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Amando de Miguel

Política, que algo queda

El lema electoral con el que perdió ("Trini puede") es una completa horterada. Además, se trata de una copia espuria de lo de "Yes, we can" de Obama. Más le hubiera valido a la ilustrísima doña Trini haber aprobado las oposiciones a diplomática.

León Zeldis Mandel (Israel) aporta una versión auténtica del juego de palabras con el mito de Evita Perón. En la (primera) época peronista se decía: "Perón protege la industria y evita la prostitución". Así escrito, era impecable.

Algunos libertarios se quejan de que aquí haya criticado yo a las ministras, como Pajín o Jiménez, mientras que haya exonerado de mis malévolos comentarios a los ministros varones. Hay quien me reprocha que ese desequilibrio se debe a que no sé lo que es "urbanidad". La verdad es que he escrito un libro entero sobre el asunto (Cien años de urbanidad). No tengo empacho en decir que lo que me irrita es la incompetencia de algunos ministros, con independencia del sexo, la edad y el origen geográfico de los interesados. Concretamente, los ministros de Trabajo o de Fomento me parecen perfectamente incompetentes. Para dirigir la gran "empresa" del Gobierno (la que maneja más presupuesto de España) se necesitan ministros que sepan inglés y tengan conocimientos de Economía. Eso, por lo menos. Añado que no me parecen muy válidas las opiniones sobre los políticos cuando los opinantes dependen sustancialmente de los que mandan para mantener su nivel de ingresos. Espero que alguien se dé por aludido.

Pedro Manuel Araúz me facilita un dato interesante: doña Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores, estuvo casada con un diplomático y se divorció. Así pues, no es correcto que digamos "señorita Trini". Aunque cabe el recuerdo del gran Boby Deglané cuando preguntaba a una radioescucha: "¿señora o señorita?". Si la mujer contestaba "señorita", el locuaz locutor comentaba galante: "Porque usted lo quiere". No me parece despectivo lo de "señorita Trini". En cambio, el lema electoral con el que perdió ("Trini puede") es una completa horterada, y perdón por los horteras. Además, se trata de una copia espuria de lo de "Yes, we can" de Obama. Más le hubiera valido a la ilustrísima doña Trini haber aprobado las oposiciones a diplomática.

Graziella Sáenz de Heredia me cuenta que una canadiense pacifista envió una carta a las autoridades de su país quejándose del trato que se daba a los terroristas de Afganistán. Le contestó el ministro de Defensa de Canadá con la sugerencia de que la familia de la pacifista se hiciera cargo de un terrorista afgano hecho prisionero. Le avisaba de que era una persona violenta y peligrosa, pero así tendría ocasión de integrarse pacíficamente en la cultura canadiense. Es una idea que podríamos aplicar a algunos presos de la ETA, salvando todas las distancias.

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