La huelga salvaje del Metro de Madrid es el comienzo de una larga temporadita de tensiones sociales, conflictos callejeros y violencia programada por sindicatos, nacionalistas y socialistas. Los piqueteros del Metro de Madrid nos han dado el final de mes a millones de madrileños. Son los mismos que apoyan al valiente Zapatero y desprecian al "conciliador" Rajoy. Los piqueteros de Zapatero han conseguido lo que querían. "Han reventado el Metro de Madrid". Los piqueteros de Zapatero han comenzado su trabajo de otoño en junio. Es un ensayito de lo que Zapatero les tiene reservado a las comunidades peperas para la nueva temporada.
Zapatero, ese tipo curioso que algunos daban por amortizado, empieza a resucitar. Es el destino del listillo, del político-basura, que está en el sitio oportuno en el momento elegido. Zapatero aún dará mucho que hablar. Es el producto mejor destilado por un perverso sistema político, que algunos llaman despectivamente "régimen de derecho" y otros insultan, con sobradas razones, con la expresión "democracia morbosa". Un sistema encanallado, que hace de lo anormal algo ordinario, sólo puede estar liderado por un ser como Zapatero. Él, en efecto, es el responsable de las medidas "represivas" y de los "recortes" salariales, pero los sindicalistas salvajes le montan el pollo a los modositos del PP. He ahí una de las claves de lo que viviremos a partir de septiembre.
La última hazaña del presidente del Gobierno ha sido sufrida por millones de madrileños. Pues que nadie en su sano juicio pondrá en duda que Zapatero, el mismo que congela las pensiones de los jubilados y reduce el salario de los funcionarios públicos, es el principal responsable de la huelga salvaje del Metro de Madrid. Zapatero ha montado a través de sus piqueteros una huelga salvaje contra Esperanza Aguirre. Los piqueteros de Zapatero han hecho visible la principal añagaza de este Gobierno: la ciudadanía ha quedado reducida a plebe. Masas. Así se sintieron millones de trabajadores madrileños cuando no pudieron utilizar los servicios mínimos del Metro de Madrid.
Millones de seres humanos se sintieron secuestrados por las siglas de CCOO y UGT. Millones de seres humanos no pudieron llegar a sus trabajos. Los ciudadanos no éramos tales. Habíamos quedado petrificados como plebe. He ahí el principal legado de Zapatero para la España post-totalitaria que recibirá Rajoy. Puede que el jefe de Gobierno desaparezca en las próximas elecciones, pero, por desgracia, el "zapaterismo", la plebeyez, sobrevivirá a Rajoy. Zapatero es, mientras alguien no diga lo contrario, el motivo de todas las miserias que sufre la plebe hispana. Rajoy, por desgracia, es su principal heredero.