LD (M. Llamas) El temor a nuevas quiebras bancarias continúa vigente, no sólo en el ámbito bursátil, sino entre las autoridades políticas estadounidenses. Tras el rescate público de la aseguradora AIG mediante la concesión de un préstamo próximo a los 85.000 millones de dólares este miércoles, el Tesoro de EEUU se ha visto obligado a aprobar con carácter de urgencia un programa temporal para proporcionar liquidez al deteriorado balance de la Reserva Federal.
El coste de los rescates bancarios y la escasa efectividad de las masivas inyecciones de liquidez para atenuar el miedo que viven los inversores y la total sequía que padece el mercado interbancario estadounidense (en referencia al dinero que se prestan los bancos) está provocando el estudio de nuevas iniciativas que van mucho más allá de la intervención del organismo regulador del sistema financiero de EEUU (Fed).
En concreto, las autoridades se plantean nacionalizar la deuda y activos de baja calidad de los bancos en dificultades o entidades en quiebra. El líder que representa a la mayoría del Congreso de EEUU, Steny Hoyer, afirma que se está estudiando una propuesta para crear una superagencia estatal con el fin de comprar la mala deuda bancaria (tales como bonos hipotecarios, productos derivados ilíquidos o hipotecas impagadas).
En principio, el plan se abordaría en debate parlamentario tras la celebración de las elecciones presidenciales el próximo mes de noviembre. “No creo que esto pueda suceder durante los próximos 14 días”. Es decir, antes de que se disuelvan las cámaras de representantes ante la cita electoral, informa Bloomberg.
La idea sería similar a la Resolution Trust Corp., que permitió la creación de una entidad federal a principios de los años 80 en EEUU para hacerse cargo de los activos y deuda bancaria de las asociaciones de crédito y ahorro (similares a las cajas de ahorro españolas) que quebraron durante la crisis de aquellos años.
De hecho, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha afirmado este jueves que el Gobierno irá más allá de las "medidas extraordinarias" adoptadas hasta el momento. En su reunión de este jueves con el scretario del tesoro, Henry Paulson, tratarán este plan, según las últimas fuentes consultadas por LD al cierre de esta edición. Paulson apoyaría dicha medida.
Ante el posible plan de rescate del Departamento del Tesoro, la Bolsa de Nueva York cerró este jueves con un alza del 3,59 por ciento en el índice Dow Jones de Industriales, animada, igualmente, por las últimas inyecciones de liquidez .
El plan nace del Comité de Servicios Financieros del Congreso
El plan ha sido propuesto por el presidente del Comité de Servicios Financieros del Congreso., Barney Frank. El objetivo es que la nueva superagencia estatal asuma toda la mala deuda bancaria a fin de atenuar el pánico y turbulencias que atenazan al mercado bursátil e interbancario estadounidense. En esencia, la entidad se encargaría de asumir las “deudas incobrables” que poseen los bancos (como por ejemplo, todos los créditos morosos).
Pese a que Hoyer admite que el plan todavía no se ha tratado a fondo, Barney Frank señala que su comité celebrará una audiencia la próxima semana para examinar la propuesta. Además, los demócratas no ven con malos ojos la medida.
Los demócratas apoyan la propuesta
Mientras, el senador republicano por Alabama, Richard Shelby, que ocupa un puesto en el Comité Bancario del Senado afirma que tal medida “podría ser una opción”, aunque admite que su puesta en práctica podría conllevar un coste próximo a los 300.000 millones de dólares a los contribuyentes estadounidenses. Tal cifra se sumaría al billón de dólares que supondrá el rescate de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac.
El demócrata por Pennsylvania Paul Kanjorski advirtió en el Congreso que se debería considerar la creación esta “superagencia” para gestionar las grandes compañías financieras en riesgo de quiebra, justo después de la caída de Lehman Brothers. Asimismo, Kanjorski, miembro de la Cámara Comité de Servicios Financieros, indicó este jueves en Washington que la administración gubernamental de la mala deuda financiera de las grandes entidades servirá para que “no se agrave la situación económica” ni se extiendan las quiebras.
Un coste de 300.000 millones para los contribuyentes
Por el contrario, el presidente del Federal Deposit Insurance Corp. (FDIC), Sheila Bair, organismo público encargado de garantizar los ahorros y depósitos bancarios de los estadounidenses, afirma que los bancos comerciales están “sanos y salvos” y que la entidad puede afrontar la situación sin el respaldo del Gobierno.
Pese a ello, el hecho de que el Tesoro de EEUU se haya visto obligado a emitir más deuda pública para recapitalizar los balances de la Fed demuestra que los organismos reguladores del mercado financiero (Reserva Federal y FDIC) precisan ya de las inyecciones públicas del Ejecutivo norteamericano para afrontar la actual situación de desplome bancario.
De salir adelante el plan que, en principio, se pretende negociar a finales de año, el Gobierno sustituiría a la Fed en su papel de salvador financiero en última instancia. Es decir, todo apunta a que los platos rotos serán sufragados por los contribuyentes estadounidenses, con los efectos colaterales sobre la deuda pública y el debilitamiento del dólar que ello conllevaría. Y es que, tal y como avanzó LD, las inyecciones de los bancos centrales no salvarán de la quema a las entidades crediticias en riesgo de quiebra.
Bush anuncia que el Gobierno irá más allá de las medidas adoptadas
En este sentido, Bush, manifestó este jueves su preocupación por la situación de los mercados financieros y afirmó que su Gobierno está dispuesto a ir más allá de las "medidas extraordinarias" que ya ha tomado para tratar de conseguir su fortalecimiento y estabilización.
"El pueblo americano puede estar seguro de que continuaremos actuando para fortalecer y estabilizar nuestros mercados financieros y aumentar la confianza de los inversores", declaró a los medios de comunicación en la Casa Blanca. La portavoz de la Presidencia estadounidense, Dana Perino, se negó a especificar qué tipo de medidas se están planteando.
En las primeras declaraciones que realiza sobre la crisis financiera desde que las autoridades estadounidenses rescataron del hundimiento a la aseguradora AIG, Bush consideró que las medidas que se han aplicado recientemente eran necesarias.
"Al pueblo americano le preocupa la situación de nuestros mercados financieros y nuestra economía, y yo comparto su preocupación", reconoció el presidente, que se tiene previsto reunirse este jueves con el secretario del Tesoro, Henry Paulson.
Por otro lado, Bush subrayó que su Ejecutivo se hizo cargo de los gigantes hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae "para ayudar a promover la estabilidad del mercado y para garantizar que siguen desempeñando un papel en la recuperación del mercado inmobiliario".
Medidas sugeridas por Bill Gross
Curiosamente, ambas medidas, tanto la emisión de nueva deuda pública como la creación de una superagencia, fueron sugeridas recientemente por Bill Gross, el gestor del mayor fondo de deuda del mundo (Pimco, con 830.000 millones de dólares de patrimonio).
En un comentario publicado en la web de Pimco, Gross apostaba por la apertura del balance del Tesoro de EEUU para evitar un “tsunami” de quiebras bancarias. Asimismo, también consideraba que sería útil una nueva versión de la Resolution Trust Corp., para que no se produzca el hundimiento de las hipotecarias, los bancos, los brokers e, incluso, los hedge funds.