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Zapatero admite que la negociación con ETA continuó pese a la bomba de Barajas

A un día de que el Gobierno apruebe la disolución de las Cortes, Zapatero se ha retratado antes sus electores. En una entrevista en El Mundo, admite que autorizó contactos con ETA tras la bomba de Barajas pese a que en su comparecencia posterior al atentado anunció la suspensión de "todas las iniciativas para desarrollar el diálogo" porque los terroristas habían vuelto a matar.  La constatación de que no dijo la verdad no le ha impedido acusar al PP este domingo de "mentir" para captar votos.

A un día de que el Gobierno apruebe la disolución de las Cortes, Zapatero se ha retratado antes sus electores. En una entrevista en El Mundo, admite que autorizó contactos con ETA tras la bomba de Barajas pese a que en su comparecencia posterior al atentado anunció la suspensión de "todas las iniciativas para desarrollar el diálogo" porque los terroristas habían vuelto a matar.  La constatación de que no dijo la verdad no le ha impedido acusar al PP este domingo de "mentir" para captar votos.
(Libertad Digital) El Mundo publica este domingo la primera parte de la larga entrevista que le hace Pedro J. Ramírez a José Luis Rodríguez Zapatero con el fin de hacer balance de la legislatura. De entre todos los temas que tocan, destaca uno, la negociación con ETA, apuesta del presidente para esta legislatura y de la que ahora el Gobierno procura no hablar mientras presume de firmeza.
 
En las primeras preguntas referidas a este asunto, Zapatero comienza afirmando que "ha sido consciente del riesgo político" que asumía al emprender la negociación, cuyo inicio estaba supeditado a que existiera, según le recuerda Pedro J., "una alta probabilidad de que ETA dejara las armas". El presidente declaró después, continúa recordando el director de El Mundo, que había que "intentarlo" si había una "mínima posibilidad".
 
"Alta probabilidad… mínima probabilidad. Había una probabilidad", se limita a contestar Zapatero. "Yo creí que existía un terreno para poder llegar al final dialogado de la violencia", apunta después. "¿Quién es consciente de qué posibilidades pueden darse en la última fase de una negociación para llegar a un acuerdo?", se pregunta en un intento de justificar el fracaso de un proceso del que, dice, "toda la responsabilidad fue suya".
 
Pedro J. le pregunta después por su clamoroso fallo de pronóstico un día antes de la bomba de la T-4. Zapatero explica, para disculparse, que "nuestro diálogo democrático, de personas civilizadas", tiene "un registro que no tiene nada que ver con el de quienes usan la violencia". "Lo suyo es mantener la acción por la acción", lamenta Zapatero en alusión a los terroristas.
 
El presidente no habla de datos equivocados para justificar su error, sino de creencias e intuiciones. "Resultaba inconcebible para cualquier demócrata, para cualquiera con sentido común", apunta después, "que en un proceso abierto en el que el diálogo se mantenía, hicieran una barbaridad como la de la T-4 como elemento de presión". Tras calificar el atentado como "atrocidad", insiste en que "aun sabiendo que tienes enfrente a un grupo terrorista, no era pensable que pudieran cometer una acción como ésa".
 
Los "principios éticos" de Zapatero
 
Los contactos tras el atentado, que han revelado tanto el proetarra Gara como las principales cabeceras nacionales, incluido El País, son el siguiente asunto tratado en la entrevista. Sorprendentemente, al presidente no le cuesta reconocer, a preguntas del director de El Mundo, que sí existieron, obviando así los sistemáticos desmentidos del Gobierno y también de su propia declaración tras la T-4. Zapatero declaró en su momento que la negociación estaba "suspendida". Rubalcaba matizó días después sus palabras asegurando que estaba "rota".
 
Los contactos "continuaron con una situación ya muy deteriorada, muy deteriorada. Y fue debido al deseo de instancias internacionales", dice Zapatero. "Al ver que tenían toda la buena voluntad de que pudiera verse la luz al final del túnel, de que aquello no fuera el fin… Pero la verdad es que había ya muy pocas posibilidades", prosigue el presidente.
 
Pedro J., en el que quizás sea el momento más revelador de la entrevista, le pregunta entonces si no sintió "escrúpulos morales" al autorizar la negociación con "quienes acababan de matar". Así responde el presidente: "Matar habían matado siempre…". "Mi principio ético era agotar hasta el último suspiro para evitar que hubiera más víctimas", añade.
 
Zapatero evita mencionar la palabra "error" pese a la insistencia del periodista. "¿En definitiva qué pasó? Que me entregué a una causa noble, desde principios nobles. Que pedí ayuda y no la tuve", es lo único que concede, incluyendo en su respuesta una alusión al PP. En la entrevista, el presidente habla también de las reuniones entre el PSE y Batasuna-ETA.
 
El presidente admite también en este punto su implicación en este punto de la negociación. Dice que permitió la celebración de estas reuniones con un partido ilegalizado "porque fue un encuentro, un simple encuentro". "No se puede considerar diálogo político", continúa.
 
"Todo el mundo sabe que fue un encuentro y usted sabe que hubo contactos de distintas personas que querían contribuir a la paz", insiste el presidente, que aprovecha después para hablar del PP y reprocharle su postura en estos años pese a que revelaciones como ésta implican que el Pacto Antiterrorista nació roto. "Se puede buscar cualquier excusa", apunta, "pero tengo la convicción absoluta de que Rajoy no ha querido apoyarme en la política antiterrorista". "Porque no la compartía, por lo que fuera… Rajoy no ha querido apoyarme", se lamenta.
 
ETA, interlocutor político
 
Las confesiones de Zapatero en El Mundo incluyen también el reconocimiento de que en los encuentros con ETA, como él los define, se habló de política. El presidente lo explica diciendo que "ETA puede hablar de lo que quiera". "¿De qué se había hablado en Argel y en Zurich?¿De la liga de fútbol?", ironiza
 
Zapatero, a quien le parece "normal" que en las conversaciones se incluyeran estos asuntos. "Sinceridad radical. Nosotros tuvimos un número elevado de reuniones que nunca he negado", indica, antes de decir que buscó "la paz con ETA pero a la vez preparaba la confrontación". Una particular fórmula que resume, según el presidente, en qué ha consistido su proceso.

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