(Libertad Digital) Carrillo, que en los últimos meses se ha distinguido por sus furibundos ataques al PP, al que este sábado también compara con la derecha del 36, lamenta en una entrevista en El País que Alberto Ruiz Gallardón no haya tomado las riendas de la formación en el congreso de Valencia.
Según dice, el PP poscongresual no tiene “nada nuevo”. “No hemos tenido ninguna prueba de que la derecha española haya cambiado”, afirma. En su opinión, “si en ese congreso del PP hubieran colocado a Ruiz Gallardón a la cabeza del partido, habría pensado que había cambiado algo en él. Pero Gallardón sigue siendo la guinda de un pastel incomestible”, sentencia.
Al referirse a la “derecha”, tema que saca a colación en casi todas las respuestas, Carrillo habla también de “las marchas que hubo sobre Madrid” en la anterior legislatura, sin especificar si aludía a las de las víctimas del terrorismo, a la presencia de los obispos en la manifestación por la familia o a todas ellas. “Yo las he vivido con la sensación de que estábamos en 1936”, afirma. En su opinión, “lo único que les faltaba a estas marchas para ser iguales que aquellas era la invocación al Ejército”. “Lo demás, las quejas de que hay persecución religiosa, era como de 1936”, insiste.
Sus palabras contra los participantes en esas “marchas”, como él las llama, contrastan con la forma en que se refiere al terrorista Iñaki de Juana Chaos, recientemente excarcelado. En la línea de, por ejemplo, Juan José Ibarretxe, aboga por “no convertirle en un mártir” ya que “ha pagado según las leyes”.
Como persona, dice, De Juana “es un terrorista y un desgraciado, pero ha cumplido su condena”. Si no delinque, continúa, “tendrán que dejarle”. Y es que, en su opinión, es sorprendente que se diga que “21 años de prisión no son nada” cuando “es algo trágico”. No alude a que con esos años en la cárcel ha pagado nada menos que 25 asesinatos.
No es el único asunto del que se ocupa Santiago Carrillo. El ex dirigente comunista habla también sobre el castellano –“si algún idioma puede avasallarlo, es el inglés” y no el catalán, dice– y el “nacionalismo español”, según lo denomina. Ese nacionalismo es el que más le preocupa, dice. “Es el que ha dominado durante los 40 años de dictadura de Franco”, explica para aclarar por qué es “el peor”. Aclara, sin embargo, que él es “muy español” y pone como ejemplo su “contribución” a que “la bandera nacional sea la bandera de siempre”.
El último asunto que toca en la entrevista es el de su participación en la matanza de Paracuellos del Jarama, una “obsesión morbosa”, según lo define. La periodista evita preguntarle directamente sobre su implicación pero sí le pregunta si no tiene a veces un sentimiento de culpa por vivir “aquella etapa terrible”.
Carrillo no lo duda: “No. Estoy orgullos de haber pertenecido una generación que pudo defender a la República, a la democracia, que dio su vida por el futuro de España”. Al principio de la charla, también aludía a esa “lucha” poniendo “la propia vida” al servicio del partido. “Hoy hay ese fenómeno de los mártires que se inmolan pensando que defienden una causa justa, en algunos países musulmanes…”. Sólo después de que le preguntara la periodista, aclara después que no comparaba con esa frase a los comunistas “con los terroristas”.