LD (M. Llamas) Justo un año después de que estallara oficialmente la crisis de solvencia crediticia, tras el derrumbe de las hipotecas subprime en EEUU, algunos de los países más ricos del mundo viven, o entrarán en breve, en la temida recesión económica (dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo), tal y como avanzó LD.
El Grupo de los Ocho (G8) engloba a un selecto grupo de países industrializados que destacan por su peso político, económico y militar a nivel mundial: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia.
Sin embargo, el club de países más influyente del planeta se enfrenta a la temida recesión económica. Y es que, por el momento, el PIB de siete de sus ocho miembros está ya, o entrará próximamente, en crecimiento negativo.
Además, el crecimiento económico de la Eurozona corre el riesgo de contraerse en el segundo trimestre por primera vez desde la creación de la Unión Monetaria, según un sondeo realizado por la agencia Reuters entre 40 economistas internacionales. Dichos analistas esperan que el PIB de la Eurozona se contraiga un 0,2 por ciento tras crecer un 0,7 por ciento en el primer trimestre del año. De confirmarse, sería la primera caída del PIB intertrimestral en la historia de la zona euro.
Los previsiones preliminares oscilaron entre una contracción del 0,4 por ciento y un crecimiento del 0,2 por ciento. La debilidad de la economía tendría su origen en la contracción de la inversión empresarial y en los altos precios de los alimentos y del petróleo, que pesan sobre el gasto del consumidor. Pero, más allá de los pronósticos, la realidad de los datos muestra que, por el momento, 7 de los 8 países más influyentes del mundo (el 90 por ciento) avanzan hacia el crecimiento negativo.
La economía norteamericana, a finales de 2007
EEUU entró en la senda de la recesión económica a finales de 2007, tal y como avanzó LD. De hecho, los economistas acaban de confirmar que los últimos datos de desempleo y el débil comportamiento de los indicadores relativos al consumo reflejan, precisamente, esta situación.
Canadá y su dependencia de EEUU
La economía canadiense no está en mejor posición. En este sentido, el PIB interanual cayó un 0,1 por ciento el pasado mes de mayo. Según los expertos consultados por LD, dicha tendencia se mantendrá en los próximos meses. Como consecuencia, la economía de este país perdió 55.000 puestos de trabajo en julio, y la tasa de desempleo se situó en el 6,1 por ciento. El deterioro se está acentuando a medida que el sector industrial canadiense empieza a padecer los efectos de la crisis en EEUU.
La economía canadiense no está en mejor posición. En este sentido, el PIB interanual cayó un 0,1 por ciento el pasado mes de mayo. Según los expertos consultados por LD, dicha tendencia se mantendrá en los próximos meses. Como consecuencia, la economía de este país perdió 55.000 puestos de trabajo en julio, y la tasa de desempleo se situó en el 6,1 por ciento. El deterioro se está acentuando a medida que el sector industrial canadiense empieza a padecer los efectos de la crisis en EEUU.
Es el segundo mes consecutivo en el que la economía canadiense pierde empleos, según ha señalado este viernes el organismo público de Estadísticas Canadá (EC). Curiosamente, los expertos vaticinaban un aumento de entre 5.000 y 10.000 empleos durante julio. Además, la publicación de dichas cifras acentuó la caída del dólar canadiense frente a al divisa estadounidense. Desde principios de la semana, el dólar canadiense ha perdido un 5 por ciento de su valor.
La caída de las exportaciones en Japón
Por su parte, la producción industrial japonesa bajó un 2 por ciento en junio con respecto al mes anterior, hasta situarse en al nivel de 107,1 sobre la base de 100 del año 2005, una caída trimestral del 0,7 por ciento, según un informe preliminar del Gobierno nipón.
Cada vez que el índice de producción industrial japonés ha caído durante dos trimestres consecutivos en los últimos 30 años, la economía japonesa ha entrado en recesión. Así, la totalidad de los expertos consultados predijeron que los datos del PIB, que serán desvelados el próximo 13 de agosto, recogerán datos negativos sobre el crecimiento de Japón entre abril y junio.
De hecho, el PIB nipón podría registrar en el segundo trimestre del año una tasa negativa del 0,6 por ciento, después del impresionante avance del 1 por ciento en el primer trimestre, según informa Bloomberg.
El alza de los alimentos y del combustible han debilitado el consumo interno, que ha caído un 2 por ciento interanual. Además, la ralentización de la actividad económica mundial está, igualmente, afectando a las exportaciones del país (su principal motor del crecimiento), que acaba de registrar tasas negativas.
Pese a todo, los problemas de Japón son bastante inferiores a los de EEUU y ciertos países de la UE. Y es que, Japón no está afectado por ninguna burbuja inmobiliaria y su inflación es, por el momento, relativamente baja (apenas del 2 por ciento interanual).
El PIB italiano, en rojo
Mientras, dentro de la UE, Italia acaba de iniciar su particular senda hacia la recesión, sumándose así a la que ya padece oficialmente Dinamarca en el seno de la UE. El PIB italiano tuvo un crecimiento cero durante el segundo trimestre del año, frente al mismo periodo de 2007, al tiempo que se redujo un 0,3 por ciento en comparación con el primer trimestre de 2008.
En este caso, la crisis que se cierne sobre la economía italiana amenaza con ser dura e intensa, a la vista de la negativa evolución que presentan sus principales indicadores de actividad sectorial. Así, el Índice de Gerentes de Compras (PMI) refleja una intensa contracción de la industria manufacturera, que presenta la tasa de actividad más débil de los últimos 6 años y medio. Se sitúa en 45,3 puntos. Una cifra inferior a 50 indica una contracción del sector.
Además, el Índice de Producción Industrial cae sin remedio desde noviembre de 2006 en tasa interanual.
A ello, hay que sumar una tasa de inflación, que se sitúa en el entorno del 4 por ciento, según los últimos datos del pasado mes de julio. Se trata de alza de precios más elevados de los últimos 7 años.
Ante esto, no es de extrañar que la confianza del consumidor italiano registrara en julio un nuevo descenso, hasta alcanzar niveles próximos a los alcanzados durante la recesión económica de 1993.
De hecho, el indicador de ventas al por menor (venta de comercio minorista) lleva, por el momento, 17 meses consecutivos de caída ininterrumpida.
El fin de la burbuja en Reino Unido
En el caso de Gran Bretaña, la llegada de la recesión es “indiscutible”, según Paul Dales, economista de Capital Economics, en recientes declaraciones a la agencia británica de noticias PA, tras el creciente debilitamiento del PIB británico. Y es que, su economía tan sólo creció en el segundo trimestre un 0,2 por ciento con respecto a los tres meses anteriores. El ritmo más lento en más de tres años. El aumento interanual del PIB se ralentiza hasta el 1,6 por ciento. Así, los principales organismos e instituciones de análisis comienza a barajar la posibilidad de que el país entre en recesión a finales de 2009.
Este país está acusando, al igual que España, el brusco pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El precio de la vivienda en el Reino Unido sufrió en julio su mayor caída interanual desde 1983 tras reducirse la demanda como consecuencia de un endurecimiento del acceso a los préstamos hipotecarios, según Halifax, la mayor entidad hipotecaria del país. El precio de la vivienda bajó en el segundo trimestre un 8,8 por ciento respecto al mismo período de 2007.
Crece la incertidumbre en Alemania y Francia
El diario británico Financial Times publicaba esta semana que la economía germana podría haberse contraído un 1 por ciento durante el segundo trimestre del año, tras un avance del 1,5 por ciento en el primero. El anuncio ha provocado alarma e, incluso, sorpresa entre os analistas.
Pese a ello, el fuerte crecimiento en los 3 primeros meses podría responder a la importante acumulación de inventarios por parte de las empresas, cuya contabilización habría podido sumar hasta un 0,7 por ciento el crecimiento del PIB germano. De hecho, el PIB norteamericano podría haber ocultado esta misma cifra en el primer trimestre, tal y como avanzó LD.
De confirmarse este dato oficialmente el próximo 14 de agosto, significaría que la gran potencia económica de la UE está sufriendo dificultades para superar la crisis crediticia internacional, sobre todo debido al alza de los precios y a la restricción del consumo en los hogares.
Mientras, el PIB francés creció un 0,6 intertrimestral en el primer trimestre del año, frente al ascenso del 0,3 por ciento del último trimestre de 2007. Sin embargo, la desaceleración de la actividad gala es patente si se atiende a su evolución sectorial.
La actividad del sector servicios cayó hasta los 47,5 puntos en julio, traspasando la línea que separa el crecimiento de la contracción (50). Su nivel más bajo desde que se elabora este indicador en 1998.
Por su parte, la industria manufacturera registró su mayor descenso desde junio de 2003, hasta situarse en los 47,1 puntos.
La producción industrial cayó drásticamente el pasado mes de mayo, por debajo del 1 por ciento interanual. Si a ello se añade que la inflación se ha disparado hasta cuotas próximas al 4 por ciento (su nivel más alto en los últimos 12 años), y que el consumo se sigue deteriorando, el estancamiento de la economía gala se podría hacer patente a finales de 2008 ó principios de 2009.
De hecho, la confianza del consumidor en Francia cayó a un mínimo histórico en julio, y se sitúa en los 48 puntos, la más baja desde la elaboración de este índice en 1987.
El propio Gobierno galo prevé un crecimiento del PIB del 1,6 por ciento el presente año. El ritmo más lento desde 2003. Con un crecimiento intertrimestral próximo al 0,2 por ciento a finales de año, es posible que la recesión aparezca a mediados de 2009.
Pese a todo, tanto Alemania como Francia parecen aguantar mejor el azote de la crisis financiera internacional que otras economías, tales como la española, o la irlandesa, acuciadas por problemas internos de mayor magnitud como el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la restricción del crédito (credit crunch).
Fuente gráfica: GlobalEconomicPerspectives