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Agapito Maestre

¡Evolución o salto!

A pesar de la bronca revolucionaria que preparan los sindicatos y el PSOE, el Gobierno de Rajoy ha traído estabilidad y sosiego, o mejor, normalidad democrática

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, está ganando. Me alegro: si Montoro vence, ganamos todos los españoles. A pesar de la bronca revolucionaria que preparan los sindicatos y el PSOE con la movida de la convocatoria de una huelga general para el día 29 de marzo, cuyo principal objetivo es actuar como catalizador central de la campaña electoral del PSOE en Andalucía, el Gobierno de Rajoy ha traído estabilidad y sosiego, o mejor, normalidad democrática.

Los ejemplos de que la economía de una nación, como la política democrática, no procede por saltos bruscos sino por evoluciones graduales, están a la vista: ayer, fue el éxito de la negociación de nuestro déficit con las autoridades de la UE; hoy, es que se aprueba una ley, incluso con el apoyo del PSOE y CiU, en el Parlamento para que las autonomías hagan frente a sus deudas, o mejor, paguen de la manera más rápida posible a sus proveedores.

Montoro, que sabe la fuerza que tiene la economía para definir la política moderna, ha conseguido con la aprobación de esa ley no sólo que le sigan los grupos parlamentarios del PSOE y CiU, sino que el resto de la cámara se abstenga, es decir, se esconda ante la evidencia: con el pago a los proveedores de las autonomías, casi todos del ámbito de la pequeña y mediana empresa, se evitarán muchos despidos y quizá se consiga dar algún empleo. Esta ley supone, según reconocen todos los actores implicados, una inyección económica, pero sobre todo es una muestra para generar confianza fuera y dentro de España.    

También los mercados, tercer ejemplo, le han dado al Gobierno una nueva alegría, o sea, han confiado un poco más en la viabilidad de la nación española. En efecto, este jueves ha traído otra buena noticia para el gobierno de Rajoy, a saber, el Tesoro Público, después de haber anunciado su déficit del 5'2 por ciento sobre el PIB, ha cerrado con éxito una subasta de 3.009 millones en bonos y obligaciones a tipos más bajos. La demanda ha llegado a cubrir la oferta en cinco veces. Todo un éxito, sin duda alguna.    

He ahí, pues, algunas pruebas de que la economía de mercado y la política democrática, a diferencia del arte, nunca proceden por saltos bruscos sino por evoluciones graduales. Montoro, el ministro que tiene ideas y papeles, lo tiene dicho con cita de Friedman: "No es malo que la política esté impregnada de economía porque la economía une, la economía integra". Como ha defendido Friedman, "la libertad de la iniciativa económica en la creación, la producción y en los mercados se ha mostrado en muchas ocasiones como el eje de una política más integradora, para que las personas o los Estados se pongan de acuerdo en algo que favorece a todos, que constituye un bien común, y que está por encima de otras diferencias".

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