LD (EFE) Millones de viajeros se están viendo afectados por la mayor huelga ferroviaria en la historia de Alemania, protagonizada por el sindicato de maquinistas GDL, que, tras paralizar casi por completo el transporte de mercancías, la madrugada de este jueves comenzó con los paros masivos en el transporte público.
La mayoría de las líneas de cercanías, regionales y larga distancia de la compañía "DeutscheBahn", los ferrocarriles alemanes, no han circulado. El paro afecta especialmente al este de Alemania, donde se calcula que sólo circula un diez por ciento de los tres de pasajeros regionales, mientras en las grandes urbes como Berlín se ha pasado de cinco a veinte e incluso cuarenta minutos la frecuencia de la circulación de las líneas de cercanías.
En el occidente del país la situación parece ser menos dramática, ya que la dirección de "Deutsche Bhan" calcula que circulan el cincuenta por ciento de los convoyes regionales y de cercanías y el sesenta por ciento de los trenes de largo recorrido. En la práctica estos datos no parecen confirmarse, ya que, muchos de los trenes que debían circular dentro del plan de servicios mínimos y emergencia elaborado no funcionan, y pasajeros que contaban con que su tren circulase se han encontrado con la sorpresa de que esto no es así.