LD (Lorenzo Ramírez) El nuevo brindis al sol de Sebastián tiene trampa. El plan de ahorro energético aprobado este viernes por el Ejecutivo en Consejo de Ministros obliga a replantear toda la estrategia socialista en lo que a generación eléctrica se refiere. Sobre todo si se analiza el programa electoral que el PSOE presentó a los votantes en las pasadas generales, que establece el rechazo absoluto a la energía nuclear en territorio español.
“Ni una central más”, decía el coordinador del programa socialista, Jesús Caldera, antes de celebrarse los comicios. El ex ministro de Trabajo aseguraba que su partido no solo vetaría el crecimiento de la generación nuclear en el territorio nacional, sino que los ocho reactores que ahora existen “serán cerrados” al finalizar su vida útil para ser sustituidos por otras fuentes de “energías sostenibles”.
Eso sí, seguiríamos comprando la electricidad generada por los reactores galos a precio de oro, ya que no todos los países tienen esta aversión tan progresista por la fuente atómica. El Gobierno británico ha aprobado un plan para mantener y aumentar la actividad nuclear para garantizar el suministro eléctrico, necesidad que se hace más patente en un escenario de altos precios del crudo.
Pero Caldera no contaba con el nuevo plan de Sebastián. El proyecto establece que en 2014 habrá un millón de vehículos eléctricos circulando por las carreteras españolas, lo que, a su juicio, reducirá el consumo de productos derivados del petróleo y las emisiones de gases nocivos, permitiendo a España reducir su dependencia energética, que alcanza el 85 por ciento de la demanda.
Según fuentes de los fabricantes de automóviles consultados, teniendo en cuenta una velocidad media ponderada entre carretera y ciudad, una potencia estandar para todos los coches eléctricos y una media de utilización de 12.000 kilómetros por hora anuales, los cálculos arrojan un consumo medio de 10.000 kilovatios por hora (Kwh) por coche y año. Esto supondría que el millón de vehículos eléctricos prometidos por Sebastián necesitarían 10.000 millones de Kwh anuales.
La demanda subirá un 6,8 por ciento
En España se consumen unos 260.000 millones de Kwh en la actualidad, de forma que la propuesta de Industria exigiría aumentar la producción real un 3,8 por ciento. Según la patronal eléctrica UNESA, la demanda eléctrica va a crecer un 3 por ciento anual, pero si se añade la apuesta de Sebastián, el incremento total de la producción deberá ser, al menos del 6,8 por ciento, es decir, de 17.680 millones de Kwh al año.
Las fuentes consultadas por LD descartan que este incremento de la oferta eléctrica pueda provenir del actual mix de generación sin aumentar la dependencia del petróleo.
Fuente: UNESA
“Elevar la energía hidráulica es prácticamente imposible, ya que las cuencas están prácticamente agotadas y su explotación tiene un alto coste medioambiental; mientras que las energías eólicas y solares no garantizan el suministro ni son eficientes”, explican los técnicos consultados.
Por lo tanto, sólo quedan dos opciones: las centrales de ciclo combinado (que emplean gas, derivado del petróleo) y la opción nuclear.
Y Sebastián ha admitido que el principal objetivo de su plan es reducir la dependencia energética del exterior, de forma que el gas no es la solución, ya que España debe comprarlo fuera, fundamentalmente en Argelia, con los problemas de inseguridad jurídica e inestabilidad geoestratégica que ello supone. “Para alimentar los coches eléctricos la única vía es la opción nuclear”, explican técnicos de una las mayores empresas energéticas españolas.
Hoy en día, la central nuclear que más energía produce en el territorio nacional es la de Almaraz I (Cáceres), con 8.510 millones de Kwh al año. Si la demanda eléctrica crecerá, al menos, en 17.680 millones de Kwh cada año –en el caso de que Sebastián cumpla con su promesa-, la única forma de conseguirlo es construyendo, al menos, dos centrales nucleares como la de Almaraz.
Fuente: Ministerio de Industria
Los fabricantes apuestan por la energía nuclear
Y es que como recuerda el presidente de Volkswagen, Martín Winterkorn, “la electricidad sale del enchufe, pero no cae del cielo, por lo que debemos volver a pensar en la energía nuclear”.
A este respecto, el directivo cree que la fuente atómica vuelve a aparecer ligada al automóvil del futuro, después de que, a comienzos de la década de los años sesenta, los submarinos nucleares asombraran al mundo circundándolo sin tener que repostar. Entonces, se analizaron las posibilidades de construir coches con pilas nucleares e incluso Ford lanzó un prototipo en 1958.
En la misma línea se pronuncia Larry Burns, vicepresidente responsable de desarrollo avanzado y energías alternativas de General Motors. A su juicio, en los próximos 20 años las necesidades de energía de la sociedad mundial crecerán un 60 por ciento respecto a las actuales.
Para Burns, los vehículos que se enchufan a la red eléctrica y aquellos que usen pila de combustible de hidrógeno solo son posibles mediante un incremento de la energía nuclear, por ser la opción más barata y menos contaminante.
El programa del PSOE es “imposible de cumplir”
Las centrales nucleares cubren el 20 por ciento de la demanda (52.000 millones de Kwh) y si se cierran todas, como afirmó Caldera, entonces las necesidades energéticas se dispararán hasta los 62.000 millones de Kwh adicionales al año (cantidad que proviene de sumar los 52.000 millones de Kwh que cubre hoy la energía nuclear y los 10.000 millones extra de la iniciativa de Sebastián. Un escenario “imposible de cumplir”, según las fuentes consultadas
Además, Industria quiere que la mayor parte de estos vehículos sean de fabricación nacional, lo que sorprende si se tiene en cuenta que España es una potencia mundial fabricando coches con motor de explosión convencional, pero los coches eléctricos deben ser importados, lo que aumentaría aún más el elevado déficit comercial de la economía nacional, que en la actualidad ronda el 10% del PIB