El vídeo socialista para las elecciones europeas revela un sentido fascista de la política. Intentaré justificarlo. Si la sociedad española aguanta este vídeo propagandístico de los ideales socialistas, entonces soportará todo. Quizá no sea ni sociedad. Sólo sea un gentío a las órdenes del nuevo Rosemberg de León. El judío de Chamberlain y Hitler ha sido sustituido por el PP. Estigmatizar al PP como lo hicieron los nazis con los judío es la clave del vídeo más repugnante de la política española. Quedará para la historia de la perversidad ideológica del PSOE en la época de Zapatero.
El vídeo expresa la quintaesencia del "pensamiento" de su líder. Contiene toda su mala fe; no cree lo que dice, pero lo defiende para encrespar, dividir y confrontar civilmente a los españoles. Hay que obtener votos a cualquier precio. Las insinuaciones de esas imágenes y palabras revelan una especie de siniestro orgullo; el vídeo socialista "habla" como los viejos nazis antisemistas, sí, habla como si estuviera en el secreto de las cosas; más aún, el vídeo dictamina como si hubiera encontrado la respuesta a un enigma que la humanidad aún no ha sabido descifrar.
El vídeo conoce la respuesta de todo y presenta a sus posibles interlocutores una verdad inamovible. Una fórmula hecha para la eternidad. ¿Conseguirá esa "seguridad ilusoria" del socialismo totalitario hechizar a quienes se sienten inseguros a la hora de votar? ¿Conseguirá el vídeo socialista hacer pasar por "sabiduría" lo que no es otra cosa que ignorancia, confusión o semierudicción? En quince días obtendremos las respuestas a esos interrogantes. Preparémonos para lo peor. Mientras llega la solución, no razonaré por qué este vídeo es intolerable para una persona normal, pero sí daré un par de notas sobre la atracción que ejercerá sobre la mentalidad totalitaria de nuestra época.
En efecto, este vídeo será visto con agrado por la "personalidad autoritaria", no entro ahora en distingos entre fascistas y comunistas, que lleva adentro todo votante potencial del actual PSOE. Los dirigentes socialistas, naturalmente, están encantados con la pieza audiovisual. A Chaves, el presidente del PSOE, le parece un vídeo clarificador de las posiciones de sus oponentes. También a Jáuregui, aunque reconoce que es un poco provocador, cree que es un trabajo estimulante y acertado. En realidad, el vídeo está hecho con las claves del fascismo de todos los tiempos. Se trata de derribar todas las barreras de la autocrítica racional. El sentido de la mesura y la autolimitación han desaparecido. La prudencia democrática no tiene alojamiento en el totalitarismo socialista.
Al PSOE no sólo le interesa presentarse con superioridad en el plano intelectual, sino sobre todo ofrecer gratificaciones emocionales y narcisistas a sus posibles votantes; la pauta de actuación está copiada del antisemitismo: "el clisé presenta al exogrupo como malo y al endogrupo como bueno". Eso es todo. Ahí residen los principales instrumentos psicológicos que los agitadores fascistas de todos los tiempos pulsan sin cesar. Cuanto más primitivas sean las fórmulas drásticas, debido a su estereotipia, tanto más atrayentes resultan para quienes los votan. El ciudadano que tolere sin indignarse este vídeo estará escupiendo contra el viento. El vídeo es de tal perversidad que, seguramente, en una sociedad civil desarrollada moral y políticamente, les haría perder las elecciones.
El vídeo, en fin, es tan odioso que cualquier persona sensata se pondrá al lado de los descalificados. Es un terrible "canto" a los estereotipos más salvajes de la ideología totalitaria. Quien lo vea y no sienta vergüenza ajena, cumple la condición necesaria para votar a los socialistas. Quien crea que es verdad lo mostrado, diremos que tiene todas las papeletas para ser tratado por el psicoanalista de una grave enfermedad psico-social. Se la conoce por la expresión "personalidad autoritaria".