Menú

"Ni clavos, ni tuercas, ni tornillos; no había metralla entre nuestros 191 muertos"

¿En los cuerpos de las víctimas del 11-M había metralla, clavos, tornillos? "Nada, nada en absoluto. No había metralla entre nuestros 191 muertos". Así de tajante se ha mostrado Carmen Baladía, la que fuera directora del Instituto Anatómico Forense en una entrevista concedida a Luis del Pino.


¿En los cuerpos de las víctimas del 11-M había metralla, clavos, tornillos? "Nada, nada en absoluto. No había metralla entre nuestros 191 muertos". Así de tajante se ha mostrado Carmen Baladía, la que fuera directora del Instituto Anatómico Forense en una entrevista concedida a Luis del Pino.
(Libertad Digital) Carmen Baladía detalla cómo coordinó y supervisó las labores de identificación y las autopsias de las víctimas. La mochila de Vallecas, que para el Tribunal es una prueba válida enlazada con las demás bolsas-bomba de manera "directa y precisa", sí portaba gran cantidad de metralla de origen terrorista.
 
La que fuera directora del Instituto Anatómico Forense durante el 11-M ha vuelto a relatar con detalle cómo trabajó su equipo para identificar a los 191 muertos en la morgue instalada en Ifema. Carmen Baladía ha explicado en el programa de Luis del Pino, 11-M: La sentencia, cómo trabajaron a contrarreloj aquellos días. La profesionalidad mostrada por el equipo de forenses en una tragedia de tal magnitud impide pensar en otras cosas o venirse abajo por el dolor que a todos los ciudadanos causó el atentado: "Me daba miedo que se estropearan los cadáveres. Yo recuerdo el 11-S donde no se pudieron hacer muchísimos estudios de ADN porque las muestras estaban estropeadas , no se habían conservado a la temperatura idónea". Fue lo primero que, como directora, pensó ya que la labor forense es, o debería ser, clave en la investigación.
 
Desde el principio se puso de manifiesto que el Instituto Anatómico Forense no reunía las condiciones necesarias para afrontar una masacre sin precedentes. El lugar elegido para llevar a cabo las labores de identificación fue Ifema. Cuando Baladía llegó el panorama que encontró fue "dantesco". Pero en seguida se estableció una magnífica organización. Se colocaron, en un principio, cinco mesas de autopsia. A cada cuerpo se le asignaba un "numero correlativo" porque "me daba mucho miedo cometer errores de duplicidad", ha dicho Baladía. Ese número acompañaba a las letras C de catástrofe y a la inicial del lugar de procedencia (A: Atocha; T: Téllez; P: Pozo y S: Santa Eugenia).
 

 
"Nuestro trabajo en Ifema lo terminamos aproximadamente 41 horas después. A las nueve de la noche del día 12 de marzo ya habíamos entregado 155 cadáveres a sus familias", recuerda la jefa de los forenses. Junto con los forenses permaneció también Carlos Corrales, ex comisario general de Policía Científica.
 
Sin embargo todavía quedaban cuerpos sin identificar. "Necesitábamos cámaras frigoríficas, y el tiempo era nuestro peor enemigo, para poder mantener lo que allí teníamos en buenas condiciones y se decidió trasladarlos a La Almudena donde teníamos esas cámaras y se nos dieron todos los medios". Allí las labores se prolongaron hasta el 17 de marzo y el 18, ya de vuelta al Anatómico Forense, se terminaron de organizar los diferentes informes.
 
"No sé lo que se hizo con las pertenencias de las víctimas"
 
Preguntada qué hicieron con las pertenencias de las víctimas, Carmen Baladía sólo ha podido responder dónde las depositaron los médicos forenses: "en una gran bolsa de plástico" colocada "a los pies de cada mesa de autopsia". En los borradores, los forenses apuntaron los adornos que portaban las víctimas: cinturones, marcas de relojes, etc. Pero de esas bolsas "se hizo cargo la Policía Científica, de manera que no sé lo que se hizo con aquellas pertenencias". Sí consta en el sumario que centenares de efectos recogidos en los trenes fueron destruidos dos meses después del 11-M.
 
El bulo de los suicidas
 
Carmen Baladía se ha mostrado especialmente molesta con las informaciones que lanzó la SER horas después de la masacre comprobadas, según ellos, por tres fuentes distintas de la lucha antiterrorista. "Me indigna la información que se dio en su momento, y después de casi cuatro años me sigue indignando". La que fuera directora del Instituto Anatómico Forense ha explicado los pasos que precedieron a tener la certeza absoluta de que no había terroristas suicidas en los trenes:
 
  • "Certeza moral: Es una convicción que viene a ser el resultado de la suma de una serie de datos objetivos y otros subjetivos valorada por el individuo en cuestión, en este caso por mí. La certeza moral la tuve en las primeras horas del día 12 de que no existían terroristas suicidas entre nuestros muertos y la tuve por cómo se habían ido desarrollando las autopsias en aquellas 12 horas, del cotejo que íbamos realizando entre las fichas pre-morten policiales y los resultados de nuestros estudios necróxicos. Y tuve esa certeza moral tras ver los resultados que iban arrojando las identificaciones dactiloscópicas".
  • "Certeza legal: Es una verdad que sin ser absoluta es suficiente para administrar justicia porque hay toda una serie de datos objetivos que permiten crear una conclusión como definitiva basada en conocimientos, datos científicos y lógicos. Esa certeza legal la tuve el 13 de marzo".
  • "Certeza absoluta: Es la verdad irrefutable. La tengo el día 17 de marzo".
 
A pesar de que ella era la jefa de los forenses y la que estuvo en todo momento presente en las labores de identificación, "nadie se puso en contacto conmigo". "Quien lanzó esa información mentía, y yo tengo conocimiento de que corría esa mentira el día 15 de marzo". "Lo dije en muchas ocasiones: no había ningún signo indiciario, ninguna huella, ninguna traza que nos hiciera pensar que entre nuestros muertos había terroristas suicidas". Después de casi cuatro años, Baladía no entiende qué intención tuvo la persona que dio esa falsa noticia. "En ningún momento, y no puedo comprender qué intención había para esa información, se pensó que podría haber terroristas suicidas".
 
"Ni clavos, ni tuercas, ni tornillos"
 
Pero lo más llamativo y que ha pasado desapercibido, sobre todo en el juicio ya que ninguno de los abogados defensores incidió sobre este asunto, fue el relativo a la metralla de origen terrorista. Este asunto es de capital importancia. En la sentencia se afirma que entre el explosivo hallado en la mochila de Vallecas y el de la Kangoo, el de Leganés, el de "Chinchón" y hasta el de los trenes hay un "enlace múltiple, unívoco preciso y directo". Sin embargo, en la bolsa de Vallecas, a la que el Tribunal dio carta de naturaleza, había gran cantidad de metralla: clavos, tornillos, etc. Diez mochilas como esa han segado la vida de 191 personas según la sentencia.
 
"¿En los cuerpos de las víctimas del 11-M había metralla, clavos, tornillos?", preguntó Luis del Pino a Baladía. "Nada, nada en absoluto. De los 191 cuerpos solamente creo que en uno se encontró un fragmento metálico, que debía ser, lógicamente, de los trenes. Pero ni clavos, ni tuercas, ni tornillos. No había metralla entre nuestros 191 muertos", contestó tajante.
 
Aviso de bomba
 
A pesar de que los forenses no estaban en la misma sala donde se depositaron las pertenencias recogidas de las diferentes estaciones, sí escuchó algo sobre la posibilidad de que en Ifema pudiese haber una bomba. La respuesta de Carmen Baladía manifiesta su alto grado de profesionalidad: "Una compañera que se acercó a mí me habló de un aviso de bomba. Yo le contesté: no te preocupes, nosotros a lo nuestro, ya nos dirán si nos tenemos que marchar". Finalmente no fue necesario desalojar a nadie.
 

El próximo miércoles Libertad Digital Televisión emitirá la segunda parte de la entrevista de Luis del Pino a Carmen Baladía, médico forense que dirigió las labores de autopsia en los atentados del 11 de marzo. Sintonícenos.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura