LD (M. Llamas) El maquillaje estadístico que aplica el Gobierno tiene visos de convertirse en una capa de pintura de brocha gorda. Y es que, en materia de cifras, el cocinero (léase, Ministerio correspondiente) es quien tiene la sartén por el mango. El pasado miércoles, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, aseguró que el número de extranjeros irregulares que viven hoy en España apenas supera las 300.000 personas, ya que la diferencia entre tarjetas de residencia y empadronados “no llega a 500.000”. Pero ambos datos no son comparables, según los expertos.
De ese medio millón hay que restar el número de ciudadanos comunitarios, así como los que están en trámite de renovación y los que estudian en España. Así, la cifra de sin papeles ronda los 300.000, según el Gobierno. “Muy pocos”, en comparación con el millón de inmigrantes irregulares que se encontró el PSOE a su llegada al poder en marzo de 2004, indicó Caldera. Sin embargo, la realidad es bien distinta.
El cálculo ofrecido por el ministro se fundamenta en la comparación de dos indicadores que se llevan un año de diferencia: la cifra de extranjeros empadronados sólo está disponible a 1 de enero de 2007 (4.519.554), mientras que los residentes legales lo están a 31 de diciembre del pasado año (3.979.014). “Obviamente, lo que no podemos hacer es comparar las cifras a 1 de enero con las cifras a 31 de diciembre, pues en un año cambian mucho las cosas en este ámbito”, según los expertos en materia estadística consultados por Libertad Digital.
“En realidad, no cabe pensar que sólo haya 4,5 millones de extranjeros empadronados en España, dado el ritmo de crecimiento que viene experimentando la entrada de inmigrantes en el país a lo largo de los últimos años” (ver gráfico). Así, tomando de base una “hipótesis más bien conservadora”, es decir, que el número de extranjeros empadronados haya crecido al mismo ritmo en 2007 que en 2006, la cifra total de inmigrantes se aproximaría a los 5 millones. De este modo, la diferencia más plausible entre “legales” (con tarjeta de residencia) y “empadronados” alcanzaría “una cifra cercana al millón de individuos”, afirma.
De hecho, se trata de un cálculo más bien “conservador”, puesto que el volumen de residentes legales sugiere un crecimiento superior, tal y como recogen las propias estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre población futura, ya que prevén una entrada neta de 600.000 extranjeros en 2007, a modo de escenario central.
Además, “las defunciones de extranjeros no habrían sido muchas, al hilo de los datos registrados en 2006 (unas 10.000 personas)”. Por contra, el número de nacidos con nacionalidad extranjera sugiere un aumento mayor: “unos 80.000 nacidos de madre extranjera en 2006, de los cuales la gran mayoría, a su vez, tienen la nacionalidad extranjera”, según estas mismas fuentes.
De este modo, a día de hoy, el número real de sin papeles estaría, nuevamente, muy próximo al registrado en 2005. Razón por la cual, según el propio Caldera, el Gobierno puso en marcha una regularización masiva de inmigrantes que, como consecuencia, otorgó la legalidad (tarjetas de residencia) a cerca de 700.000 extranjeros.
Nota: gráfico extraído de wonkapistas.