(Libertad Digital) El ministro de Exteriores ha comparecido por sorpresa en el Congreso de los Diputados, tras las últimas declaraciones de Chávez en las que anunció una "profunda revisión" de las relaciones con España, amenazó a las empresas españolas y reiteró sus insidias contra el Rey y la Corona.
La comparecencia duró poco más de un minuto sin admitir preguntas de los periodistas. Moratinos, que hasta ahora apreciaba "gestos positivos" en las declaraciones de Chávez, se ha visto obligado a cambiar su discurso y, por primera vez, desde el incidente de la Cumbre Iberoamericana ha reconocido cierta gravedad en la crisis.
Dice Moratinos que la "persistencia declarativa" –que es el eufemismo que ha utilizado para referirse a las amenazas de Chávez a las empresas españolas– "no ayudan a superar el incidente" y que "el Gobierno español sigue indicando respeto a las instituciones españoles y a las empresas españoles, como nosotros también respetamos las instituciones venezolanas".
Moratinos no anunció ninguna medida deiplomática, hasta ahora ha dicho que "ni se plantea" la retirada del embajador, y reiteró que el "deseo" del Gobierno "es tener una buena relación".
Esta sorpresiva comparecencia del ministro se ha producido dos horas después de las últimas declaraciones de Chávez. Al presidente del Gobierno también se le interrogó en el Congreso sobre este tema. Zapatero pidió silencio a los periodistas que le preguntaban si pensaba retirara al embajador, y cuando se le preguntó si las últimas amenazas del caudillo complicaban las relaciones entre ambos países. Ante esto, Zapatero respondió con un escueto "no".
Esta es la reacción del Gobierno español al anuncio de Chávez de una "profunda revisión" de las relaciones con España y su amenaza a las empresas españolas: "Las empresas españolas van a tener que empezar a rendir más cuentas y que yo voy a meterles el ojo a ver qué están haciendo aquí, a todas las empresas españolas que estén en Venezuela", dijo el caudillo caribeño.