El optimismo del Gobierno se mantiene pese a la realidad de los datos. El ministro de Economía, Pedro Solbes, afirma que España crecerá de nuevo al 3,5 por ciento en 2010. Por el contrario, su propio gabinete reconoce que la economía apenas avanzará un 2,5 por ciento en los próximos meses. BBVA estima que el aumento del PIB podría cerrar en el 1,7 por ciento a finales de 2008, mientras que los principales indicadores reflejan ya un deterioro sustancial en el primer trimestre del año.
LD (M. Llamas) Erre que erre. El Gobierno insiste en transmitir un mensaje optimista sobre la evolución económica del país, ignorando todas las señales de alerta que se ciernen ya sobre el crecimiento nacional.
El ministro de Economía en funciones, Pedro Solbes, ha reconocido que España sufre una desaceleración económica, pero asegura que el país volverá a crecer entre un 3 y un 3,5 por ciento en apenas un par de años. "El mensaje que puedo transmitir es que esperamos una desaceleración en 2008 y 2009, pero también esperamos mantener el potencial de crecimiento entre el 3 y el 3,5 por ciento por lo que, a medio plazo, vamos a volver a estos niveles de crecimiento", según afirma Solbes en una entrevista concedida a Diario Económico de Portugal.
"Lo que estamos pasando es sólo un período de desaceleración, que se centra en el sector de la construcción debido al comportamiento menos expansivo de la liquidez en este último período, pero estos elementos de liquidez son temporales y ya estamos tomando medidas para corregir la situación", indica.
Por otro lado, Solbes no espera que la desaceleración lleve a los niveles de desempleo o la dramática situación de hace 20 años atrás. "De acuerdo con los datos que tenemos, de niveles de crecimiento por encima del 2 por ciento continuarán creando empleo en España". Sin embargo, tanto la evolución macroeconómica de los últimos meses, como los últimos informes de coyuntura nacional niegan las previsiones del Gobierno.
Así, el Servicio de Estudios del BBVA calcula que el PIB nacional se situará entre el 1,7 y el 2,2 por ciento en 2008. En 2009, la orquilla será aún peor: entre un 0,8 y un 2 por ciento, como mucho. Es decir, un cálculo inferior al estimado por los principales organismos internacionales (2,5 por ciento) o el propio Banco de España (2,4 por ciento) y, desde luego, muy alejado de la estimación actual que mantiene el Ministerio de Economía (31, por ciento para 2008).
De hecho, los informes internos que maneja el Gobierno avanzan un crecimiento del 2,5 por ciento, como mucho, para los próximos seis meses, según el indicador sintético de actividad que elabora el propio Ministerio de Economía. Sin embargo, hoy por hoy, la evolución de los principales indicadores económicos avanzan ya un crecimiento bastante inferior al 2 por ciento en el presente ejercicio.
La afiliación a la Seguridad Social, con un incremento interanual del 0,8 por ciento el pasado mes de marzo, junto al aumento del paro registrado (11,7 por ciento, respecto a marzo de 2007), constituyen los peores registros alcanzados desde la última crisis económica que sufrió España, en la primera mitad de la década de los 90, tal y como avanzó Libertad Digital.
Es más, el Índice de Gerentes de Compras (PMI) del sector servicios, uno de los principales referentes para medir el pulso de la actividad económica de un país, ha sufrido en el primer trimestre de 2008 la mayor caída de los últimos 9 años, al perder 16 puntos. Tal índice se ha situado en 40,9 puntos en marzo. Muy por debajo, pues, del umbral de los 50 puntos, que indica ya el inicio de una contracción real de la economía.
Incapacidad para crear empleo
Y tal y como reconoce el propio Solbes, un crecimiento inferior al 2 por ciento imposibilita la creación de empleo en España. De hecho, no faltan los análisis que sitúan el incremento real del PIB más próximo al 1 que al 2 por ciento. Si a ello se añade la destrucción neta de empleo que ha impulsado, sobre todo, la crisis inmobiliaria que vive España, no es de extrañar que, ya para 2009, se contemple una tasa de desempleo superior al 11 por ciento (casi 3 punto más que en 2007).
En general, la actividad nacional ha registrado, hasta el momento, un frenazo sustancial en tasa interanual, según las cifras que maneja Economía correspondientes al primer trimestre del año:
Actividad:
- Ventas en grandes empresas: ha pasado del 3,2 por ciento de 2007 al -0,3 por ciento en 2008.
- Consumo de cemento: de un aumento del 0,3 por ciento al -7 por ciento actual.
- Tanto es así, que el Indicador de Confianza en la Industria y el referido al Sentimiento Económico, se han desplomado en los últimos meses hasta niveles mínimos: -7,1 por ciento y 87,3 puntos (sobre una media histórica de 100), respectivamente.
Demanda nacional:
- La disponibilidad de bienes de consumo se ha reducido del 5 al 2,3 por ciento.
- La de bienes de equipo aún es peor, al pasar del 12,4 por ciento en 2007, al -9,7 por ciento en el primer trimestre del presente año.
- El Índice de Comercio al por Menor del 2,4 al -2,6 por ciento.
- La matriculación de turismos, con una reducción del 16,1 por ciento interanual, y de vehículos de carga (-29,5) se han desplomado.
- La financiación al sector privado muestra signos de desaceleración: su aumento se ha reducido a la mitad con respecto a 2006, hasta alcanzar un crecimiento del 12,8 por ciento interanual en el primer trimestre de 2008.
- Con estos datos, no es de extrañar que la confianza del consumidor haya evolucionado del -13,2 por ciento el pasado año al -20,1 por ciento actual.
Al mismo tiempo, el crecimiento de los precios casi se ha duplicado con respecto al primer trimestre de 2007: el IPC ha aumentado del 2,8 al 4,3 por ciento actual; El IPC subyacente, del 2,7 al 3,2; Los precios industriales del 3,3 al 6,6 por ciento; Mientras que, como consecuencia, el diferencial de precios con la zona euro ha pasado del 0,7 al 1,2 por ciento en el primer trimestre de 2008.
Pocas razones, pues, para el optimismo que insiste en difundir el Gobierno.