Aclaración que se produjo después de que el primer ministro francés, en una entrevista televisada el pasado domingo, dijera que Zapatero lamentaba "amargamente" haber regularizado a miles de inmigrantes y "se había comprometido a no hacerlo de nuevo".
Para el portavoz del grupo popular en el Senado, Pío García-Escudero, esta situación supone un "desastre político y diplomático" y considera que el reconocimiento que Zapatero le hizo a Fillon debería extenderlo a la sociedad española, "ante la que el Gobierno tiene la deuda de reconocer que se equivocó".
"No se puede actuar con mayor facundia y con mayor torpeza que la que ha demostrado Zapatero en este penoso asunto, poniendo en evidencia su soledad internacional, su falta de personalidad política y su fracaso en políticas concretas como la inmigración", apuntó en un comunicado.
Un comunicado que no existe
El senador popular acusó al presidente del Gobierno "de haber montado un follón alrededor de unos verosímiles comentarios que le realizó al primer ministro francés, que luego desmintió el español y sobre los que hizo un rocambolesco anuncio, un comunicado del Gobierno francés ni más ni menos, que aún no se ha producido".
Para el portavoz del PP, todo este asunto representa un "desastre político y diplomático" de Zapatero, que en un nuevo episodio de su estilo "hay que conseguirlo como sea" ha provocado un nuevo ridículo internacional de España. Según García-Escudero, los comentarios iniciales que Zapatero le hizo a Fillon "tienen toda la verosimilitud, porque cuando el Gobierno desarrolló el proceso de regularización fueron muchas las voces, sobre todo en la Unión Europea, que desautorizaron aquella iniciativa".
"Por tanto, y al margen de la importante credibilidad que nos merece el Gobierno de Francia, tiene todo el aspecto de ser cierto lo que Zapatero le dijera a Fillon", añadió.
Desaire a Francia
Para el PP, lo "increíble" del caso es que el presidente del Gobierno, después "no sólo no haya extendido ese reconocimiento de un error al conjunto de la sociedad española, sino que, lejos de ello, lo haya desmentido, desairando al Gobierno de Francia, y haya, además, anunciado un comunicado de este país, en lo que es una clara injerencia en los asuntos internos de otro Gobierno".
Rodríguez Zapatero explicó ayer en Villanueva de Oscos (Asturias) que el proceso de regulación de emigrantes que llevó a cabo su Gobierno fue "necesario, conveniente y positivo" y subrayó que "nadie puede trabajar en la ilegalidad".
El presidente, quien dijo que no se arrepentía de haber hecho el proceso de regularización de inmigrantes de 2005, indicó que creía que el Gobierno francés emitiría una nota de aclaración "de lo que ha podido ser una mala interpretación".