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Kaspárov, sobre Putin: "Quiere gobernar como Stalin y vivir como Abramovich"

Entre la represión contra los opositores y la desconexión con la OSCE, Rusia celebra elecciones parlamentarias, que pueden interpretarse como un referéndum sobre la hegemonía de Vladimir Putin. Durante la precampaña, el presidente ruso ha solicitado sin ningún tipo de tapujos el voto para su partido, Rusia Unida, del que es cabeza de lista y, junto con los comunistas, son los únicos que tienen seguro un puesto en la Duma. Durante esta jornada, el ex campeón mundial de ajedrez Garry Kaspárov ha advertido en el diario La Repubblica que Putin "quiere gobernar" como Stalin y "vivir" como Abramovich.

Entre la represión contra los opositores y la desconexión con la OSCE, Rusia celebra elecciones parlamentarias, que pueden interpretarse como un referéndum sobre la hegemonía de Vladimir Putin. Durante la precampaña, el presidente ruso ha solicitado sin ningún tipo de tapujos el voto para su partido, Rusia Unida, del que es cabeza de lista y, junto con los comunistas, son los únicos que tienen seguro un puesto en la Duma. Durante esta jornada, el ex campeón mundial de ajedrez Garry Kaspárov ha advertido en el diario La Repubblica que Putin "quiere gobernar" como Stalin y "vivir" como Abramovich.
L D (Agencias) Estas elecciones son mucho más que un plebiscito de la confianza ciudadana al curso seguido por el presidente Vladimir Putin en los últimos cuatro años: algunos expertos consideran que la elite política busca conseguir en las urnas un respaldo a los planes oficialistas para mantener a Putin en los resortes del poder, como primer ministro tras las presidenciales.
 
Y es que la campaña presidencial se puso en marcha el pasado día 28, coincidiendo con el desarrollo de los mítines y convocatorias para las legislativas. Si las elecciones a la presidencia se desarrollan de la misma forma que prevén los sondeos de cara a los comicios a la Duma, Putin gozará de un apoyo prácticamente sin precedentes. De momento, casi un 60 por ciento de los rusos depositarán su voto a favor de Rusia Unida, según una encuesta publicada por la Fundación para la Opinión Pública, instituto con sede en Moscú.
 
Ruptura con la OSCE
 
A pesar de que las elecciones legislativas rusas serán seguidas de cerca por más de 350 observadores internacionales, entre ellos no estará ningún representante de Oficina de Defensa de la Democracia y Derechos Humanos (OIDDH) de la OSCE, que ha rechazado enviar a delegado alguno. Sin embargo, sí estarán miembros de la asamblea parlamentaria de la organización europea, aunque su efecto es limitado.
 
La decisión se tomó ante "los continuos retrasos y restricciones de Moscú para conceder autorización y visados a los inspectores", informó Christian Strohal, director de la OIDDH, rama de la organización presidida por Miguel Ángel Moratinos encargada de la supervisión de los procesos electorales en Europa.
 
Sin embargo, la OSCE pretende seguir muy de cerca el resultado de estos comicios a través de la presencia de los más de 280 observadores que en estos momentos están acreditados, a la espera de la formalización del proceso para casi otro centenar antes de hoy, según el presidente de la Comisión Electoral Central (CEC), Vladímir Churov.
 
"Espero que los observadores internacionales permitan organizar las elecciones limpias y democráticas en Rusia", declaró Churov a los medios de prensa ayer mismo, tras reunirse con observadores internacionales en la sede de la Duma de Estado.
 
Pero las diferencias entre Moscú y la OSCE no son nuevas. El tribunal electoral ruso ya había puesto objeciones al número de observadores y pidió reducirlo a 70, en contraste con los 465 que se enviaron para cubrir las elecciones parlamentarias de hace cuatro años. Las suspicacias en torno a la legalidad de las elecciones aumentaron en octubre, cuando Putin anunció que su nombre estará incluido en la lista de candidatos de su partido, dejando abierta la puerta a su futura elección como primer ministro.
 
Putin, por cierto, ha responsabilizado de este incidente a una 'mano negra' desde el Gobierno de Estados Unidos. A principios de semana el presidente ruso, citando a sus propias fuentes de inteligencia, afirmó que la OSCE había actuado "siguiendo nuevamente los consejos de Estados Unidos" y advirtió de que el comportamiento de Washington será "tenido en cuenta la próxima vez que Rusia se vea las caras" con los estadounidenses.
 
Este conflicto está directamente relacionado con las críticas rusas hacia la propia esencia de la organización europea. El propio representante permanente ruso en la OSCE, Alexei Borodavkin, afirmaba al diario 'Moskovskiye Novosti' que "el papel de la OSCE como factor de seguridad en el escenario euroatlántico está disminuyendo", al tiempo que criticó que la organización se haya convertido en un instrumento de "intereses políticos por parte de algunos países que daña el principio fundamental de la OSCE, la garantía de igualdad entre sus participantes".
 
Kasparov, a palos
 
El Gran Maestro de ajedrez y ahora líder de la oposición, Garry Kasparov, se ha convertido esta semana en el símbolo de la represión presidencial contra los partidos contrarios al Kremlin. El jueves, Kasparov era puesto en libertad tras pasar encarcelado cinco días por su participación en las protestas del pasado sábado, cuando fue arrastrado por el suelo por las fuerzas antidisturbios, en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.
 
Tras salir del coche de la Policía que le llevó de vuelta a su casa de Moscú, Kasparov consideró que el objetivo que perseguían las autoridades con su encarcelación era "enviar un mensaje" y predijo que será detenido de nuevo por imputaciones más graves. En su opinión, "el régimen de Putin está entrando en una nueva fase en la que se enfrenta a su propio pueblo".
 
La Policía antidisturbios actuó al término de una manifestación a la que se unieron miles de opositores y que se saldó con enfrentamientos y docenas de personas detenidas. En el juicio que se celebró esa misma tarde, se le condenó por liderar una marcha ilegal que siguió a la manifestación y en la que se corearon frases contra Putin. Los participantes se resistieron a ser arrestados.
 
Los manifestantes acusaban a las autoridades de intentar impedir que los partidos políticos desafíen a la formación Rusia Unida, apoyada por el Kremlin, presentándose libremente a las elecciones legislativas del próximo 2 de diciembre.
 
Apoyo para Rusia Unida
 
En respuesta a las peticiones de los medios de comunicación, Putin se puso delante de las cámaras de televisión el pasado jueves para expresar su opinión sobre el desarrollo de los comicios y para solicitar el apoyo público para Rusia Unida. En su discurso, Putin describió una Rusia "en proceso de recuperación" donde la economía crece "con firmeza" mientras el índice de pobreza desciende "lentamente, pero desciende al fin y al cabo", matizó.
 
El presidente, no obstante, llamó la atención sobre un punto en concreto, al afirmar que "el resultado de las elecciones a la Duma marcará, sin duda alguna, la pauta para las elecciones a la presidencia" que se celebrarán el próximo 2 de marzo.
 
Putin aprovechó así para pedir el voto para su partido basándose en ambas premisas. "Nada está predeterminado y el ritmo de desarrollo no va a mantenerse automáticamente", explicó el presidente antes de matizar que "sí puede mantenerse esta situación, a condición de actuar desde una posición cívica común". "Por eso pido el voto para Rusia Unida", concluyó Putin.
 
De momento, las encuestas le están respaldando. El sondeo de la FPO afirmó que el 57 por ciento de los consultados están dispuestos a votar por el partido del Kremlin. Según los resultados, sólo comunistas y liberaldemócratas conseguirían escaños en la Duma, pero sólo con un ocho por ciento cada uno, a una distancia inmensa de Rusia Unida.

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