(Libertad Digital) Según informa este lunes el diario El País. David Taguas, el que fuera máximo consejero del presidente Zapatero en materia económica en la pasada legislatura, tuvo una intervención muy activa en la crisis por la que ya atravesaba la inmobiliaria Martinsa-Fadesa.
El entonces director de la Oficina Económica de La Moncloa –que sustituyó en el cargo a Miguel Sebastián antes de la aventura electoral del actual ministro de Industria- medió ante bancos y cajas acreedoras para que accedieran a renegociar la deuda de 4.000 millones de euros que arrastraba la inmobiliaria de Fernando Martín, tras la compra de Fadesa en marzo de 2007.
El diario de Prisa, que en las últimas semanas se ha lanzado contra el Gobierno por la decisión de la televisión pública de comprar los derechos de la Champions League para los próximos años, afirma que Taguas, desde su puesto en La Moncloa, se puso en contacto con los responsables de las principales entidades acreedoras de Martinsa para convencerles de que debían acceder a la refinanciación del crédito sindicado concedido a la inmobiliaria. Taguas ni confirma ni desmiente estos hechos.
Los primeros contactos entre Taguas y los responsables de las entidades financieras se produjeron a finales del pasado año. En mayo, tras las elecciones generales, Martinsa acordó con 45 entidades financieras el aplazamiento de la deuda hasta 2011, pero el pacto se supeditó, entre otras cuestiones, a a la consecución de un crédito adicional de 150 millones de euros por parte del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que finalmente no se logró. Hace dos semanas, la empresa se vio abocada a iniciar un proceso concursal (antigua suspensión de pagos).
Del Gobierno a la patronal constructora
Por su parte, Taguas dejó el Gobierno para presidir la Asociación de Empresas de Obras Públicas de Ámbito Nacional (SEOPAN), la patronal de las grandes constructoras, lo que motivó un gran escándalo político al entender la oposición que se trataba de un caso flagrante de incompatibilidad. La independencia de Moncloa volvió a quedar, una vez más en entredicho.
La Oficina de Conflictos e Intereses, dependiente del Ministerio de Administraciones Públicas, dictaminó que era compatible porque aunque reconoció que Taguas había participado en decisiones como asesor (con rango de secretario de Estado) que afectaban a las constructoras, no lo hizo directamente con la asociación que le fichaba.
El escándalo saltó al Congreso. El PSOE sólo logró el apoyo de CiU para impedir que saliera adelante la moción presentada por IU-ICV que reprobaba el dictamen de la Oficina de Conflictos. El resto de grupos parlamentarios reprobó el dictamen del Gobierno. La dirección del PSOE incluso tuvo que abrir un expediente disciplinario con multa incluida al diputado Juan Antonio Barrio, de la corriente crítica Izquierda Socialista, que votó a favor de la moción.
Taguas pidió "comprensión" a sus compañeros
Taguas no sólo medió ante los bancos. También lo hizo ante miembros del anterior Gobierno para que se "mostraran comprensivos" con las dificultades por las que atravesaban las inmobiliarias, dado el efecto que podía tener la crisis del sector sobre la economía y el empleo.
Visitas sospechosas a La Moncloa
Asimismo, mantuvo una estrecha relación con miembros del G-14, el lobby creado por las principales inmobiliarias en octubre de 2007, y que estaba liderado por el presidente de Martinsa-Fadesa, Fernando Martín, con el que Taguas mantuvo varias reuniones.
El Gobierno se ha acogido a la Ley de Protección de Datos para negar al PP un listado de las personas que visitaron a Taguas cuando ocupaba su cargo en La Moncloa. La oposición, con el PP a la cabeza, sostiene que la labor que realizó Taguas en favor de constructoras e inmobiliarias resultó decisiva para su fichaje por el grupo de presión de las constructoras.
El ex asesor de Zapatero reconoció la pasada semana que, "por supuesto", siguió la situación de Martinsa-Fadesa y sus problemas cuando estaba en la Oficina Económica.
El papel del ICO
Otro aspecto sin aclarar en la crisis de Martinsa es el papel desempeñado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). El banco público, a instancias del ministro de Economía, Pedro Solbes, negó el pasado 7 de julio el crédito de 150 millones que necesitaba Martinsa para seguir adelante con el plan de refinanciación. Solbes alegó que el ICO no estaba para refinanciar deuda de empresas privadas.
En el entorno de Fernando Martín se quejan de que el ICO les había asegurado su apoyo hasta el último momento y que incluso el presidente del banco, Aurelio Martínez, les dijo que habría visto bueno para el préstamo. Pero fuentes de Caja Madrid confirmaron a LD que el ICO puso como condición que la empresa lograra otros 300 millones de euros por su cuenta, mediante avales de los directivos o con una ampliación de capital.
Pero los gestores de Martinsa conocían bien el mal estado de sus cuentas y declinaron utilizar su patrimonio, lo que minó la confianza de los inversores e imposibilitó la ampliación de capital. En este escenario el ICO denegó también sus ayuda.
Habitat y Reyal Urbis
Desde la inmobiliaria se subraya que la actitud del banco fue muy distinta en los casos de Habitat y Reyal Urbis, dos inmobiliarias con problemas financieros similares a los de Martinsa.
En el primer caso, el ICO participó con 115 millones de euros en un crédito sindicado en noviembre de 2007, que luego fue renegociado con el concurso del banco público, en febrero de 2008.
En el segundo caso, el ICO prestó 200 millones de euros a finales de 2006, justo en el momento en el que Reyal afrontaba la compra de Urbis. Como Taguas, los responsables del ICO guardan silencio, amparándose en que no se hacen comentarios sobre sus operaciones.