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La FED planea nacionalizar la deuda de la banca de EEUU

La Reserva Federal (Fed) de EEUU anunció el pasado miércoles la posibilidad de que el Tesoro incremente su deuda pública para transferir sus excedentes de crédito al organismo que preside Ben Bernanke y, así, inyectar nueva liquidez al mercado. El Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (IJM) advierte de que dicho plan encubre una “nacionalización de toda la deuda de mala calidad” que acumula la banca estadounidense. En definitiva, serán los contribuyentes de EEUU quienes, a través de sus impuestos, rescaten las pérdidas que han generado las subprime.

La Reserva Federal (Fed) de EEUU anunció el pasado miércoles la posibilidad de que el Tesoro incremente su deuda pública para transferir sus excedentes de crédito al organismo que preside Ben Bernanke y, así, inyectar nueva liquidez al mercado. El Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (IJM) advierte de que dicho plan encubre una “nacionalización de toda la deuda de mala calidad” que acumula la banca estadounidense. En definitiva, serán los contribuyentes de EEUU quienes, a través de sus impuestos, rescaten las pérdidas que han generado las subprime.
LD (M. Llamas) Desde el estallido de la crisis subprime en EEUU el pasado verano, la Reserva Federal (Fed) se puso manos a la obra para solucionar un problema de graves dimensiones que, en gran medida, se debió a la laxa política de tipos de interés aplicada por el propio banco central. Sin embargo, las medidas aprobadas hasta el momento por el organismo que preside Ben Bernanke no han servido de nada.
 
El mercado interbancario sigue seco. No hay liquidez, ya que los bancos se niegan a prestarse dinero. Pero más que una crisis de liquidez, la clave del problema que padece el mercado financiero internacional radica en la falta de solvencia de las entidades de crédito. La gran banca estadounidense sigue acumulando grandes pérdidas, hasta el punto de que el Gobierno de EEUU decidió intervenir el banco de inversión Bear Stearns para evitar su quiebra.
 
Ante este preocupante panorama, la Fed anunció el pasado miércoles que estudia nuevas medidas para hacer frente a la falta de liquidez de los mercados. En concreto, plantea que el Departamento del Tesoro estadounidense se endeude más de lo previsto para depositar el exceso en el banco central (Fed). De este modo Bernanke y sus socios podrían comprar valores del Tesoro sin necesidad de aplicar nuevas rebajas a los tipos de interés.
 
El regulador monetario de EEUU también podría llevar a cabo una emisión de deuda a nombre de la Fed solicitando la autoridad necesaria para efectuar el pago inmediato de los intereses sobre las reservas de los bancos comerciales, según recogía el rotativo financiero The Wall Street Journal.
 
Pero, ¿en qué se traduce el plan de Bernanke? Según los analistas del Observatorio de Coyuntura Económica del IJM, "no es probable que el incremento de la deuda transferida a la Fed sirva para recomprar letras del Tesoro”. En realidad, se trata de un “fondo de estabilización” financiero con dinero público, obtenido vía déficit (a cargo de la recaudación futura de impuestos por parte del Gobierno), que se destinará para prestar más dinero a los bancos comerciales. Un plan “similar al que EEUU puso en marcha en los años 30 para sostener artificialmente los precios en la agricultura”, indican.
 
En realidad, “la Fed no tiene por qué utilizar esos fondos para recomprar letras del Tesoro a los bancos, sino que puede utilizarlos para inyectar más liquidez en el mercado, descontando una mayor cantidad de activos a un tipo menor”, según el Observatorio. Dicho de otro modo, Bernanke propone avanzar hacia una “nacionalización encubierta de toda la deuda de mala calidad” de los bancos. Es decir, la Fed inyectará dinero público procedente de la recaudación de tributos.
 
De este modo, “los contribuyentes americanos están siendo forzados a recapitalizar las entidades de crédito a través de la Fed, que pasa a actuar de broker entre el Gobierno y la banca comercial”, explican los analistas.
 
Y es que, si los bancos disopnen de letras de cambio en su activo, pueden obtener rápidamente liquidez en el mercado, ya que éstas siguen siendo seguras y los inversores siguen adquiriéndolas", adviertren. El problema es que también tienen muchos otros activos basura que no pueden descontar en el mercado porque nadie los quiere. "Por eso acuden a la Fed, empleando ese dinero extra para descontar deuda de mala calidad, como la subprime", añaden.
 
Las inyecciones de la Fed afluyen hacia las materias primas y crean inflación
 
Desde el pasado mes de diciembre, la Fed ya ha tratado de habilitar tres ventanillas adicionales para expandir el crédito: la TAF (Term Auction Facility), la PDCF (Primary Dealer Credit Facility) y la TSLF (Term Securities Lending Facility).
 
La primera está destinada a que los bancos descuenten a medio plazo activos de mala calidad (como bonos hipotecarios); la segunda a que los dealers primarios (operadores financieros) puedan obtener letras del Tesoro contra activos de mala calidad; y la tercera a que esos mismos dealers primarios puedan obtener fondos contra sus activos de mala calidad.
 
Sin embargo, todas estas medidas no han logrado expandir el crédito en la economía. La restricción y endurecimiento de las condiciones crediticias sigue in crescendo. Hasta el momento, todos los fondos que ha inyectado la Fed han sido invertidos en el mercado de las materia primas (de ahí, su encarecimiento) y hacia la adquisición de letras del Tesoro (deuda pública). Y es que, “los inversores confían más en los pasivos del Estado (deuda pública) que en los pasivos de los bancos (depósitos bancarios)”, según los expertos.
 
Sin embargo, las inyecciones masivas de liquidez han depreciado los activos de la Reserva Federal, y "sin activos de calidad no puede seguir expandiendo el crédito", según el IJM. Por eso, Bernanke propone ahora que "el Gobierno ceda a la Fed parte de su crédito (deuda pública)".
 
"El Estado puede obtener financiación a tipos muy bajos (letras de cambio) y entregárselo a la Fed para que, a su vez, siga prestando dinero a los bancos, puesto que éstos no pueden lograr financiación a esos tipos tan bajos (el LIBOR está más alto)", explican.
 
De hecho, el spread (diferencial) entre el LIBOR (tipo de interés al que se prestan el dinero los bancos) y el rendimiento de la letra del Tesoro supera, en la actualidad, el 115 por ciento, situándose en máximos históricos. “No es de extrañar”, si se atiende a la cantidad de subprime (hipotecas o activos basura de imposible recuperación) que acumulan los balances de los bancos estadounidenses, añaden.
 

 
Si la Fed tratara de expandir más el credito con los activos actuales, "el dólar se hundiría aún más", según el Observatorio. De hecho, la evolución de las letras del tesoro (su mejor activo), han sufrido una caída pronunicada a lo largo de los últimos meses (ver gráfico).
 

 
Por el contrario, “el Gobierno goza, prácticamente, de un poder ilimitado para recaudar recursos”, añade. Con este plan la Fed está intentando “reducir ese enorme gap”. Bernanke sabe que “si expande más el crédito contra sus activos, hundirá aún más al dólar”, elevando con ello el riesgo de que se produzca una repatriación masiva de billetes verdes a EEUU.
 
Por ello, la Fed planeta la posibilidad de emplear “la deuda pública del Estado (impuestos) para expandir el crédito y, de ese modo, tratar de reducir el LIBOR y acercarlo al rendimiento de la deuda a tres meses”.
 
Sin embargo, el Observatorio afirma que dicha estrategia genera “problemas evidentes”. Si el Gobierno de EEUU comienza a tragarse la deuda de mala calidad (subprime) su propio crédito se resentirá. Es decir, corre el riesgo de que su deuda pública incremente exponencialmente su primas de riesgo (véanse los países sudamericanos). Y con ello, “también los activos de la Reserva Federal que, por el momento, aún están compuestos en su mayor parte por deuda pública”, según explica este organismo.
 
El resultado de esta peligrosa espiral financiera consiste en el riesgo de que “el dólar se hunda aún más, manteniéndose así la amenaza de repatriación del billete verde”. Además, el Observatorio considera que la nueva inyección de liquidez logrado a través de estas medidas “no logrará volver a expandir el crédito hacia los sectores productivos”. Entre otras cosas, porque “la Torre de Babel de deuda no ha hecho más que empezar a explotar”, concluye.

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