Es claro que no todas las voces del diccionario se utilizan con la misma facilidad. Hay palabras raras, cultas, semicultas, corrientes, vulgares y soeces. Pero, incluso en el lenguaje culto, hay modas y manías que llevan a preferir ciertos términos. Pasa un poco como en la moda del atuendo. En tiempos de Felipe II y ahora mismo, a los españoles distinguidos les gusta vestirse de negro o de colores oscuros. Hay un extraño placer gregario en presentarse como los demás del ambiente de uno. Se puede advertir hoy que el "uniforme" de negro o de gris satisface especialmente a los intelectuales, profesionales o políticos que quieren pasar por progresistas. También se inclinan por ese atuendo cuando quieren aparecer más jóvenes de los años que tienen.
Pues bien, ese mismo gregarismo se produce en los intelectuales, profesionales o políticos por lo que se refiere a las palabras preferidas. Adelanto sólo una selección de voces favoritas del actual lenguaje culto:
- "conllevar", no en el sentido tradicional de "soportar" sino en el de "suponer".
- "contundente", en el sentido de "óptimo, claro, definitivo, decisivo".
- "estamos hablando", equivalente, más o menos, a "o sea".
- "en función de", no en el sentido matemático, sino en el vulgar de "debido a".
- "a día de hoy", equivalente a "hoy, ahora, actualmente".
- "hace referencia", equivalente a "se refiere".
- "referente", en el sentido de "modelo" o "ideal".
- "básicamente", en el sentido de "fundamentalmente".
- "preveer", en lugar del correcto "prever".
- "ámbito", con preferencia a "círculo, espacio, aspecto, terreno, campo".
- "por llamarlo de alguna manera" (no significa nada).
- "en este sentido" (tampoco añade nada).
- "a futuro", mejor que "en el futuro".
- "a corto", una simplificación de "a corto plazo".
- "moneda de cambio", para indicar un interés egoísta o ilegítimo.