Ahora que estamos en las profundidades de la crisis, con el peor Gobierno y la peor Oposición posibles, bueno sería dar una buena noticia acerca de la depresión. La depresión psicológica, no la económica.
Unos investigadores han descubierto que los deprimidos son mejores a la hora de afrontar una sucesión de decisiones complejas. El experimento plantea el problema que se presenta a la hora de buscar una pareja o una casa: en un momento hay que dejar de buscar y elegir entre lo encontrado. Los deprimidos del experimento necesitaban más datos antes de decidirse, pero sus resultados estaban más cerca del óptimo. Esta es la primera vez que se descubre alguna ventaja concreta en personas con depresión clínica y arroja luz sobre las razones por las cuales sirvió la depresión a nuestros antepasados, lo que explicaría por qué hemos heredado esa reacción psicológica.
Parece que los deprimidos son más fríos y analíticos. Es lo que se esperaría si la depresión fuera un periodo en el que se hace tabla rasa de las expectativas como consecuencia de un fracaso o a consecuencia de un cambio en las circunstancias.
El deprimido se coloca en una actitud preventiva intentando minimizar el daño. La autoestima propia mide los recursos que uno tiene para afrontar el futuro; a mayor autoestima, mayores son los riesgos que uno puede asumir sin ponerse a sí mismo en peligro. El deprimido, con su autoestima por los suelos, no puede asumir riesgos y por eso valora con más detenimiento las cosas. Por ejemplo, yo puedo asumir que "Juan es mi amigo" y que "si trabajo mucho me ascienden". Pero si ahora me despiden, entonces puede que Juan tampoco sea amigo mío, porque igual la amistad de Juan la he asumido con la misma ligereza que el ascenso. En estas circunstancias no podría asumir una traición de un Juan. En el pasado, un fallo de expectativas podría suponer la muerte para alguien en una mala situación. La depresión evita ese peligro.
Poco a poco las razones de la depresión aparecen cada vez más claras. Mientras tanto, quizá un efecto directo de estudios como éste sea el encontrar un nicho de trabajo para los deprimidos en tareas de análisis. Puede que los deprimidos sean los mejores evaluadores de riesgos en la toma de decisiones por parte de las empresas.