(Libertad Digital) El sector automovilístico no atraviesa por su mejor momento. Las matriculaciones de vehículos comerciales han caído un 51 por ciento y Ford y General Motors han anunciado sendos ERE´s en sus plantas españolas. Aunque el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmaba reciente que esta industria seguirá siendo "creadora de empleo", de momento, los concesionarios han optado por bajar sus precios.
Según la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), en los ocho primeros meses del año el precio de los coches se situó en 21.079 euros, lo que representa una disminución del 3,1 por ciento en comparación con el mismo período del ejercicio precedente.
La caída del precio medio es consecuencia del aumento de las promociones aplicadas a las ventas de vehículos nuevos, que crecieron un 10 por ciento en agosto, con un descuento medio de 1.926 euros por coche. En lo que va de año, los descuentos han aumentado un 16 por ciento, hasta una media de 2.000 euros por unidad.
Asimismo, la bajada del precio responde a la tendencia de los consumidores hacia la compra de automóviles más pequeños. Así en agosto, la longitud media se redujo un 3,3 por ciento.
Las ventas de coches pequeños se están viendo impulsadas además por las medidas fiscales en vigor desde el pasado 1 de enero, que eximen del impuesto de matriculación a los automóviles con emisiones de menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro.
Así, la potencia media de los coches matriculados en agosto bajó un 1,7 por ciento, hasta 118,2 caballos, mientras la eficiencia energética subió un 0,7 por ciento, con 17,2 kilómetros recorridos con cada litro de combustible.
Fuente: Faconauto
Faconauto estima que la bajada del precio del petróleo –que se sitúa en el entorno de los 100 dólares el barril– supone un cierto respiro a la escalada del precio de los combustibles y a la inflación creciente, aunque teme que se trata de un "respiro corto" dada la inestabilidad que rodea a la economía a la economía.
Además, los combustibles de automoción recogen sólo parcialmente la bajada del barril de petróleo y mantienen aún precios muy superiores a los de hace un año. Así, el gasóleo de automoción se paga un 26,5 por ciento más caro y la gasolina un 16,16 por ciento.