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MAFO recorta el crecimiento al 2,4 por ciento

 Mientras el vicepresidente del Gobierno insiste en que la previsión de crecimiento económico para este año "era y sigue siendo" el 3,1 por ciento, la última estimación del Banco de España lo rebaja 7 décimas hasta dejarlo en el 2,4 por ciento. No obstante, la entidad que dirige el ex secretario de Estado de Hacienda socialista, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), reconoce, en su último boletín económico, que esta previsión está sometida a "notables dosis de incertidumbre" y los riesgos son "a la baja".

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 Mientras el vicepresidente del Gobierno insiste en que la previsión de crecimiento económico para este año "era y sigue siendo" el 3,1 por ciento, la última estimación del Banco de España lo rebaja 7 décimas hasta dejarlo en el 2,4 por ciento. No obstante, la entidad que dirige el ex secretario de Estado de Hacienda socialista, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), reconoce, en su último boletín económico, que esta previsión está sometida a "notables dosis de incertidumbre" y los riesgos son "a la baja".
LD (Agencias) El Banco de España explica esta fuerte desaceleración por un entorno internacional "menos favorable", el encarecimiento de las materias primas y un "ajuste más pronunciado" de la inversión en vivienda.
 
No obstante, en su último boletín económico, el Banco advierte de que tanto esta estimación como la de 2009 –un crecimiento PIB del 2,1 por ciento– están sometidas a "notables dosis de incertidumbre", y los riesgos son "a la baja", porque es posible que la actividad mundial "se resienta en mayor medida" de lo esperado o que se endurezcan más las condiciones financieras si sigue la inestabilidad internacional.
 
Respecto a la inflación -actualmente en el 4,6 por ciento-, el Banco de España espera que la tasa se sitúe "por debajo del 3 por ciento" a final de año, aunque advierte de que en 2009 pueden producirse efectos de segunda ronda, que supondrían el traslado del encarecimiento del crudo y las materias primas a otros precios y a los salarios. No obstante, advierte de que, al igual que en sus previsiones de crecimiento, las de inflación también tienen riesgos, y en este caso al alza.

Dichos riesgos son mayores el año que viene, porque "es posible que continúen las tensiones en los mercados de petróleo y de materias primas, y que éstas se trasladen a los costes laborales y a los precios interiores", por lo que se producirían los conocidos como efectos de segunda ronda.
Pese a todo, el organismo supervisor asegura que la desaceleración permitirá "atenuar" importantes desequilibrios como el déficit exterior, la necesidad de financiación de la economía o el endeudamiento de las familias, que será "más moderado y sostenible" debido a la contención del gasto, así como la "gradual, pero continuada" moderación de los precios de la vivienda.
 
El Banco de España considera que las empresas españolas afrontan un panorama "menos favorable" que hace un año y "rodeado de mayores incertidumbres", debido tanto a la coyuntura internacional –con las turbulencias financieras y la subida el petróleo– como a la desaceleración de la economía española, que afecta principalmente a constructoras e inmobiliarias.
 
Por otro lado, el BE calcula que el superávit de las Administraciones Públicas será este año del 1,2 por ciento del PIB y bajará hasta "casi desaparecer" en 2009, con un 0,2 por ciento del PIB, tras unos años con un fuerte saldo positivo "transitorio", vinculado sobre todo a los beneficios empresariales y al desarrollo inmobiliario, que mejoraron la recaudación impositiva.

El Banco de España reconoce de que la desaceleración de la construcción será "más pronunciada de lo esperado" porque la mayoría de los indicadores de este sector están mostrando al inicio del año una evolución "más desfavorable" que la de finales de 2007. Advierte asimismo de que, dentro de la construcción, la menor pujanza del sector inmobiliario puede suponer un menor dinamismo en la creación de empleo, así como una "desaparición de los estímulos procedentes del incremento de la riqueza que han estado impulsando el gasto de las familias en los últimos años".

En este sentido, augura una fuerte desaceleración del consumo privado para este año, hasta una tasa del 2,3 por ciento, debido al menor aumento de la renta disponible y de la riqueza de las familias, tanto real como financiera. También espera una moderación en la inversión, debido a la menor expansión de los mercados exteriores y de la demanda interna.

Así, el Banco de España cree que este año las exportaciones se desacelerarán tanto por el menor crecimiento de los mercados exteriores como por la apreciación del euro, aunque también habrá una ralentización de las importaciones -por la moderación de la demanda interna-, por lo que la aportación al crecimiento del sector exterior seguirá mejorando. El organismo supervisor espera incluso que en 2009 dicha aportación al crecimiento pase a ser positiva, gracias a que las exportaciones mejoren con la recuperación de los mercados internacionales, mientras las compras al exterior sigan reflejando el pulso más débil de la demanda.

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