LD (M. Llamas) El precio del petróleo Brent ha marcado un nuevo récord al superar los 100 dólares por barril, mientras que el mercado de materias primas acelera su tendencia alcista: el valor del oro, la plata, el platino o el trigo no para de subir.
Múltiples analistas, incluido el propio Gobierno español, coinciden en que la causa de este encarecimiento responde a la escasez de producción, de crudo, a la elevada demanda por parte de China o India, o a la atracción del metal como valor refugio ante las incertidumbres financieras que viven los mercados. Al mismo tiempo, el dólar no para de depreciarse con respecto al euro.
Sin embargo, la explicación de dicho fenómeno responde a otras causas. Tal y como adelantó el IJM hace ahora un mes, “la expansión crediticia de la Fed (bajada de tipos) destruye el valor del dólar, lo que mueve a los inversores a buscar nuevos depósitos de valor”. Así, en la medida en que ni la bolsa ni el mercado inmobiliario pueden actuar como tales, “los nuevos fondos afluyen hacia los mercados de materias primas”.
De este modo, “el tan repetido argumento de que la inflación actual no es responsabilidad de la política monetaria de los bancos centrales sino por elementos fundamentales de la economía (incrementos de la demanda de India y China o la escasez de petróleo, entre otros motivos) es completamente errónea”, indicaba entonces el Observatorio.
El resultado de la “errónea estrategia” seguida por la Fed es el siguiente, a la vista de los propios datos que refleja el mercado bursátil internacional:
En menos de un mes, el oro se ha encarecido un 3,45 por ciento (de 925 a 957 dólares), el petróleo un 6,3 por ciento (de 94,2 dólares a 100,2), la plata un 15,5 por ciento (de 16,7 dólares a 19,3), el platino un 25,6 por ciento (de 1.703 a 2.140) y el paladio, ni más ni menos que un 41,8 por ciento (de 385 a 546). Todo un récord alcista.
Es más. ¿Cuál ha sido el resultado de la super rebaja de tipos de la Fed (un punto y medio) desde el pasado 22 de enero? El Observatorio del IJM lo expone claramente: “El oro ha subido un 10,5 por ciento, la plata un 27,5 por ciento, el petróleo un 14,5, el platino un 39 y el paladio un 52 por ciento.
Récord histórico de subidas
Pero si se retrocede a principios de agosto de 2007, cuando los bancos centrales (tanto en EEUU como en la UE) empezaron a inyectar dinero en el mercado de forma masiva ante la crisis de liquidez (es decir, cuando los inversores huían de las hipotecas y la financiación empresarial), la tendencia es aún más sorprendente: “Desde agosto el oro ha subido un 45 por ciento, la plata un 68, el petróleo un 43, el platino un 71 por ciento y el paladio un 65 por ciento”.
Según esta entidad, “estamos a las puertas de una contracción crediticia” debido a la expansión de préstamos que durante años fomentó la política monetaria de los bancos centrales, provocando con ello una espiral de inversiones erróneas en masa. En la actualidad, el BCE y, sobre todo, la Fed, creen que “pueden reflotar la propensión de los bancos a conceder créditos inyectando más y más dinero”, pero, en realidad, con esta estrategia “sólo consiguen redirigir la burbuja a las materias primas”.
El riesgo, según dicho Observatorio, radica en que difícilmente las empresas podrán seguir soportando “costes crecientes y crecientes en las materias primas” debido a su revalorización, con la consiguiente caída de la demanda. “Cuando los fundamentales de las materias primas den un serio vuelco hacia atrás, los especuladores dejarán de adquirirlas y el crédito simplemente no fluirá”.
Llegado a este punto, “ningún banco querrá endeudarse”, con independencia del precio del dinero que marquen las autoridades monetarias, advierte. Como ejemplo, Japón, en donde los tipos "llegaron a situarse en el 0 por ciento”.
Mientras, la reducción de tipos de interés en EEUU ha conllevado, igualmente, una progresiva depreciación del dólar con respecto al euro (el BCE, de momento, matiene los tipos en el 4 por ciento), pero sobre todo con respecto al oro. Además, dicha estrategia conllevará “una mayor inflación” en el mercado estadounidense, según estos expertos.
A ello, se suma la posibilidad de la que los países productores de petróleo abandonen el dólar para fijar el precio del crudo.