(Libertad Digital) El fin de los flaps es evitar la entrada en pérdida durante fases concretas del vuelo, como el aterrizaje o el despegue, replegándose o quedando inactivo durante el vuelo normal de crucero. De este modo, permite al avión volar a velocidades más bajas en las fases de despegue, ascenso inicial, aproximación y aterrizaje, aumentando su coeficiente de sustentación. Se utilizan también, con bajos índices de extensión, cuando por alguna razón es necesario volar a bajas velocidades.
Situados en la parte interior trasera de las alas, se deflectan hacia abajo de forma simétrica, en uno o más ángulos, con lo cual cambian la curvatura del perfil del y el ángulo de incidencia, todo lo cual aumenta la sustentación (y también la resistencia). Se accionan desde la cabina, bien por una palanca, por un sistema eléctrico, o cualquier otro sistema, con varios grados de calaje (10º, 15º, etc..) correspondientes a distintas posiciones de la palanca o interruptor eléctrico, y no se bajan o suben en todo su calaje de una vez, sino gradualmente.