LD (Europa Press) Tan sólo un día después de anunciar su voluntad de poner fin a la violencia de manera permanente en marzo del año pasado, ETA matizaba su decisión de que el alto el fuego entraba en vigor el día 24 y pedía tanto a España como a Francia que no pusiesen "obstáculos al proceso democrático". "Deben reconocer los resultados de dicho proceso, sin ningún tipo de injerencias, ni limitaciones, la decisión que los ciudadanos vascos y ciudadanas vascas adoptemos deberá ser respetada", indicaba el comunicado.
El siguiente pronunciamiento de la banda tiene lugar el 11 de abril de 2006 cuando ETA instó a los estados a abandonar la represión y a mostrar su voluntad para una salida negociada a través de su boletín interno Zutabe, al tiempo que explicó que la decisión de decretar un alto el fuego la había tomado en función de las relaciones mantenidas y las voluntades expresadas.
El 14 de mayo de 2006, a través de una entrevista difundida por el diario Gara, la banda reivindicaba la "territorialidad" y la "autodeterminación" y afirmaba que era "el momento de materializar los compromisos en el proceso". No obstante, advertía: "Que nadie piense que la "izquierda abertzale" va a aceptar mansamente el actual marco sin ningún cambio político".
Un mes después, el 14 de junio de 2006, ETA hacía pública su intención de mantener "hasta el final" su alto el fuego permanente en otro comunicado que iba dirigido en especial al Estado francés. En él, los terroristas instaban al presidente del Ejecutivo galo a que demostrase su voluntad "de dar una solución al conflicto" abordando "un proceso de diálogo y negociación".
El siguiente pronunciamiento público se produce una semana después, el 22 de junio de 2006, por medio de un nuevo comunicado en el que la banda reitera su voluntad de cumplir los compromisos del alto el fuego aunque advierte de que "la represión" que todavía persistía era "absolutamente incompatible con un proceso de paz".
La banda se refiere, por primera vez, a la "crisis" del proceso
No es hasta el verano, concretamente el 18 de agosto de 2006, cuando ETA reconoce por primera vez la "crisis evidente" en la que se ve sumido el proceso. La banda culpó de ello tanto al PSOE como al PNV por "distanciarse de los compromisos adquiridos" y amenazó con que si continuaban "los ataques contra Euskal Herria", ETA respondería.
La tensión entre el Gobierno y ETA se acrecienta después de la siguiente aparición de los terroristas durante la celebración de un acto de homenaje con motivo del "Gudari Eguna" en el monte de Aritxulegi (Guipúzcoa). Desde ese lugar, tres encapuchados de la banda leyeron un comunicado a través del cual reafirmaban su compromiso "de seguir empuñando las armas firmemente hasta lograr la independencia y el socialismo de Euskal Herria".
Asimismo, el 4 de noviembre de 2006 y a través de su boletín interno Zutabe, emite un nuevo comunicado en el que ETA exigía al Gobierno que antes del final del otoño se diesen "pasos visibles" en el proceso. De lo contrario la banda amenaza de nuevo con romper el alto el fuego.
El siguiente paso de ETA fue la explosión de una furgoneta bomba en el aeropuerto de Madrid-Barajas, fruto de la cual, fallecieron dos ciudadanos ecuatorianos. Se trataba del primer atentado mortal de la banda después de tres años y estuvo acompañado de un último comunicado emitido días después en el que los terroristas apostaban por la continuidad del proceso aunque insistían en volver a actuar en caso de detectar nuevos obstáculos.
El ocho de abril de 2007 ETA vuelve a pronunciarse a través de una entrevista en la que reconocen el bloqueo del proceso, aunque se muestran dispuestos a asumir "nuevos compromisos" siempre y cuando "desaparezcan los ataques contra Euskal Herria".
Pero, el 5 de junio de 2007 la banda terrorista da por finalizado de manera oficial el proceso negociador con el Gobierno y con ello su falso "alto el fuego permanente" y anuncia nuevos atentados.
Ahora, el 9 de septiembre de 2007, los terroristas vuelven a pronunciarse, a través de los periódicos Gara y Berria y señalan que seguirán "golpeando las estructuras del Estado en todos sus frentes"