Mal llevo las lecciones de moralidad de los políticos a sus compañeros de timba. Mal llevo las declaraciones de los socialistas ante el caso Gürtel. Mal llevo el salvajismo "intelectual" con que está siendo presentado el sumario de este caso. Pero, sobre todo, resulta deleznable la tibia reacción de la dirección del PP con su antiguo tesorero. No acabo de entender por qué la implicación o no implicación del señor Luis Barcenas tiene que ser tratada de modo diferente al de otros implicados del PP. Nadie ha dado una sola razón convincente para que Rajoy no siga la conducta contundente de Esperanza Aguirre contra los implicados del PP de Madrid.
Todavía estamos esperando que la dirección de Génova explique con criterios razonables por qué unos implicados del PP son expulsados del partido y, por el contrario, otros son protegidos por la organización aunque estén igualmente implicados en el mismo sumario judicial. No digo que esta conducta, en efecto, carezca de coherencia, pero alguien tendrá que explicarla y justificarla. Eso es hacer también política, o mejor dicho, pedagogía política. Ni la señora de Cospedal ni nadie del partido consigue persuadirnos del trato diferente que está dado el partido a los implicados del PP.
Aunque el PP está cada vez más lejos de la persuasión política, debería esforzarse en dar explicaciones un poco más sólidas sobre el desigual trato que está dando a sus dirigentes políticos para que no lo confundan con un partido pasota y desvaído, o peor, arbitrario y sectario. Pero, por desgracia, pasan las horas y esas explicaciones no llegan, precisamente ahora, cuando se ha hecho público el sumario, y es más necesaria que nunca distinguir los grados de implicación de unos y otros. No se diga, en fin, que la apertura del sumario, aunque sea parcial y manipulada, no aporta nada nuevo, porque entonces tendremos que pensar que el PP, como el resto de sus compañeros de timba política, sólo aspira a crear mentiras políticas, es decir, afirmaciones o negaciones efímeras. Hoy digo una cosa y mañana la contraria.
Sí, sí, hay una especial novedad en el caso Gürtel, a saber, que el sumario se ha hecho público, por lo tanto, se requiere una nueva respuesta del PP. Si no la da, entonces tendremos que pensar que el deterioro moral de la corrupción ha acabado con la posibilidad de hacer una política democrática.