oponen al canon. Este jueves ofreció una conferencia de las que merecen ser recordadas por la caradura demostrada y por lo absurdo de los argumentos. Se lamenta la señora de que el ministro Montilla escuchara y tuviera en cuenta a las empresas "importadoras de tecnología". Está claro que la única voz que considera que tenía que haber sido escuchada es la de "más de ocho mil autores" (¿de dónde sacará esa cifra?). Se ve que para González-Sinde lo que opinen los consumidores no cuenta. Será que criticar a los "culturetas" es antipatriota y, por tanto, nadie tiene derecho a hacerlo. Y cómo no se va a lamentar, si lo hace hasta de que su institución "sólo" recibe 101,62 millones de euros anuales del Ministerio de Cultura.

Arremete, como ya hiciera en su día Luis Cobos, contra las empresas proveedoras de internet. Se queja de que en la Ley del Cine estas compañías se hayan "ido de rositas" (se ve que hay que castigarlas por vendernos un servicio que nos permite acceder a la red) y le parece sospechoso que Telefónica (el recurso fácil, personalizar en el operador dominante en el mercado) ofrezca 20 megas de conexión. Dice que son demasiados. Entérese la presidenta de la Academia del Cine que son pocos comparados con los disponibles en otros países. No vamos entrar a fondo aquí en las otras cuestiones sobre las que ha hablado, por salirse de los temas que corresponden a esta sección, pero ahí también se ha lucido. Pretende obligar por ley a que las televisiones gasten más en cine español y, cómo no, arremete contra Hollywood (ya saben, ese lugar maldito con cuyo reconocimiento suspiran todos los actores y directores españoles).

Entérese esta señora (o señorita) de que el problema del cine español no es otro que... el cine español. En líneas generales, que en todo hay excepciones, su calidad deja mucho que desear. Y eso se aplica tanto a actores como directores y guionistas. Aunque consiguieran que nadie se descargara una película gratis de internet, su público seguiría acercándose cada vez más a cero. Y eso no se arregla con el canon, que lo único que hace es rellenar los bolsillos de esas personas que o no saben o no quieren hacer productos que gusten a los consumidores.

Un apunte más. Hemos oído demasiadas declaraciones muy duras en torno al tema del canon por parte de quienes se forran con él en la semana de la investidura de Zapatero y las anteriores. Esto sí resulta sospechoso. Suena a aviso al presidente del Gobierno para que recuerde el apoyo que le dieron durante la campaña electoral y les pague con el dinero de todos los españoles. ¡Manda megas!

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