Desde hace unos años, en el pórtico de la Semana Santa, viene a mi memoria un hecho milagroso que viví en primera persona durante la pericial de explosivos ordenada por el tribunal que juzgó el grado de participación de los veintinueve imputados en los 193 crímenes del 11-M.
Mi memoria puede resultar incómoda e incluso odiosa. No quisiera molestar ni a policías, ni a jueces, ni a gobernantes. Tampoco quiero turbar la paz de los muchos ciudadanos y grupos que disfrutan de prebendas derivadas de aquel genocidio. Mi memoria no es histórica ni recibe subvenciones. Es sencillamente la de un padre de una víctima mortal del atentado que se vio obligado a actuar como perito por la negativa a hacerlo por parte de unos profesionales a los que solicitamos sus servicios, por tratarse de un asunto "muy politizado".
Transcurrían los trabajos analíticos centrados en determinar si el dinitrotolueno (DNT) –presente en todas las muestras de los focos de explosión-previamente lavadas– provenía de alguna posible fuente contaminante. Lo que no se pudo demostrar en las pruebas realizadas. Al retomar el análisis de una muestra calificada como "polvo de extintor" –referenciada como M-1– se aprecia en el cromatograma un pico correspondiente a la nitroglicerina (NG), además del mencionado DNT. Esta muestra de polvo de extintor fue tomada en la estación de El Pozo. El cromatograma (registro gráfico del análisis realizado por cromatografía de gases) era coincidente con el de una muestra de Titadyn analizada como muestra de referencia en la pericia. Los dos componentes del citado explosivo no estaban presentes en la muestra de Goma 2 ECO que sirvió también de muestra de referencia. La presencia de nitroglicerina, unida a la de dinitrotolueno, puso de manifiesto que el explosivo de los focos no era el anunciado ni el explosivo intacto encontrado lejos de los focos. Las grabaciones pendientes de difusión pueden permitir visualizar el hallazgo.
El impacto que produjo la presencia de nitroglicerina, en el polvo de extintor, fue tal que el director de la pericia, haciendo uso de su poder de decisión, no aceptó el resultado hasta la séptima vez que se realizó el análisis. Todo ello cambiando equipos y condiciones analíticas. Esta circunstancia nos hizo comprender la oposición manifestada anteriormente, por él mismo, a que analizáramos la muestra de Titadyn antes aludida. Lo justificaba al decir que este explosivo contenía nitroglicerina y "la nitroglicerina" era un componente muy controvertido". ¿Sería por las declaraciones iniciales de Sánchez Manzano anunciando la presencia de nitroglicerina?
Los cuatro peritos de parte, conscientes de la importancia del resultado, elaboramos un informe para el Tribunal dando cuenta del posible interés del mismo. Los peritos oficiales no se adhirieron. Todo esto ocurrió los días previos a la suspensión de los trabajos durante la Semana Santa.
La muestra M-1, irrelevante en principio por ser polvo de extintor, resultó crucial para poner en evidencia varias cosas:
- Que el polvo de extintor adsorbió, debido a su gran superficie específica, el explosivo utilizado en la estación de El Pozo. Muy probablemente Titadyn.
- Que el DNT de las veintitrés muestras de los focos, no se eliminó totalmente con el lavado, para análisis, realizado por los Tedax; apareciendo también en esta muestra.
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La razón de la negativa del laboratorio de los Tedax a:
- Dar resultados analíticos de las muestras lavadas (23).
- Presentar los registros analíticos obtenidos por cromatografía en capa fina.
- Conservar los líquidos de lavado de las muestras para eventuales análisis.
Después de lo que antecede podemos hacer algunas reflexiones al respecto:
- Sin la participación de los cuatro peritos de parte, ¿hubiéramos conocido la presencia de DNT y NG en las muestras de de los focos?
- La desaparición de muestras entre los trenes y la sede de los Tedax en Canillas, la escasez de muestras de los focos para realizar la pericia, la negativa de los Tedax a solicitar los análisis iniciales de las 23 muestras a la Policía Científica (incumpliendo los protocolos) y la negativa a dar los resultados de dicho laboratorio tanto al juez instructor como al director de la pericia ¿no serían consecuencia de que los resultados analíticos apuntaban al Titadyn?
- En mi opinión, todos estos aspectos no fueron suficientemente valorados por el tribunal, dejando la duda sobre el origen de la carga explosiva utilizada en los trenes.
Anecdóticamente hemos de resaltar que el director de la pericia fue condecorado con la medalla al Mérito Policial con distintivo rojo, es decir, con un sueldo vitalicio. Mi felicitación por esta condecoración. Ignoro las razones. Supongo que se debería al trabajo desarrollado para esclarecer el explosivo utilizado en la T-4.