LD (Luis F. Quintero) Pocas horas después de que Zapatero adelantase en Televisión Española que los precios iban a empezar a bajar "ya", el INE, que estrena nuevo director (Jaume García Villar) tras la expulsión de Carmen Alcaide, anunciaba una ligera moderación del IPCA de 4 décimas respecto al mes anterior. Según esta información, el Índice de Precios al Consumo Armonizado se había moderado en abril hasta el 4,2 por ciento, desde el 4,6 registrado en marzo.
Coincidencia o no, lo cierto es que Zapatero empleó este argumento como una prueba de que la situación económica que atraviesa España no tiene nada que ver con "una crisis o recesión", llegó a decir el presidente. Por lo tanto, y a pesar de los numerosos indicadores que apuntan a un grave deterioro de nuestra Economía, Zapatero niega que engañara a los españoles durante la campaña electoral al sostener que conseguiría el pleno empleo en esta legislatura, que nuestra economía crecería al 3,1 por ciento en 2008 y que los tipos de interés y el Euribor habían tocado techo y no subirían más. También señaló en aquellas fechas que a partir de marzo o abril los precios comenzarían a moderarse.
En cambio, la situación que vive España es muy diferente de la optimista estampa que describe el presidente. El último dato que ha venido a sumarse a un paro disparado, un fuerte endeudamiento familiar, las dificultades de acceso al crédito o el frenazo en el sector de la construcción, ha sido el registro de consumo minorista en el mes de abril. Las ventas del comercio al por menor, a precios constantes, han disminuido un 8,7 por ciento respecto al mismo mes de 2007. Se trata de la mayor caída en la serie histórica desde que este indicador se cuantifica y documenta (1996). Este indicador mide el ritmo de las compras domésticas que habitualmente realizan los ciudadanos cada día.
La nota del Instituto Nacional de Estadística señala que si se elimina el efecto calendario, el índice de comercio al por menor a precios constantes habría registrado una disminución del 5,5 por ciento y aclara que el efecto calendario de este mes está determinado tanto por la diferencia del número de días hábiles como por la Semana Santa, que ha tenido lugar en el mes de marzo mientras que en 2007 fue en abril.
Lo cierto es que el consumo privado ha sufrido su más escandaloso desplome desde que se mide este indicador, que fue en 1996, cuando la situación económica de España no le permitía cumplir los requisitos establecidos en el tratado de Maastricht para entrar en el Euro (inflación, paro, deuda pública y déficit).
Desglosado por sectores, el más castigado es de nuevo el de la construcción. El equipamiento en bienes para el hogar (muebles y electrodomésticos) ha caído un 17 por ciento. Pero también es importante la caída en otros sectores como el de la alimentación (el 5,1 por ciento) o el de equipamiento personal (el 6 por ciento).
En este sentido, las grandes superficies (-7,8 por ciento en ventas), las pequeñas cadenas (-11,2 por ciento en ventas) y las empresas unilocalizadas (-11,4 por ciento en venta) han sido los establecimientos que más han sufrido esta caída.
Moderación del IPCA
La caída del consumo no ha tenido, en cambio, un fuerte efecto sobre los precios. El Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA), se ha moderado hasta el 4,2 por ciento, acusando, entre otras cosas, el componente estacional que caracterizó la subida del pasado mes de marzo, cuando tuvo lugar la Semana Santa.
De momento, el frenazo de la actividad económica, el fuerte aumento del paro, la incapacidad del sistema para crear empleo, la tensión al alza de los tipos de interés o las dificultades de acceso al crédito así como el frenazo en el crecimiento de la economía y en la construcción no han logrado tirar de los precios a la baja.
Una de las consecuencias de un descenso tan brusco de las ventas al por menor, debería haber sido una caída de los precios como incentivo, por parte del sector privado, para reactivar el consumo. En cambio, los precios siguen disparados. La ligera moderación del IPCA no hace más que evidenciar el fuerte frenazo que sufre la economía, pero abunda en una tendencia alcista de los precios.
Ya este lunes el Banco Central Europeo advertía de que continuaba observando tensiones inflacionistas en la zona euro que le impedirían, muy probablemente, aplicar una bajada de tipos de interés. En cualquier caso, Solbes insiste en que a final de año la inflación se colocará en el 3 por ciento.
Pero el alza de los precios en un año sigue siendo espectacular. En abril del pasado año, la semana santa hizo su efecto sobre los precios provocando que el IPCA se mantuviera en el 2,5 por ciento (mismo valor de marzo de 2007). Desde entonces, este indicador no ha hecho más que subir hasta llegar este viernes al 4,2 por ciento, un 1,7 por ciento más que hace un año.