Llamo comentaristas a los que damos nuestra opinión en los medios. También tenemos nuestra jerga, con las modas o muletillas correspondientes. Ya me he referido a lo de "transversal", que tanto nos gusta, lo que no es ni vertical ni horizontal. El otro día coincidí en una tertulia televisiva con un político del partido de Rosa. Dijo de un tirón: "transversabilidad". Lo que es más común, llamó "insurgentes" a los terroristas. Se refería a los de Al Qaeda (que no sé por qué no los llamamos "Alcalde", esto es, "juez"). La moda de los comentaristas se obtiene por simple imitación de alguien que emitió esa palabra por primera vez y quedó bien. La jerga consiste en repetirla a troche y moche. La fase final es que la repitan los políticos. He aquí, por ejemplo, algunas de las palabras y expresiones que ahora repiten con deleite los comentaristas y que les dan un sentido que no es el establecido o habitual:
- obsceno, no en el sentido de "impúdico" sino más bien como "disparatado o confuso".
- contundente, no en el sentido de "que produce una gran impresión" sino más bien, determinado, oportuno.
- realpolitik, con minúscula, no en el sentido de la Realpolitik alemana, esto es, el talante sin principios. Ese real significa más bien "las cosas", no "la realidad". Pero ahora se dice realpolitik en español para indicar un espíritu realista, pegado a la realidad. No está mal el terminacho; lo peor es su reiteración; venga o no a cuento.