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¿"FORTUITO" O PREMEDITADO?

Continúan sin aclararse todas las circunstancias del asesinato a manos de ETA del guardia civil Raúl Centeno. Sí está confirmado que los agentes fueron disparados por la espalda. Además, la prensa nacional recoge que iban de paisano y que estaban desarmados en el momento del atentado. También se sabe que los agentes intercambiaron palabras con los etarras en la cafetería en la que desayunaban. Según Rubalcaba, el encuentro fue "fortuito". Algunos expertos en la lucha antiterrorista mantienen otras hipótesis.

(Libertad Digital) A primeras horas de la tarde de este sábado, la agencia Europa Press reveló que los agentes habían "intercambiado palabras" con los terroristas en el interior de la cafetería. La agencia sugería que gracias a esa conversación, los etarras habían confirmado la condición de guardias civiles de los agentes.
 
Unas horas más tarde, Alfredo Pérez Rubalcaba aportó nuevos datos sobre la investigación que apuntaban a un encuentro "fortuito", según lo calificó el ministro, entre los agentes y los terroristas. Rubalcaba indicó que "no sabemos por qué", los etarras y los agentes se "reconocieron" en el establecimiento. Hubo "una discusión", añadió, y se produjo el "tiroteo".
 
La prensa recoge este domingo tanto la versión dada por el ministro según los últimos datos de la investigación como otras hipótesis ofrecidas por distintas fuentes de la lucha antiterrorista, que corroboran o dudan de la versión del encuentro casual. El Mundo indica que "algunos testigos y fuentes consultadas contradicen partes importantes" de la declaración de Rubalcaba. Para empezar, el diario recuerda que dado que los agentes estaban desarmados, no pudieron participar en ningún "tiroteo" sino que fueron "el blanco unilateral de los terroristas".
 
El Mundo revela, además, que los agentes llevaban "poco más de una semana" cumpliendo su misión, "de segunda línea", en el marco de "un operativo más amplio de persecución de miembros de ETA". Expertos antiterroristas consultados por el diario de Pedro J. Ramírez "mostraban ayer su extrañeza por varios elementos". En concreto, por la decisión de los etarras de tirotearles, "cuando lo habitual es que huyan, en especial si están en suelo francés".
 
Tampoco entienden, explica el diario, cómo sabían los etarras que eran guardias civiles si iban de paisano y viajaban en un coche camuflado y cómo se decidieron a atacarles "sin saber si los agentes estaban respaldados o no en las cercanías" por la Policía francesa. Estos testimonios "dan paso a la posibilidad", dice el diario, "de que los agentes hubieran detectado previamente a los etarras, éstos se hubieran dado cuenta y los hubiesen sorprendido desprevenidos, después de asegurarse de su condición de guardias civiles".
 
En La Razón, se recogen voces que apuntan hacia una acción premeditada. Fuentes consultadas por el medio se preguntan "por qué se iban a arriesgar los terroristas a disparar contra dos guardias sin saber si ambos formaban parte de un dispositivo más amplio" que podría detenerlos inmediatamente. El diario explica que el servicio de vigilancia de los agentes estaba centrado en controlar "citas entre aspirantes a entrar en ETA" y sus dirigentes, que se suelen celebrar en fin de semana.
 
Las fuentes citadas apuntan a que los dos agentes podrían haber sido "mordidos", es decir, "controlados", en anteriores vigilancias. "La banda, deseosa de dar una respuesta urgente a las detenciones del viernes de personas de su entramado, habría aprovechado la información de que disponía y ordenado el atentado".
 
Según las mismas fuentes, este cambio de actitud de ETA, que hasta ahora había prohibido atentar en territorio francés, habría sido adoptado recientemente por la dirección de la banda terrorista. Descartan que una decisión de tal calado fuera tomada de forma unilateral por un terrorista en un encuentro "fortuito".
 
A este asunto se refiere también ABC, que abre nuevas hipótesis sobre lo ocurrido. El diario recoge la posibilidad de que uno de las etarras "fuera un dirigente que se considerara con capacidad para tomar sobre la marcha una decisión de tanta trascendencia" como la de atentar en Francia. También apunta que los etarras podrían haber tenido como misión "cubrir" una cita de la cúpula de ETA en las proximidades. Al detectar la presencia policial, "los etarras habrían decidido disparar contra ellos, no sólo con la intención de asesinarlos, sino, además, para que el posterior operativo policial pusiera en alerta al cabecilla de la banda.
 
"No se sabe qué dijeron"
 
En una tercera hipótesis, ABC señala que los investigadores no descartan que los etarras, de los que dice que están "obsesionados" con la seguridad, "detectaran antes de entrar en la cafetería" que el vehículo de los agentes pertenecía al Ministerio del Interior francés.
 
El País también reconoce en su información sobre el atentado que "muchos de sus puntos seguían ayer sumidos en la confusión". Los etarras, sentados en la cafetería, hablaban en castellano, según fuentes de la investigación citadas por el diario, que indica también que hubo un "cruce de miradas" entre los terroristas y los agentes.
 
Los etarras, sostiene el diario, eran "conocidos". Apunta El País, según sus fuentes, que los agentes salieron del establecimiento "probablemente a pedir ayuda o a dar cuenta de su hallazgo". Tras ellos salieron los etarras, que "increparon a los agentes", según el diario, aunque "no se sabe qué dijeron". Después, los terroristas "lograron ponerse a la espalda de los agentes" y dispararles.

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