LD (M. Llamas) Las cuentas públicas españolas se están viendo amenazadas por los efectos de la crisis económica y financiera y, sobre todo, por la política emprendida por el Gobierno. De este modo, la deuda pública podría elevarse desde el 36,8% del PIB actual hasta cerca del 45% en 2009.
El problema es que, pese a que el Gobierno estima que el déficit público del Estado ascenderá al 1,5% del PIB en 2009 (17.100 millones de euros), tal y como recoge el anteproyecto de PGE, presentado por el ministro de Economía, Pedro Solbes, en realidad, el desequilibrio presupuestario será mucho mayor.
La razón estriba en un error de cálculo básico. Y es que, Solbes mantiene que la economía nacional seguirá creciendo en torno al 1% el próximo año, pese a que el propio Banco de España acaba de reconocer que el PIB español registrará tasas negativas en los próximos trimestres.
Es decir, España entrará en 2009 registrando la primera recesión económica (dos trimestres consecutivos con decrecimiento del PIB) desde la última crisis que tuvo lugar en la primera mitad de los años 90. Un diagnóstico que coincide con las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que estima que el PIB español caerá un 0,2% en tasa interanual. Por ello, el cálculo del Ejecutivo en este ámbito es insostenible e "irreal", tal y como advertía recientemente el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Solbes se equivoca en sus cálculos
Las cuentas elaboradas por el Gobierno para diseñar los Presupuestos de 2009 están basados en estimaciones de crecimiento, ingresos fiscales, déficit exterior, consumo y formación bruta de capital, entre otros aspectos, muy optimistas en comparación con la gravedad de la situación económica que vive el país. De hecho, el Gobierno no es la primera vez que falla estrepitosamente en este ámbito. No obstante, Solbes elaboró los actuales PGE para 2008 en base a un crecimiento próximo al 3%.
El hecho de no haber previsto correctamente la evolución de la economía española arrojará como resultado un déficit público (desequilibrio presupuestario) del 1,6% en el presente ejercicio, tal y como reconoce ahora el propio Solbes. Y eso que hasta hace 3 meses, mantenía que las cuentas públicas cerrarían el año con superávit.
El PIB español caerá un 0,2% en 2009
Pese a todo, el Gobierno insiste en que el PIB español seguirá creciendo en 2009. Como resultado, el desequilibrio presupuestario del Estado será mucho mayor al calculado por Solbes. Así, el déficit público amenaza con dispararse del 1,5% (previsión de Economía) hasta el 3% el próximo año, tal y como acaba de advertir el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Es decir, 34.200 millones de euros que tendrán que ser sufragados por los contribuyentes mediante el incremento de la deuda pública que emite el Estado o, lo que es lo mismo, en base a la recaudación de impuestos futuros.
A ello, se añade el plan financiero que aprobará este viernes el Consejo de Ministros, anunciado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que amenaza con elevar aún más la factura final para los contribuyentes, en caso de que los activos crediticios adquiridos por el Tesoro no obtengan la rentabilidad esperada por el Gobierno.
El Tesoro prestará 50.000 millones a la banca española
En concreto, el Ejecutivo prevé adquirir activos bancarios por valor de 30.000 millones de euros, con el supuesto fin de extender el crédito a familias y empresas. Sin embargo, no descarta elevar la cuantía hasta los 50.000 millones de euros. Una inyección de dinero que será sufragada mediante la venta de deuda pública estatal.
En este sentido, los 30.000 millones que el Gobierno destinará a la compra de activos de bancos y cajas elevará la deuda pública prevista para 2009 entre 2,7 y 2,8 puntos porcentuales, con lo que ésta superará el 41% del PIB el próximo año, según avanzó este miércoles el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña.
Ocaña subrayó que esta "línea de financiación" no es permanente y que son préstamos que se dan a los bancos con una garantía que da "plena seguridad" de que ese dinero se va a recuperar. A este respecto, cabe recordar que Zapatero anunció que la medida estará vigente hasta la "normalización" de los mercados financieros. Algo que, a la vista de los últimos datos, no se va a producir en el futuro próximo.
Ocaña subrayó que esta "línea de financiación" no es permanente y que son préstamos que se dan a los bancos con una garantía que da "plena seguridad" de que ese dinero se va a recuperar. A este respecto, cabe recordar que Zapatero anunció que la medida estará vigente hasta la "normalización" de los mercados financieros. Algo que, a la vista de los últimos datos, no se va a producir en el futuro próximo.
Pese a todo, el secretario de Estado destacó que su impacto será temporal y que su gasto no se queda consolidado en la deuda, ya que "desaparece en el momento en que desaparezcan esos préstamos". Según el proyecto de ley de los PGE para 2009, la deuda del conjunto de las administraciones públicas aumentará en 2009 dos puntos, hasta el 38,8% del PIB, porcentaje que ahora, según los cálculos de Ocaña, se situará entre el 41,5 y el 41,6% del PIB.
Preguntado sobre la posibilidad de que Hacienda tenga dificultades para financiar este plan, Ocaña señaló que "en teoría puede ocurrir cualquier cosa, pero en la práctica España sigue teniendo un ratio de deuda pública sobre el PIB muy bajo".
La deuda pública crecerá hasta cerca del 45% del PIB en 2009
No obstante, el riesgo estriba en que si el Gobierno decide ampliar el plan hasta los 50.000 millones de euros contemplados inicialmente, la deuda pública ascenderá cerca de un 5% adicional en 2009. Es decir, se aproximaría al 44% o 45% del PIB español, como mínimo en apenas 12 meses, y siempre y cuando, el Ejecutivo no decida ampliar tal cuantía.
Es decir, 34.200 millones de euros de posible déficit público en 2009 que, sumados a los 50.000 millones de euros máximos que prevé inyectar el Gobierno a la banca, sumarían un total de 84.200 millones de euros adicionales en deuda pública.
Pese a todo, el Gobierno espera recuperar el dinero que el Tesoro cederá a las entidades de crédito. En este sentido, el propio Solbes afirma que tal rescate no supondrá “ni un céntimo a los ciudadanos”. Pese a todo, habrá que esperar la rentabilidad final que tendrá la operación para fijar el coste total que ello implicaría al bolsillo de los contribuyentes. Y es que, en caso de rentabilidad cero, el incremento de la deuda ascendería a una media de 4.100 euros por trabajador, a cargo de sus impuestos futuros.
El secretario recordó, además, que el Estado se financia emitiendo deuda e impuestos, pero subrayó que en estos momentos no está en la agenda del Gobierno ninguna subida impositiva, ni siquiera del IVA. Algo que choca con la realidad, puesto que los PGE contemplan una subida encubierta de impuestos tanto en IRPF como en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que, como mínimo (al menos en lo referido a la renta), supondrá un coste fiscal adicional cercano a los 2.500 millones de euros el próximo ejercicio. Es decir, adiós a los polémicos 400 euros anunciados por Zapatero.
Subida de impuestos
Pero hay más. La situación amenaza con ser, incluso, más grave de lo que parece a primera vista. Así, tal y como explican los expertos del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (OCE), tras la "devolución de los 400 euros y de los créditos extraordinarios del ICO, ahora Zapatero copia de nuevo al Gobierno de Bush. Ya tenemos el Plan Paulson a la española: 30.000 millones de euros para los bancos", como mínimo.
En este sentido, el Gobierno español propone prestar "dinero indefinidamente a los bancos" empleando como colateral (garantía) "activos sanos". El problema es que "la distinción entre activos tóxicos y sanos no tiene sentido en el contexto actual, especialmente en España, donde la cadena de impagos crediticios" todavía no ha reflejado toda su crudeza, advierte.
En este sentido, el Gobierno español propone prestar "dinero indefinidamente a los bancos" empleando como colateral (garantía) "activos sanos". El problema es que "la distinción entre activos tóxicos y sanos no tiene sentido en el contexto actual, especialmente en España, donde la cadena de impagos crediticios" todavía no ha reflejado toda su crudeza, advierte.
Hasta el momento, las quiebras bancarias más importantes se han producido en países donde la mayoría de hipotecas son a tipo fijo, a diferencia de España. "Los bancos prestan a largo plazo endeudándose a corto. Dado que la deuda vence de manera casi inmediata, tienen que estar refinanciándola continuamente en el mercado interbancario", añade. El problema es cuando el tipo de interés interbancario (Euribor) sube, tal y como viene aconteciendo desde el estallido de la crisis crediticia.
En este caso, "cuando una hipoteca se ha prestado a tipo de interés fijo quien soporta el riesgo de que los tipos aumenten es el banco. Así, si el banco nos presta una hipoteca al 5% anual y el tipo de interés del interbancario se dispara al 6%, el coste de la deuda supera el del rendimiento de sus activos y, por consiguiente, no deja de acumular pérdidas", explica el OCE. Por ello, hasta el momento, las quiebras se han concentrado en países con hipotecas a interés fijo:
Sin embargo, "en España el gran riesgo al que se enfrentan los bancos no es el de interés (incapacidad para refinanciar sus deudas a un tipo inferior al rendimiento de sus activos), sino el de crédito (impago de sus préstamos). Y, obviamente, esto tarda algo más en materializarse", indican los expertos.
"Los hipotecados españoles tratarán de aguantar y apretarse el cinturón tanto como puedan antes de impagar sus hipotecas, pero el resultado es inevitable (se disparará la morosidad), especialmente con el rápido aumento del desempleo" que está registrando la economía nacional (la mayor destrucción laboral desde hace 30 años), añade.
Y es que, "cuando una hipoteca se ha prestado a tipo de interés variable quien soporta el riesgo de que aumenten los tipos de interés es el hipotecado. Si el banco nos presta una hipoteca a Euribor + 1%, sabe que siempre podrá refinanciarse a corto plazo al tipo de interés del interbancario (el Euribor). El problema lo tienen los hipotecados", señala el OCE.
En este sentido, dicho organismo estima que "más que a Europa, deberíamos mirar a EEUU, donde un buen porcentaje de las hipotecas también eran a tipo variable. La combinación de altos tipos de interés y desempleo ha provocado el colapso de la banca (de inversión, de momento)".
Por otro lado, Zapatero asegura que el rescate anunciado no supondrá ningún riesgo para las cuentas públicas, ya que "se presta contra activos de calidad que volverán a valorarse por el mercado cuando todo se normalice". Pero si tales activos crediticios están sobrevalorados debido a la burbuja inmobiliaria, lo más probable es que la venta de los mismos acabe por arrojar pérdidas a medio y largo plazo, advierte.
Déficit superior al 5% durante años
De este modo, si el plan que se piensa aplicar en España es muy parecido al de EEUU, sus consecuencias también lo serán. Según el OCE, el "déficit público corre el riesgo de dispararse hasta el 5% o el 6%" en 2009. Es más, "la crisis consolidará un déficit anual de alrededor de cinco o seis puntos anuales durante varios años, lo que supone regresar a niveles de deuda del 60% o 70% del PIB", indica.
Y ello, contando con que el apoyo financiero del Tesoro español a la banca tendrá un coste mínimo de 30.000 millones de euros. En este sentido, cabe recordar que Alberto Recarte estimó durante el segundo programa especial emitido el martes sobre el Informe Recarte que esos 30.000 millones apenas servirán para solucionar "los problemas de un año".
De este modo, en la medida en que esta serie de rescates financieros orquestados, tanto a nivel español como europeo, "empeoren sustancialmente la deuda española y los activos del BCE con respecto a los bancos españoles, nos podrían abocar a la expulsión de la zona del euro, si los otros países atraviesan una situación no tan mala", advierte el OCE.
Algo que "resulta bastante probable, si tenemos en cuenta que no ha habido una burbuja inmobiliaria tan enorme" como la sufrida en España. Por ello, España está en peor situación que el resto de potencias europeas para afrontar la crisis, tal y como avanzó Libertad Digital.
Por último, el "estancamiento económico" está garantizado, según el OCE, ya que el Gobierno sustraerá el escaso ahorro de los españoles vía impuestos para adquirir activos crediticios de dudosa calidad, "cuando lo que hace falta es liberar ahorro y reorientarlo a otros sectores productivos, esencialmente, el exportador".
Por último, el "estancamiento económico" está garantizado, según el OCE, ya que el Gobierno sustraerá el escaso ahorro de los españoles vía impuestos para adquirir activos crediticios de dudosa calidad, "cuando lo que hace falta es liberar ahorro y reorientarlo a otros sectores productivos, esencialmente, el exportador".
El OCE concluye que el argumento del Gobierno para aprobar dicho fondo es "falaz", "inyectar liquidez para que los bancos vuelvan a conceder créditos", ya que se trata del "primer plan de rescate de la banca española". Y es que, "si Zapatero quisiera prestar dinero a las familias y a la economía productiva lo tendría más fácil a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO).