LD (EFE) Citando "fuentes creíbles", la Administración Central Tibetana, con sede en en Dharamsala, en el norte de la India, aseguró que al menos ochenta personas murieron durante los disturbios del pasado viernes en Lhasa, la capital del Tíbet. Fuentes oficiales chinas, citadas por la agencia Xinhua, cifraron en diez el número de víctimas mortales en los disturbios.
En un comunicado difundido en su página web, el Gobierno en el exilio denuncia que Lhasa permanece sitiada y que todos los accesos han sido bloqueados. El Ejército y la Policía de China están desplegados en todo el territorio de la región y que varias unidades militares se están dirigiendo a las zonas rurales, agregó la nota. Además, las universidades y los establecimientos comerciales permanecen cerrados.
El sábado, las autoridades tibetanas anunciaron que disponían de "informes no confirmados" que señalaban que unas cien personas habían perdido la vida en Lhasa y en otros puntos de la región. Los incidentes en la capital tibetana tuvieron lugar en medio de las protestas que desde el pasado día 10 protagonizan monjes budistas y que se iniciaron para recordar el aniversario de la fracasada rebelión tibetana contra el mandato chino en 1959, que causó la huida al exilio del Dalai Lama.