La red se ha convertido en un instrumento fundamental en cualquier estrategia de comunicación política y movilización social de todo tipo. Aunque en España estemos a una distancia abismal de lo que se hace en otros países, en especial de Estados Unidos, aquí también se ven cosas que merecen la pena; y lo mejor no viene –no podría ser de otro modo– de los partidos políticos. Si hace algo más de medio año la Asociación de Solidaridad España-Israel (ASEI) sorprendía a los internautas españoles con su campaña País de mierda, ahora son la Asociación Española Cuba en Transición y la Asociación de Iberoamericanos por la Libertad quienes han puesto en marcha la no tan impactante pero sí muy buena iniciativa web Cuba. Medio siglo sin libertad.
Se trata de una web de una apariencia muy limpia y, al mismo tiempo, ingeniosa. Se ha puesto en marcha para generar un efecto viral que movilice a internautas de cara a la concentración que se celebrará en el próximo 1 de febrero con el objetivo de reclamar la libertad para Cuba. El mecanismo de preguntas-respuestas, que ofrece un contenido diferente según la contestación seleccionada, resulta ingenioso y eficaz como método tanto de movilización como de divulgación de la realidad cubana. Y es de agradecer que el código para insertar el banner de la campaña en la bitácora de cada uno sea tan fácil de localizar.
Además de su calidad, debe destacarse también su objetivo: animar a participar en una concentración contra una dictadura que se prolonga ya durante medio siglo y que somete a millones de seres humanos a todo tipo de sufrimientos. Merece la pena asistir por muchos motivos. Las que dan los responsables de la campaña son suficientes, pero hay más. En ese país, lejano en lo geográfico pero cercano en lo emocional y lo cultural, los ciudadanos no pueden ser llamados tales (puesto que no gozan de derechos y libertades frente al todopoderoso Estado) y viven en una situación difícil de imaginar desde España.
En Cuba, cualquiera puede sumarse a los miles de encarcelados –incluidos más de doscientos presos políticos– por molestar al Gobierno. Y hacer esto último no es nada complicado: basta con expresar tu opinión en voz alta (incluso dentro de tu propia casa), ser católico practicante, homosexual, activista pro derechos humanos, sindicalista, masón o cantante de punk, entre muchas otras cosas. Basta con leer libros que no sean del gusto del régimen, escuchar emisoras extranjeras con una radio de onda corta (prohibidas), ver cadenas de televisión foráneas o simplemente conectarse a internet sin permiso del Gobierno.
La falta de libertad y la locura dirigista del régimen ha condenado al exilio a dos millones de cubanos y sometido a la miseria a muchos millones más (incluidos todos aquellos que quieren irse pero a los que el castrismo prohíbe salir de la Isla). El paraíso socialista caribeño no es más que el infierno en la tierra.
Por todo ello, merece la pena participar en la difusión de la campaña Cuba. Medio siglo sin libertad y, por supuesto, acudir el mediodía del próximo 1 de febrero a la Puerta del Sol de Madrid.