(Libertad Digital) Zapatero ha dado un golpe de efecto con el anuncio de la creación de un fondo de dinero público –gestionado por el Tesoro- para dar liquidez a los bancos y cajas de ahorros y facilitar así que las entidades financieras abran el grifo de los créditos a familias y empresas.
El montante será de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000 “si es necesario”. Aunque Zapatero niegue que sea un plan de rescate, similar al de EEUU, el presidente ha adoptado esta medida de forma unilateral, sin contar con el Parlamento, y deja los “detalles a Solbes”. El Gobierno financiará el fondo mediante deuda del Estado, lo que anticipa nuevas subidas de la presión fiscal.
En la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2009, el vicepresidente Solbes anunció que la deuda del conjunto de las administraciones públicas aumentará en dos puntos, hasta el 38,8 por ciento del PIB, aunque, indicó que seguiremos en una posición "muy cómoda" en comparación con otros países de la UE.
Hace unos meses, el presidente del Gobierno pidió a las entidades financieras que abrieran el grifo del crédito a las familias y empresas ante la falta de financiación en los mercados internacionales. Entonces, Zapatero todavía proclamaba que España estaba en la Champions League de la economía mundial y no entendía que los bancos y cajas restringieran la concesión de préstamos para la compra de vivienda, aunque ya existían indicadores que reflejaban el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Ahora, con un incremento notable de la morosidad de los créditos y con una paralización de las ventas de pisos, muchas entidades financieras temen que los impagos de los promotores –y en menor medida de las familias hipotecadas- puedan afectar a sus balances. Y como los mercados crediticios internacionales están cerrados por el contagio de la gripe subprime a Europa, el Gobierno sale al rescate.
"El dinero no cae del cielo", señala Rajoy
Pero Zapatero negó que se trate de una inyección de liquidez, sino de préstamos a bancos y cajas de ahorros otorgados a cambio de que las entidades ofrezcan como garantía “activos españoles de alta calidad, no tóxicos”. El problema es que, al no establecer un horizonte temporal para la devolución del crédito, en la práctica se trata de una aportación de dinero público, similar a la aprobada en EEUU.
“Es un dinero que no cae del cielo y lo ponen los contribuyentes”, señaló el líder del PP, Mariano Rajoy, nada más conocer la medida. Además, será necesario articular un procedimiento transparente que obligue a las entidades a utilizar el dinero público en dar créditos a familias y empresas, y no “que beneficie a tres o cuatro”.
Estas declaraciones de Rajoy se producen ante el temor de que la inyección de fondos de los contribuyentes sólo sirva para salvar a determinadas empresas, sin alcanzar el objetivo de aumento de la financiación de la actividad productiva que anuncia el Gobierno.
Activos de "alta calidad" como garantía
Las entidades tendrán que presentar como garantía “activos españoles de alta calidad”, es decir, que sirvan para que los bancos y cajas puedan devolver el dinero “en un horizonte temporal suficiente". El presidente explicó que el interés de estos préstamos “tendrá un precio ajustado al riesgo”. El objetivo último es que las entidades den créditos a familias y empresas para “impulsar la actividad productiva, la inversión y el empleo”.
Zapatero explicó que el programa de créditos se realizará “con el menor coste posible para las finanzas públicas”, y que se “evitarán las subvenciones”, otorgando los préstamos con criterios de “solvencia”. El presidente explicó que se trata de una “actuación temporal, hasta que los mercados se normalicen”.
Zapatero no aclaró si el Gobierno comprará activos a las entidades financieras para luego revenderlos cuando la economía se recupere (como el modelo de rescate norteamericano), o si simplemente solicitará los activos como garantía de la devolución de los préstamos.
En cualquier caso, al no existir un plazo de pago concreto, el Gobierno necesitará colocar deuda en el mercado, en un momento en el que el déficit de las cuentas públicas (del 1,9 por ciento del PIB en 2009 según los Presupuestos) lastra el atractivo de los bonos del Tesoro españoles.
La reunión con la banca
Aunque el presidente no explicó por qué ha tomado esta decisión (hace una semana defendía la solidez del sistema bancario español y este martes lo volvió a reiterar), se da la circunstancia de que el pasado lunes se reunió con los principales banqueros del país para “hablar de la posición del sistema financiero español. Un encuentro al que no asistió ni el vicepresidente Solbes, ni el gobernador del Banco de España, Miguél Ángel Fernández Ordóñez.
La reunión se celebró justo cuando los ministros de Economía de la eurozona se reunían en Luxemburgo (Ecofin) para determinar una política común en los fondos de garantía de los depósitos bancarios. Por lo tanto, era imposible que Solbes estuviera en Moncloa con los banqueros y Zapatero.
La razón de esta precipitación del presidente para reunir a los máximos responsables de los bancos y cajas de ahorros (no asistió Emilio Botín) fue que multitud de países decidieron romper las reglas de juego de la UE y decidieron, por su cuenta y riesgo, ampliar la cobertura de los ahorros de sus ciudadanos.
Por ello, nada más concluir el encuentro, Zapatero dijo que España también elevaría el límite de garantía, que este martes cifró en 100.000 euros por cada cuenta bancaria y cliente (el doble que lo establecido en el Ecofin).
El Banco de España pide calma
A los banqueros les sorprendió la falta de asistencia del gobernador del Banco de España, quien, en cambio, utilizó este martes su comparecencia en el Congreso para pedir calma a los ahorradores, a pesar de que confirmó que España se dirige hacia la recesión.
Ambas iniciativas (la inyección de 30.000 millones de euros y el aumento de la garantía de los depósitos) no fueron concretadas por el presidente del Gobierno, emplazando al vicepresidente Solbes a una explicación que, según Zapatero, tendrá lugar el miércoles. En cualquier caso, el presidente no llevará las propuestas al Congreso, sino que dejará en manos del Consejo de Ministros la reglamentación de las mismas.
Zapatero avanzó que el plan de rescate financiero mediante créditos a bancos y cajas se financiará con deuda del Estado, es decir, que el Gobierno emitirá títulos en los mercados para obtener la financiación necesaria. Recurrir al superávit es imposible porque no existe: el Gobierno se ha gastado más de 22.000 millones de euros en lo que va de año y el déficit de las cuentas públicas superará el 1,9 por ciento del PIB en 2009.
Ante la sorpresa de los asistentes a la comparecencia, realizada en los jardines del Palacio de La Moncloa, el presidente no dio más información del plan de rescate, dejando a Solbes los “detalles” de un proyecto que pondrá en manos de las entidades financieras una cantidad de dinero que, puede alcanzar, el 5 por ciento del PIB.
Zapatero aseguró que "no se trata de una iniciativa para rescatar ni sanear el mercado financiero", sino que "es para prevenir y que las empresas y ciudadanos se beneficien". Sin embargo, el Banco de España es mucho menos optimista. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, considera "absolutamente inevitable un proceso de reestructuración en el sector financiero español, ya sea con fusiones o con otras fórmulas".
100.000 euros de garantía de depósitos
Con la decisíón de elevar hasta 100.000 euros el límite de garantía de los depósitos bancarios por cuenta y cliente, frente al mínimo de 50.000 euros acordado este martes en la reunión de ministros de Economía de la UE (Ecofin) se quiere evitar que la desconfianza de los clientes genere retiradas masivas de depósitos. El mismo límite aprobaron este martes Bélgica y Holanda.
No obstante, algunos Estados miembros dejaron patente la falta de acciones comunes en la UE, al decidir antes de la reunión garantizar la totalidad de los depósitos, generando desigualdades entre los sectores financieros de la eurozona.
De esta forma, el presidente del Gobierno ha vuelto a modificar su política económica en relación con el resto de socios de la eurozona. Después de defender, a través del vicepresidente Solbes, que España quería una acción coordinada en materia de garantía de depósitos en toda la UE, para evitar distorsiones de competencia.
El Gobierno no ha explicado cómo aumentará la garantía, ya que el sistema español es un modelo en el que los bancos, mediante aportaciones anuales, inyectan dinero para cubrir a los depositantes de una eventual quiebra. En otros países de la UE, el mecanismo es distinto cuando se produce la quiebra de un banco, el resto de entidades cubren los depósitos a posteriori.
Según señaló el profesor del IESE, Pablo Fernández. a Europa Press, la medida podría articularse de distintas formas, como el aumento de las aportaciones que realizan las entidades, mediante un acuerdo de las instituciones financieras para acudir al rescate si una entidad quiebra, o bien que el Estado se comprometa a garantizar esta cantidad.
La AEB aplaude el nuevo fondo del Tesoro
La Asociación Española de Banca (AEB) consideró que el nuevo fondo "puede paliar" el problema de sequía creado a raíz del cierre de los mercados internacionales, si bien recalcó que "lo que realmente necesita la economía española es que estos mercados se reabran".
"Vamos a estudiar cómo se va a implementar la medida, pero en cualquier caso pensamos que es una iniciativa que en parte puede paliar el problema de liquidez", dijo una portavoz de la patronal de la banca.
Sobre la ampliación del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hasta 100.000 euros por persona y entidad, la AEB consideró que "no era necesario desde el punto de vista técnico", aunque dio la bienvenida a la medida por estimar que mantiene la competitividad de la banca.
"No era necesario, pero la ampliación de la cobertura en estos momentos es adecuada porque de lo contrario colocaría a la banca española en una situación de desventaja con respecto a otros países europeos que han adoptado medidas similares", recalcaron desde la patronal que preside Miguel Martín.