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Santillana esconde al Rey y la Constitución en sus libros de texto para el País Vasco

La industria de los libros de texto ha encontrado un negocio en la fragmentación de España. Un informe de El Mundo pone al descubierto este martes la adaptación de los manuales de Historia a los prejuicios nacionalistas imperantes en cada Comunidad. El panorama es un rompecabezas de relatos que "no encajan entre sí", un "escándalo que va minando España", truena en su editorial el periódico cuyo director recomendaba el pasado domingo al PP moderación y no mezclarse en causas como la de la objeción de conciencia a EpC. LEA AQUÍ el blog de Libertad Digital sobre Educación para la Ciudadanía.

La industria de los libros de texto ha encontrado un negocio en la fragmentación de España. Un informe de El Mundo pone al descubierto este martes la adaptación de los manuales de Historia a los prejuicios nacionalistas imperantes en cada Comunidad. El panorama es un rompecabezas de relatos que "no encajan entre sí", un "escándalo que va minando España", truena en su editorial el periódico cuyo director recomendaba el pasado domingo al PP moderación y no mezclarse en causas como la de la objeción de conciencia a EpC. LEA AQUÍ el blog de Libertad Digital sobre Educación para la Ciudadanía.
(Libertad Digital) El diario El Mundo pone al descubierto, mediante evidencias empíricas, una realidad conocida y denunciada de viejo por entidades de la sociedad civil comprometidas con la calidad y la libertad educativas.
 
Según un dosier de Manuel Romero para este diario, las editoriales producen versiones distintas en cada Comunidad de un mismo manual de Historia de España.
 
En el de 4º de la ESO de Santillana –grupo PRISA–, por ejemplo, se dedican dos páginas a la Constitución, que desaparecen en la versión del mismo libro que la casa editora publica para el País Vasco, donde son sustituidas por referencias al Festival de Cine de San Sebastián. La foto del Rey en el acto de proclamación constitucional, deja paso a una de la actriz Aitana Sánchez Gijón.
 
"Un joven de 16 años de Bilbao", concluye el autor del informe después de revisar diversos materiales didácticos, "puede concluir sus estudios sin que en sus libros hayan mencionado la Constitución Española, la figura del Rey, los símbolos del país al que pertenece o las protestas contra el terrorismo de ETA".
 
En Cataluña, una de las editoriales con mayor cuota de mercado es La Galera. Su manual de Historia dedica "dos líneas" a la Constitución, según constata el mismo diario, que repara en otra aportación didáctica significativa del mismo texto: un ejercicio práctico consistente en comentar las palabras del Rey cuando dijo que "a nadie se le obligó nunca a hablar en castellano", a lo que los alumnos deben añadir una encuesta a sus propios padres, preguntándoles "en qué lengua hablaban en casa y en cuál eran educados".
 
Hay más ejemplos de lo que el dossier de El Mundo llama "el puzle" de la educación nacionalista en España.
 
"En Barcelona, un joven puede rebuscar en su libro el Siglo de Oro y no hallarlo. O interesarse por los Juegos Olímpicos del 92, el mayor acontecimiento internacional y deportivo celebrado en su ciudad, y sólo encontrar que fueron 'el punto álgido en la reconstrucción nacional [de Cataluña]'".
 
Todo ello, se escandaliza El Mundo en su editorial de este martes, ha creado "un gran puzzle de libros de textos" y una "dinámica de edición a la carta" que "está minando España".
 
En un artículo de tono y fondo muy distintos, el director del diario recomendaba 48 horas antes al PP moderación para ganar las elecciones, así como también apartarse de la compañía de sectores "radicalizados" de la sociedad civil como las víctimas del terrorismo, o no mezclarse en causas como la de la objeción de conciencia a Educación para la Ciudadanía.
 
Según el mismo informe de El Mundo, "en España se venden cada año cerca de 50 millones de libros de texto (48,43 millones en 2006) para las enseñanzas de los seis cursos de Primaria, los cuatro de Secundaria y los dos de Bachillerado. La facturación por esa venta asciende a 736 millones de euros cada año".
 

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