L D (EFE) Los siete jóvenes detenidos, cuyas identidades no han sido facilitadas, permanecen en comisaría, a la espera de que concluyan los atestados de los hechos y pasen a disposición judicial, según las mismas fuentes. Los manifestantes de extrema izquierda -un millar, según la policía de la Generalidad- salieron a la calle para expresar su repulsa por el asesinato, el pasado día 11, del adolescente Carlos Javier Palomino Muñoz en Madrid a manos de un ultraderechista en el metro de Legazpi.
La marcha partió sobre las seis de la tarde de la plaza Universidad en medio de un gran dispositivo policial que, sin embargo, no impidió que se registraran violentos incidentes en el centro de la capital catalana. Los altercados más graves se produjeron frente a la sede de la Consejería de Interior, en la Vía Laietana, donde los radicales arrojaron botellas de vidrio, piedras y otros objetos contundentes, como enormes vallas de obra metálicas, contra los agentes que custodiaban el edificio, que sufrió numerosos desperfectos.
Los mossos d'Esquadra tuvieron que realizar varias cargas policiales y disparar pelotas de goma para disuadir a los manifestantes, que finalmente se dispersaron y no llegaron a la plaza de Sant Jaume, donde estaba previsto finalizar la marcha. La policía autonómica detuvo a cuatro manifestantes por su participación en los altercados, mientras que la Guardia Urbana arrestó a otras tres personas.
La marcha partió sobre las seis de la tarde de la plaza Universidad en medio de un gran dispositivo policial que, sin embargo, no impidió que se registraran violentos incidentes en el centro de la capital catalana. Los altercados más graves se produjeron frente a la sede de la Consejería de Interior, en la Vía Laietana, donde los radicales arrojaron botellas de vidrio, piedras y otros objetos contundentes, como enormes vallas de obra metálicas, contra los agentes que custodiaban el edificio, que sufrió numerosos desperfectos.
Los mossos d'Esquadra tuvieron que realizar varias cargas policiales y disparar pelotas de goma para disuadir a los manifestantes, que finalmente se dispersaron y no llegaron a la plaza de Sant Jaume, donde estaba previsto finalizar la marcha. La policía autonómica detuvo a cuatro manifestantes por su participación en los altercados, mientras que la Guardia Urbana arrestó a otras tres personas.