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Solbes, acorralado por los análisis que confirman la recesión

El Ministerio de Industria reconoce, al fin, que España se enfrenta a la "recesión" en caso de que continúe la crisis financiera internacional y el encarecimiento del crudo. Precisamente, todos los datos apuntan hacia ese escenario. Por el contrario, el ministro de Economía, Pedro Solbes, se decanta por un crecimiento cercano a cero, ya que sus previsiones "no contemplan" tales riesgos. Sin embargo, los expertos alertan de una "recesión clara en 2009 y 2010". Caja Madrid y BBVA también encienden las luces de alarma.

Recarte: recesión en 2009 y 2010
Solbes ignora la realidad en sus previsiones
El Ministerio de Industria reconoce, al fin, que España se enfrenta a la "recesión" en caso de que continúe la crisis financiera internacional y el encarecimiento del crudo. Precisamente, todos los datos apuntan hacia ese escenario. Por el contrario, el ministro de Economía, Pedro Solbes, se decanta por un crecimiento cercano a cero, ya que sus previsiones "no contemplan" tales riesgos. Sin embargo, los expertos alertan de una "recesión clara en 2009 y 2010". Caja Madrid y BBVA también encienden las luces de alarma.
LD (M. Llamas y L. F. Quintero) Si hace pocos días, Zapatero admitía la palabra "crisis" para definir la situación económica de España, el término que suena este jueves entre los miembros del Ejecutivo es "recesión". Es el caso del ministro de Industria, Miguel Sebastián, tras reconocer que la economía española atraviesa por un escenario de "casi recesión".
 
Pese a ello, Sebastián ha reiterado que el Gobierno no debe "hacer pronósticos" sobre el futuro económico, pues esa es una labor que "corresponde a los analistas privados o a los organismos internacionales". En este sentido, los expertos no pueden ser más claros.
 
Durante la última sesión del curso Políticas económicas en tiempos de crisis del Campus FAES, el presidente de Libertad Digital, Alberto Recarte, ha señalado que el próximo año “España entrará en una recesión clara” que, además, continuará en 2010. Otros expertos como Luis De Guindos, presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, no descarta “una recesión mundial para los próximos cinco años”.
 
Industria habla de "recesión"
 
La evidencia llega hasta tal punto que la secretaria general de Industria, Teresa Santero, ha admitido, casi sin ambages, la posibilidad de que la economía española entre en "recesión". Eso sí, siempre y cuando persistan en el tiempo las malas "condiciones externas". Pese a ello, se muestra "optimista" ante la posibilidad de que no se produzca una situación de tales características.
 
Y eso que, durante la clausura de la asamblea general de la patronal de fabricantes de bienes de equipo Sercobe, Santero ha llegado a advertir que las tensiones en los mercados financieros provocadas por la crisis subprime en EEUU y el alza de los precios del crudo “amenazan con provocar la tercera gran crisis energética mundial”.
 
¿En qué quedamos, mejora o empeoramiento de las “condiciones externas”? Y es que, según Santero, tales elementos, el precio del crudo y la tensión en los mercados financieros, son a su juicio los principales "condicionantes" externos que influirán en la evolución de la situación actual.
 
Sin embargo, el análisis expuesto por el ministro de Economía este jueves es el que presenta una mayor grado de inconsistencia. Tras presidir la reunión de la nueva Comisión Delegada del Gobierno para Política Científica y Tecnológica, Solbes ha subrayado que en todo caso las previsiones económicas dependen de los supuestos en los que se basan.
 
En este sentido, ha reconocido, a su manera, la posibilidad de que nuestro país entre en recesión. Según ha dicho, "si uno considera que va a seguir aumentando el precio del petróleo, que la economía americana no se va a reponer, que la caída en el segundo trimestre en Alemania va a seguir en próximos trimestres, pues evidentemente podríamos tener elementos negativos que podrían afectar a una situación de ese tipo (recesión)”.
 
Solbes augura crecimiento cero
 
Sin embargo, y pese a que hasta el momento no existe ni un solo indicador macroeconómico que apunte hacia una mejora de la crisis internacional, el responsable de la cartera económica del Gobierno opta por pronosticar un “crecimiento bajo” en los próximos trimestres. Y ello, por una cuestión, como poco sorprendente: Las previsiones del Ministerio no contemplan el empeoramiento de los citados indicadores. La gravedad de las declaraciones del ministro de Economía es que llega a reconocer, entre líneas, que el Ejecutivo ignora la realidad para hacer sus previsiones.
 
Con este tipo de cálculos no es de extrañar que las previsiones de Solbes sobre la economía nacional hayan quedado del todo obsoletas en apenas cuatro meses. En concreto, desde la celebración de las últimas elecciones generales. ¿Casualidad?
 

 
Solbes: "Estoy harto de oír tonterías sobre el mundo económico"
 
Así, en plena campaña electoral, el pasado 11 de febrero, Solbes no dudaba en exclamar su hartazgo y agotamiento de "oír tonterías sobre el mundo económico". Todavía entonces aquejado de una infección en su ojo izquierdo, Solbes descalificaba a los que auguraban el riesgo de recesión en España. A su juicio, eran agoreros que "no saben nada de economía". En aquel momento llegó a señalar que con un crecimiento inferior al 3 por ciento todavía se podría seguir reduciendo el paro. La previsión de crecimiento, entonces, era del 3,1 por ciento.
 
Cuando Zapatero hablaba de la Champions League de la economía, también llamaba "antipatriotas" a quienes advertían del deterioro económico.
 
El debate con Pizarro
 
Diez días después, Solbes se batía en duelo con Pizarro en el primer debate electoral televisado de cara a las elecciones del 9 de marzo. Tras la contienda dialéctica, los espectadores de Antena 3, cadena que emitió el debate, dieron como ganador a Solbes, pero, ¿qué dijeron aquel día?. Solbes insistió una y otra vez en el incremento del gasto público y en negar bajadas de impuestos. En su opinión los que alertaban, como Pizarro, de la crisis económica eran unos "catastrofistas" que con su "demagogia" estaban "convocando a la crisis".
 
Después de ganar las elecciones, sólo unos días después, el Ejecutivo, que había insistido continuamente en un crecimiento superior al 3 por ciento durante la campaña electoral, revisaba el cuadro macroeconómico y rebajaba un 25 por ciento sus expectativas. Una rebaja que ponía en evidencia que el Gobierno había mentido a los españoles durante las elecciones.
 
Aquel cuadro, que todavía hoy está vigente para el Gobierno, se pasaba de una previsión de crecimiento para 2008 del 3,1 por ciento al 2,3 por ciento.
 
Ahora, Solbes insiste, pese a todas las evidencias en contra (como la caída interanual del ritmo de afiliación a la Seguridad Social) en que los datos que maneja el Ejecutivo no apuntan a una situación de recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) y, por tanto, no ofrecen "exactamente los mismos resultados" que los estimados por entidades financieras como el BBVA o Caja Madrid. En todo caso, precisó que habrá que esperar a conocer las cifras de Contabilidad Nacional que publica el INE.
 

 

 
Los datos de Economía constatan los peores augurios
 
Sin embargo, los datos del Ministerio de Economía avanzan un escenario de recesión a corto plazo. Los analistas pertenecientes al gabinete que dirige el propio Solbes constatan en un informe publicado este jueves la "profundización de la fase de desaceleración" de la actividad económica, y sobre todo del sector de la construcción, que se inició a mediados del pasado año como consecuencia del menor dinamismo de la demanda nacional motivado, a su vez, por la mayor ralentización del gasto en consumo de los hogares y de la inversión en vivienda.
 

 
Según la Síntesis de Indicadores que elabora el Departamento dirigido por Pedro Solbes, el consumo de energía eléctrica, las ventas en grandes empresas, el indicador de sentimiento económico y el indicador sintético de actividad, entre otros, ponen de manifiesto la "pronunciada desaceleración" que está sufriendo la economía española.
 

  
De hecho, del informe constata el debilitamiento de la producción industrial, que experimentó en mayo un "fuerte retroceso interanual", y la "intensificación" del proceso de ajuste de la actividad constructora, tal y como demuestran todos los indicadores del sector, y tal y como avanzó LD.
 

 
Por otra parte, admite que la información coyuntural más reciente refleja, asimismo, la continuidad de la desaceleración observada en el sector servicios en meses previos, al tiempo que pone de manifiesto la favorable evolución de los indicadores de turismo en el segundo trimestre del año, con el incremento del número de turistas en mayo o el aumento de las pernoctaciones hoteleras en ese mismo mes. Es decir, España carece, hoy por hoy, de motores económicos para mantener a flote el crecimiento del PIB.
 
Desde la óptica de la demanda, la Síntesis de Indicadores destaca la menor pujanza de los componentes de la demanda nacional, especialmente del gasto en consumo de los hogares y de la inversión residencial. En concreto, los indicadores más recientes del consumo privado confirman la "profundización de la desaceleración" del mismo, mientras que la inversión en bienes de equipo arroja signos de menor fortaleza y la inversión en vivienda sufre una "acusada ralentización" más intensa de lo inicialmente previsto.
 

 
Según Economía, la menor fortaleza de la demanda nacional en su conjunto y, en particular, de la inversión se sigue reflejando en la financiación al sector privado, que en abril se incrementó un 12,1 por ciento en tasa interanual (la mitad que hace un año).
 
Además, el informe asegura que los datos más recientes muestran que la necesidad de financiación de la economía española sigue creciendo, aunque de forma más moderada, mientras que el déficit de rentas disminuye, desciende el volumen de los flujos financieros netos con el exterior, y "mejora apreciablemente" el déficit no energético.
 
Por último, sobre la ejecución presupuestaria del Estado, Economía reitera que en los cinco primeros meses del año el saldo positivo de las cuentas públicas se redujo en un 80 por ciento, ya que los ingresos del Estado y, en concreto, los ingresos impositivos, se han visto afectados por la profundización de la fase de desaceleración económica actual, así como por determinados cambios normativos, como la ampliación de los plazos para los pagos fraccionados de Sociedades, entre otros. Es decir, adiós al superávit, o “colchón financiero”, del que se vanagloriaba el Gobierno.

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