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Retrato íntimo de Zapatero: "Una sonrisa a prueba de obispos"

El mismo fin de semana en que varios sondeos confirman que el PP sigue recortando distancias, El País publica un extenso y edulcorado reportaje en el que presenta a Zapatero como El candidato "satisfecho, tranquilo, seguro de sí mismo, razonablemente feliz", con una sonrisa, "su mejor arma, a prueba de obispos". En él participa, aunque sea de refilón, su gran "amor", Sonsoles Espinosa. El periodista presenta al presidente como un hombre capaz de hacer que caigan rendidas a sus pies, con un simple guiño, hasta las mujeres más disgustadas por su gestión: "Eh, José Luis, estás muy guapo, eh".




El mismo fin de semana en que varios sondeos confirman que el PP sigue recortando distancias, El País publica un extenso y edulcorado reportaje en el que presenta a Zapatero como El candidato "satisfecho, tranquilo, seguro de sí mismo, razonablemente feliz", con una sonrisa, "su mejor arma, a prueba de obispos". En él participa, aunque sea de refilón, su gran "amor", Sonsoles Espinosa. El periodista presenta al presidente como un hombre capaz de hacer que caigan rendidas a sus pies, con un simple guiño, hasta las mujeres más disgustadas por su gestión: "Eh, José Luis, estás muy guapo, eh".
L D (Olivia Moya) El periodista de El País, Pablo Ordaz, decidió acompañar al presidente del Gobierno en viajes, reuniones, mítines y en los momentos que pasa en Moncloa durante una semana. El periódico de Prisa publica el reportaje este domingo, realizado antes de la confesión de Zapatero a Gabilondo, por lo que intenta vender todavía la imagen de un presidente relajado, preocupado por todo y todos, especialmente por su mujer y sus hijas. En donde la tensión y el dramatismo no tienen cabida.
 
Describe el periodista al presidente: "una sonrisa a prueba de obispos, un tipo satisfecho, tranquilo, seguro de sí mismo, razonablemente feliz. Sólo se muestra ligeramente preocupado al hablar del futuro de sus hijas", y añade, Zapatero "desvela el porqué de su fe": Sólo gana el que está seguro de ganar
 
Más adelante incide sobre la imagen que Zapatero quiere trasladar a la opinión pública. Para ello recoge las declaraciones de sus colaboradores. "Busca a alguien a quien el jefe haya echado alguna vez la bronca. En La Moncloa o antes de llegar a La Moncloa. Verás como no lo encuentras".
 
Los "guiños" de Zapatero
 
Pero una de las cosas que más llaman la atención del edulcorado reportaje es la pasión que Zapatero puede despertar en las mujeres, incluso en las más enfadadas por su gestión. Un solo gesto del presidente sirve para que caigan rendidas a sus pies. Para ello, Ordaz recoge una anécdota ocurrida en Palma de Mallorca, donde el jefe del Ejecutivo se trasladó para celebrar la XXIV cumbre Hispano Alemana.
 
  • "Justo enfrente [del Ayuntamiento de Palma], en unas oficinas de la tesorería de la Seguridad Social, unas funcionarias aprovechan para pedir un aumento de sueldo. Gritan ¡José Luis! Al tiempo que hacen la señal del dinero. El presidente les sonríe, les guiña un ojo y ellas se lo agradecen cambiando el tono del discurso: Eh, José Luis, estás muy guapo, eh".
 
El segundo "guiño" que Zapatero dedica a una mujer en ese viaje viene descrito poco después. En esta ocasión a una periodista. El de "la sonrisa a prueba de obispos" tiene que afrontar una pregunta relativa al comunicado emitido por la Conferencia Episcopal.
 
  • "Una periodista española de un diario muy poco partidario de Zapatero toma el turno y le pregunta por un comunicado de los obispos –también muy poco partidarios de Zapatero– que por el momento sólo ella conoce. Los asesores de Zapatero se ponen nerviosos. Él, en cambio, sale del atolladero con buenas palabras, sin entrar al trapo y rematando la faena con un guiño a la reportera. El día se convierte en un examen de talante".
 
El periodista de Prisa incide en la sonrisa del presidente, "su mejor arma". Y recoge las declaraciones, esta vez de un ministro, a quien no nombra, para quien el "trabajo de presidente –también el de ministro– implica toneladas de peso sobre los hombros. El peso de las decisiones. De la responsabilidad". José Luis no ha cambiado, a pesar de las toneladas que todos los días le caen encima. Sigue teniendo mucha seguridad, transmite confianza.
 
"El poder de matar es un gran poder"
 
El tema de ETA sólo se toca de refilón, a pesar de que el texto ocupa cinco páginas. Y sirve para intentar salvarle la cara. "Me preocupa que [en el acto en San Sebastián] algún radical intente colarse dentro del mitin", dice su jefe de seguridad. Zapatero contesta: "¿Pues sabes qué, Segundo? No me importaría que se metieran. Tengo muchas ganas de decirles a estos cuatro cosas a la cara".
 
Pero lo más llamativo es lo que añade Pablo Ordaz tras este comentario del presidente: "esto último lo dice mirando fijamente al periodista, sentado a su izquierda, casi nariz con nariz", que no hace sino demostrar la verdadera intencionalidad de las palabras de Zapatero. Sobre su negociación con los terroristas de ETA resume: "Estuvimos muy cerca de conseguirlo... Pero el poder de matar es un gran poder".
 
El móvil del presidente
 
El periodista dedica casi el mismo espacio al terrorismo que al móvil del presidente. Dice sobre él: "un teléfono corriente, coreano, ni viejo ni nuevo sino todo lo contrario. Pero un atributo sin el que ninguno de sus íntimos imagina a Zapatero. Un teléfono con el que el presidente le ha hecho un butrón a La Moncloa para entrar y salir a su antojo sin moverse del sitio. Y, para desesperación, a veces, de sus ministros".
 
"Él hablando por teléfono y yo al lado, esperando que termine"
 
Pero el momento más entrañable del reportaje es cuando entra en acción Sonsoles Espinosa, retratada como abnegada esposa:
 
  • "Sonsoles Espinosa acaba de llegar al despacho de Zapatero en la sede socialista de Ferraz. Durante cuatro años –los que fueron de 2000 a 2004–, éste fue casi el único lugar donde el matrimonio se vio de lunes a viernes. [...] Mientras Zapatero atendía una llamada –otra más– de su teléfono móvil, la fotógrafa le explica a su esposa el tono de los retratos que quería hacerles: No pretendo que poséis. Sólo quiero normalidad. Pues aprovecha –tercia Sonsoles divertida–, ésta es la normalidad. Él hablando por teléfono y yo al lado, esperando que termine". 
 
El periodista de El País añade que en las pocas ocasiones que "se presta" a posar junto a su marido "cualquiera se da cuenta de que la alegría de ambos no es fingida, de que sigue vigente aquello que Rodríguez Zapatero le dijo al periodista Feliciano Fidalgo en 1986. Zapatero tenía 26 años y acababa de ser elegido por primera vez diputado por León. El partido, le dijo Zapatero a Feliciano, es el único instrumento serio, homogéneo; para mí, sentimentalmente, es mi segundo amor". El primero, Sonsoles, su novia.   
 
El reportaje concluye: "cuando el periodista –que hoy dejará de ser su sombra–se para y se gira, [Zapatero] le tiende la mano y le pregunta sonriente: ¿Qué? ¿Te he convencido ya?

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