(Libertad Digital) El ministro del Interior informó este miércoles de que los etarras detenidos el pasado domingo en Mondragón, Martín Sarasola e Igor Pertu, formaban parte, junto a los huidos José Iturbide y Mikel Sansebastián, de un "grupo especial" de la banda terrorista ETA y que es responsable de los atentados más graves de los últimos dos años. Así, llegó a comparar estas detenciones con el desmantelamiento de la fábrica de explosivos de ETA en Cahors (Francia) en el mes de septiembre pasado.
Las palabras de Rubalcaba fueron ampliadas posteriormente por su número dos, el director general de la Policía Nacional y la Guardia Civil, Joan Mesquida, que calificó a este grupo etarra como "uno de los más activos y peligrosos de los últimos años".
Las palabras de Rubalcaba fueron ampliadas posteriormente por su número dos, el director general de la Policía Nacional y la Guardia Civil, Joan Mesquida, que calificó a este grupo etarra como "uno de los más activos y peligrosos de los últimos años".
Según datos facilitados por el Ministerio, el grupo había sido formado por el etarra José Antonio Aranibar (lugarteniente de Txeroki), detenido cuando iba a meter un coche-bomba en España la pasada primavera. Aranibar primero captó en el 2001 a Sarasola, que a su vez capta a los otros tres. Son operativos a partir del 2002, cuando comienzan a pasar personas desde Francia. A partir de 2004, se dedican a pasar armas y explosivos, y es a mediados de 2005 cuando comienzan a cometer diversos atentados.
El primero de ellos es la voladura de una discoteca en Guipúzcoa en diciembre del 2005, apoyando al grupo que lo hace. Sarasola e Iturbide fueron también los terroristas de ETA que, encapuchados, dispararon al aire y leyeron un comunicado en nombre de la banda terrorista en plena negociación Zapatero-ETA durante la celebración del Gudari Eguna en el bosque de Arichulegi, a las afueras de Oyarzun. También provocaron el pasado 26 de agosto de 2007 la explosión de una autocaravana cargada con 100 kilos de explosivo en Cuevas de Vinroma (Castellón), cuyos presuntos autores materiales fueron los dos detenidos, Igor Portu y Martín Sarasola. Su atentado más terrorífico tuvo lugar en diciembre de 2006, con el atentado de la T-4, que fue perpetrado por Sarasola, Portu y Sansebastián.
Rubalcaba, el 22 de mayo de 2006: "Ya no hacen falta más informes de verificación. El alto el fuego es completo y real".
De la Vega, el 9 de junio de 2006: "Es una paradoja que Rajoy acuda a manifestaciones contra el terrorismo cuando no hay terrorismo".
Mesquida, el 20 de noviembre de 2006: "A los agentes les cuesta mantener la tensión porque no ven al enemigo".
Rubalcaba, el 9 de enero de 2007: "Es un comando especial de ETA, del que las Fuerzas de Seguridad tenían conocimiento".
Mesquida, el 9 de enero de 2007: "Este comando es uno de los más activos y peligrosos de los últimos años".
Estos datos temporales facilitados por el ministerio del Interior sobre la actividad de este grupo etarra contradicen algunas de las declaraciones hechas por los propios responsables de Interior y los responsables del Gobierno durante la negociación entre el Gobierno Zapatero y ETA. Así, el 22 de mayo de 2006, el ministro del Interior consideró que "no son necesarios" más informes para verificar que el alto el fuego de ETA es "completo y real". Estas palabras llegaban días después de que Rubalcaba hubiese entregado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el tercer informe de verificación, en el que se debía atestiguar si la banda terrorista mantenía o no su actividad asesina.
El 9 de junio de 2006, el turno era para la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien decía que era una "paradoja" que Rajoy "acuda a manifestaciones contra el terrorismo cuando no hay terrorismo".
Meses después, el 20 de noviembre de 2006, el mismo día que ETA robaba en una empresa de armas en Vauvert (Francia), Mesquida negaba cualquier acción delictiva por parte de los terroristas y decía que no hay había detenciones porque ETA "no actúa". Tanto es así que, según el Mando Único, a los agentes les cuesta "mantener la tensión porque no ven al enemigo".
Pese a estas contradicciones, hay que recordar que, cuando la Gendarmería francesa detuvo a terrorista de ETA Zigor Merodio, que se identificó ante los agentes galos como uno de los negociadores de la banda, Interior justificó las idas y venidas de este terrorista y su acompañante con el argumento de que no eran "elementos analizados en el ámbito de la verificación".