(Libertad Digital) Ya a finales de 2002 y principios de 2003, con el PP en el poder y Rodrigo Rato a las riendas del departamento de Economía y Hacienda, el Gobierno de José María Aznar hacía una apuesta firme por eliminar el impuesto de sucesiones para las transmisiones de padres a hijos en aquellas comunidades autónomas donde gobernaban.
Un anuncio intolerable a juicio del PSOE, que ponía el grito en el cielo por la atrevida propuesta del PP. La argumentación socialista para oponerse a esta medida llegó de la mano del actual ministro de Trabajo y entonces portavoz del PSOE, Jesús Caldera. El líder socialista enarboló la llamada "Doctrina Caldera" que criminalizaba la eliminación de este impuesto en tanto en cuanto, en su opinión, era "muy injusto" porque favorecía a los ricos. Caldera explicaba que era "muy injusto" que "alguien que recibe, por ejemplo, seis coches de lujo, una cuadra de caballos o unas fincas de altísimo valor o un yate, no pague el impuesto".
Caldera también señalaba que esta medida supondría una merma "notable" en la recaudación de las comunidades autónomas, unos 1.202 millones de euros. No obstante, al encontrarse en año preelectoral, Caldera quiso rizar el rizo. Se opuso a la medida anunciada por Rato y propuso su propia reducción de impuestos. Jesús Caldera señaló que el PSOE era partidario de eximir del pago por la transmisión de las viviendas habituales y lo que vino a llamar "patrimonio productivo" gravando en su lugar "el patrimonio improductivo".
Durante aquellas declaraciones, Caldera también criticó la paga de 100 euros mensuales a las madres trabajadoras con hijos menores de tres años a su cargo que había anunciado el PP. Así, aunque expresó su acuerdo con el "fondo" de la medida también la tildó de "gravemente injusta" porque entendía que condicionaba la paga al tipo de contrato que tengan las beneficiadas.
Durante aquellas declaraciones, Caldera también criticó la paga de 100 euros mensuales a las madres trabajadoras con hijos menores de tres años a su cargo que había anunciado el PP. Así, aunque expresó su acuerdo con el "fondo" de la medida también la tildó de "gravemente injusta" porque entendía que condicionaba la paga al tipo de contrato que tengan las beneficiadas.
Unas criticas y una doctrina –la de Caldera en 2003- que no dejan de extrañar ahora casi cinco años después cuando el PSOE no sólo se ha sacado de la manga el cheque bebé que el PP introdujo en su programa electoral para 2004, sino que ha decidido subvencionar el alquiler de vivienda a los jóvenes, ofrecer dentista gratis a los niños o secundar que Chaves regale pisos en Andalucía. Además, y por encima de todo, resulta chocante el cambio de criterio sobre los impuestos de patrimonio. En 2003 era una medida que favorecía "a los ricos", ahora es uno de los anuncios estrella del PSOE de cara a las próximas elecciones de marzo.