Umbral no contestará a la andanada que Pérez-Reverte le ha lanzado en El Semanal de ABC. No será por falta de huevos, pobre, sino porque no creo que Umbral lea mucho; además, supongo que está tan fuera de juego de la vida cultural y política que ni siquiera llegara a enterarse del artículo de Pérez-Reverte. Por parte de los más allegados a Umbral, amigos y familiares, estoy convencido de que nadie se atreverá a contarle al columnista de El Mundo lo escrito por Pérez-Reverte. Sospecho, en fin, que el aislamiento de Umbral es tan absoluto que nadie le permitirá leer el texto del aguerrido columnista de El Semanal. Una pena, dicho sea de paso, que no podamos leer la respuesta. Tampoco creo que contesten por él sus más firmes partidarios, porque son tan políticamente correctos que, lejos de darnos un poquillo de aliento a los espectadores de “cierta” vida literaria, se esconderán en los tópicos de siempre. Les bastará con decir: ¡Cosas de literatos!
Pero, más allá de que esto sea cosa de un pique entre novelistas, debería importarnos mucho las acusaciones que hace Pérez-Reverte de Umbral. Una crítica entre autores debería ser, sin duda alguna, un acontecimiento importante de la vida cultural de un país. Más aún, de ser ciertas las críticas de Pérez-Reverte, y en principio no tengo porque ponerlas en duda, diríamos que estamos ante uno de los peores escritores de España de todos los tiempos. ¡Para qué repetirlas! Mejor leerlas para hacernos cargo de su verdadera justeza intelectual.
Sin embargo, tengo la alevosa sensación de que a Pérez-Reverte le falta algo en su columna, que nada tiene que ver con los huevos sino con la perspicacia intelectual. Creo que ha olvidado algo en su acerada crítica a Umbral. Me refiero a la labor periodística del novelista Umbral. Es raro que un periodista tan avezado como Pérez-Reverte haya olvidado una crítica, una sencilla crítica, al columnismo político de Umbral. ¿Por qué? Lo desconozco, pero hubiera sido tan sencillo destrozar a Umbral por sus siniestros inventos lingüísticos, especialmente a la hora de desfigurar la realidad política, que me resisto a creer que han pasado desapercibidas para un hombre tan listo como Pérez-Reverte. Porque Umbral ha sido, y aún es, una referencia intelectual para saber por dónde va la vida política de España, pues todos los días tiene a su disposición nada más y nada menos que una columna del periódico El Mundo, no entiendo por qué pasar tan de puntillas por su nefasta labor de columnista político. No entiendo, pues, porqué Pérez-Reverte no ha dicho nada, en efecto, de los despropósitos que Umbral ha traído desde su columna al análisis de la democracia en España.
