(Libertad Digital) La 'bomba Robinho' ha comenzado a tener una onda expansiva positiva en la plantilla del Real Madrid, que se ha unido aún más si cabe. El equipo, sin el brasileño, ignorado también por la afición del estadio Santiago Bernabéu tras pedir que le dejen marcharse al Chelsea, protagonizó un triunfo repleto de raza, para comenzar ilusionando a su afición en una temporada que afronta sin fichajes de relumbrón. El duelo tuvo dos actos radicalmente distintos. El primero esperanzador para un Valencia en plena reconstrucción, gracias al planteamiento de Unai Emery. En el segundo sólo existió el Real Madrid que remontó a base de coraje.
Nació el partido con una superioridad numérica valencianista, clave en el centro del campo. Emery ató en corto a Guti y Van der Vaart. El Real Madrid se quedó sin creación. Se perdió en balones largos con nulas posibilidades para Raúl y Van Nistelrooy. Sin Marchena, el cacique de la defensa valencianista, Albiol y Alexis comenzaron a buen nivel. Menos seguridad mostraba Hildebrant. No atajó ninguno de los dos disparos de Van der Vaart y Van Nistelrooy (minutos 6 y 11). El Real Madrid no tenía claridad, pero sus lanzadores no lo pensaban a la hora de chutar. Mientras, el Valencia destruía con su doble pivote eterno, Albelda-Baraja, y a su control del partido le faltaba la pegada de Villa y Silva.
Su aparición fue cuestión de minutos. En el primer momento que Villa dejó de pelearse con Heinze y Silva encontró espacio, el Valencia tocó con criterio hasta que el esférico llegó a Silva, que desde la frontal ajustó su disparo al palo izquierdo. Imparable para Casillas. El Real Madrid ya necesitaba dos goles para remontar y el nerviosismo aparecía en el Bernabéu. El paseo del Sevilla de la pasada Supercopa (3-5), aparecía en la mente de todos, más si cabe, desde que Van der Vaart fue expulsado por una dura entrada a Mata que desquició al Real Madrid. Revolucionados protestaron cada acción a Iturralde González. Desquiciados como mostró la imagen de Robben regañando a un joven recogepelotas que tardó en darle el esférico. El descanso era necesario para Schuster.
Y le vino bien al Real Madrid. Cambió radicalmente su imagen. Tiró de garra en la segunda mitad, en la que no se notó que jugase en inferioridad numérica. Con su nueva cara, se reivindicó el único jugador que desborde que no se llama Robinho: Robben. Sobre todo desde que cambió la banda izquierda por la derecha, para superar siempre a Moretti, que sufrió. El Valencia parecía pecar de conformismo ante un Real Madrid lanzado. El empate ayudaba aún más. Un cabezazo de Van Nistelrooy golpeaba en la mano de Moretti. Penalti y suspense. El que dio Iturralde hasta que decidió el color de la cartulina. Tocó amarilla. El enfado del Bernabéu no paraba de crecer.
Van Nistelrooy cruzó su disparo a la red y el Real Madrid se lanzó a por la remontada. Robben lideró siempre la reacción. Hasta en cuatro ocasiones su despliegue físico acabó en disparos a la portería de Hildebrand. Lanzado llegó a pecar de egoísmo, en una acción en la que Ramos entraba a placer, pero con Robinho en el banco el extremo holandés se sentía protagonista.
Se acobardó el Valencia y ni la segunda expulsión del partido, la de Van Nistelrooy por doble amarilla, consiguió frenar al Real Madrid. Sergio Ramos hacía estallar a su afición, aprovechando un rechace tras remate de Diarra al larguero. Un gol servía al Valencia, que lo intentó a la desesperada. Dejó huecos a un equipo con nueve y el Real Madrid los supo aprovechar. De la Red e Higuaín desataron la locura con dos goles finales. Y Morientes acudió a su cita con el gol cada vez que pisa el Bernabéu para permitir un triunfo sufrido hasta el último segundo.
Nació el partido con una superioridad numérica valencianista, clave en el centro del campo. Emery ató en corto a Guti y Van der Vaart. El Real Madrid se quedó sin creación. Se perdió en balones largos con nulas posibilidades para Raúl y Van Nistelrooy. Sin Marchena, el cacique de la defensa valencianista, Albiol y Alexis comenzaron a buen nivel. Menos seguridad mostraba Hildebrant. No atajó ninguno de los dos disparos de Van der Vaart y Van Nistelrooy (minutos 6 y 11). El Real Madrid no tenía claridad, pero sus lanzadores no lo pensaban a la hora de chutar. Mientras, el Valencia destruía con su doble pivote eterno, Albelda-Baraja, y a su control del partido le faltaba la pegada de Villa y Silva.
Su aparición fue cuestión de minutos. En el primer momento que Villa dejó de pelearse con Heinze y Silva encontró espacio, el Valencia tocó con criterio hasta que el esférico llegó a Silva, que desde la frontal ajustó su disparo al palo izquierdo. Imparable para Casillas. El Real Madrid ya necesitaba dos goles para remontar y el nerviosismo aparecía en el Bernabéu. El paseo del Sevilla de la pasada Supercopa (3-5), aparecía en la mente de todos, más si cabe, desde que Van der Vaart fue expulsado por una dura entrada a Mata que desquició al Real Madrid. Revolucionados protestaron cada acción a Iturralde González. Desquiciados como mostró la imagen de Robben regañando a un joven recogepelotas que tardó en darle el esférico. El descanso era necesario para Schuster.
Y le vino bien al Real Madrid. Cambió radicalmente su imagen. Tiró de garra en la segunda mitad, en la que no se notó que jugase en inferioridad numérica. Con su nueva cara, se reivindicó el único jugador que desborde que no se llama Robinho: Robben. Sobre todo desde que cambió la banda izquierda por la derecha, para superar siempre a Moretti, que sufrió. El Valencia parecía pecar de conformismo ante un Real Madrid lanzado. El empate ayudaba aún más. Un cabezazo de Van Nistelrooy golpeaba en la mano de Moretti. Penalti y suspense. El que dio Iturralde hasta que decidió el color de la cartulina. Tocó amarilla. El enfado del Bernabéu no paraba de crecer.
Van Nistelrooy cruzó su disparo a la red y el Real Madrid se lanzó a por la remontada. Robben lideró siempre la reacción. Hasta en cuatro ocasiones su despliegue físico acabó en disparos a la portería de Hildebrand. Lanzado llegó a pecar de egoísmo, en una acción en la que Ramos entraba a placer, pero con Robinho en el banco el extremo holandés se sentía protagonista.
Se acobardó el Valencia y ni la segunda expulsión del partido, la de Van Nistelrooy por doble amarilla, consiguió frenar al Real Madrid. Sergio Ramos hacía estallar a su afición, aprovechando un rechace tras remate de Diarra al larguero. Un gol servía al Valencia, que lo intentó a la desesperada. Dejó huecos a un equipo con nueve y el Real Madrid los supo aprovechar. De la Red e Higuaín desataron la locura con dos goles finales. Y Morientes acudió a su cita con el gol cada vez que pisa el Bernabéu para permitir un triunfo sufrido hasta el último segundo.
Ficha técnica del partido
Real Madrid, 4: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Heinze, Torres (Drenthe, m.64); Diarra, Guti (De la Red, m.78), Van der Vaart; Robben, Raúl (Higuaín, m.79) y Van Nistelrooy
Valencia, 2: Hildebrand; Miguel, Albiol (Morientes, m.78) Alexis, Moretti; Joaquín (Pablo Hernández, m.68), Albelda, Baraja, Mata (Vicente, m.60); Silva y Villa
Goles: 0-1, m.33: Silva; 1-1, m.50: Van Nistelrooy, de penalti; 2-1, m.76: Sergio Ramos; 3-1, m.85: De la Red; 4-1, m.88: Higuaín; 4-2, m.90: Morientes
Árbitro: Iturralde González (Colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla a Heinze (m.73), del Real Madrid; y a Moretti (m.49) y Alexis (m.77), del Valencia. Expulsó con roja directa a Van der Vaart (m.39) y por doble amarilla a Van Nistelrooy (ms.54 y 72)
Incidencias: Partido de vuelta de la Supercopa de España disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 60.000 espectadores. Vicente del Bosque, seleccionador nacional, estuvo en el palco de honor. Se guardó un respetuoso y sentido minuto de silencio en memoria de las 154 víctimas mortales del accidente aéreo del pasado miércoles en el aeropuerto de Barajas. Se mostró una gran pancarta en un fondo: "Solidaridad con los afectados por la tragedia. Descansen en paz las víctimas"